Por Cristina Jurado
A pesar de que las autoras de la literatura de terror no se prodigan tanto como sería deseable en nuestro país, poco a poco están surgiendo voces femeninas que, junto a sus compañeros, van mostrando hacia dónde se encamina el futuro de este género. La madrileña Marta Junquera es una de ellas. En su colección de relatos Vienen a por ti (Cazador de Ratas) ofrece una visión inquietante y turbadora de la cotidianidad. La emplazamos para conocerla mejor y seguidamente os ofrecemos sus respuestas a nuestras preguntas. Cristina Jurado: El miedo nos mantiene alerta, activa nuestros sentidos, acelera nuestros reflejos, nos ayuda a anticipar el peligro y a prepararnos para afrontarlo… ¿qué aporta el miedo a Marta Junquera? En otras palabras, ¿por qué decidiste escribir historias con un sustrato de terror? Marta Junquera: Como bien has dicho, el miedo quizá sea uno de los sentimientos más intensos que puede experimentar el ser humano. Posee la capacidad de hacernos prudentes por temor a las consecuencias de nuestros actos, pero también es susceptible de convertirse en algo cerval y bloquear a quien lo padece. El miedo es algo primitivo, animal, extremo, capaz de darse en cualquier situación, por cotidiana que sea. En muchas ocasiones, cuando se ama, también entra en juego el miedo: miedo a perder al ser amado o a que hagan daño a quienes queremos. Por otra parte, también está esa especie de morbo de pasarlo mal por placer sabiendo que, en cuanto se acaba la película o se cierra el libro, el alivio remplaza a la angustia y todo vuelve a la «normalidad». Siempre me ha parecido una herramienta muy potente con la que trabajar para provocar todo tipo de sensaciones en el lector. CJ: ¿De dónde salió la idea de reunir tus relatos en un libro? Cazador de Ratas es una editorial joven que está apostando muy fuerte por valores en español, ¿cómo llegaste a colaborar con ellos? MJ: Llevo años escribiendo relatos. Pese a ser un formato poco conocido y valorado en España, me parece que encierran una serie de elementos que entrañan cierta dificultad. Tener un límite de extensión o bien ceñirte a una temática determinada y que quede una historia interesante y coherente es un reto al que hay que enfrentarse cada vez. Son toda una escuela que recomiendo a todo aquel que quiera escribir. Decidí que podía ser interesante reunir una selección variada en cuanto a temática —dentro del terror— y extensión. A Carmen Moreno, de Cazador de Ratas, ya la conocía por las RRSS pero no habíamos tenido la ocasión de vernos en persona. Aprovechando que ella presentaba Sherlock Holmes y las sombras de Whitechapel en Madrid, un amigo común, Alberto Plumed, propició el encuentro. A partir de ahí, empezamos a hablar de proyectos y Vienen a por ti se materializó. No puedo estar más contenta con el resultado, tanto en lo personal como en lo profesional. CJ: Siempre he pensado que es interesante conocer los referentes literarios de los autores. Sería demasiado fácil para mí preguntarte por tus autores de terror preferidos, es algo que probablemente esperas. Pero quiero saber otras cosas de ti. ¿Cuáles son tus influencias literarias fuera del género de terror o incluso fantástico? MJ: Es una pregunta fácil y a la vez difícil. Fácil, porque llevo leyendo de todo desde que tengo uso de razón. Difícil, porque son tantos y tan diversos los autores que han dejado poso en mí que sería imposible nombrarlos a todos. Fuera del género, leo narrativa contemporánea, thriller, histórica. Podemos hablar de autores tan dispares como Miguel Delibes, Umberto Eco o Noah Gordon, por ponerte unos ejemplos, aunque podría nombrar una veintena sin pensarlo mucho. CJ: Al hilo de la pregunta anterior, entonces, ¿qué autor/s o autora/s de terror en español te han influido? MJ: Mi pasión por el terror se forjó con lecturas de autores extranjeros. Si tengo que nombrar un autor español que me influyó a temprana edad ese es Gustavo Adolfo Bécquer con sus Leyendas. Gracias a meterme más en el mundillo, he podido comprobar que el género está muy vivo y conocer a muchos autores y autoras, como Elia Barceló, que toca muchos palos de forma magistral, o como Pilar Pedraza, que es todo un referente del terror español. CJ: Leyendo Vienen a por ti me he dado cuenta de que la mayor parte de las historias tienen lugar en países extranjeros (Nueva Orleans, Chicago, Pleasantville, Denver, Aguascalientes…) ¿por qué? ¿Crees que situar las historias en otros países añade un elemento extraño a la narración? MJ: Supongo que tiene que ver con la respuesta anterior. Al haber leído muchos autores extranjeros del género, no puedo evitar verme influida por ciertas ambientaciones, si bien es cierto que también te lo pide la propia historia. En el caso de Aguascalientes, por ejemplo, me pareció un lugar idóneo para situar un cártel de la droga mexicano. A la hora de escribir, sobre todo si tienes cierta tendencia perfeccionista, esto complica el aspecto de la documentación, pero da muchas satisfacciones y te sirve para informarte sobre lugares y situaciones que de otra forma no conocerías. CJ: Otro elemento clásico que se repite en tus historias es el sentimiento de que existe un destino del que no se puede escapar: las maldiciones se revelan en sueños, el destino es inamovible, los pecados se heredan… ¿Dirías que tu concepción del terror es clásica? MJ: En muchos aspectos diría que sí. El miedo es algo que viene de antiguo y tiene mucho que ver con lo desconocido. Otra de mis pasiones y, por tanto, de mis influencias, es la mitología griega, donde las Moiras controlan el hilo de la vida. Curiosamente, mi cuadro favorito es Las hilanderas, de Velázquez. A lo largo de nuestra cultura, siempre se ha tratado de acceder a esa parcela que no nos es conocida, desde la interpretación de sueños hasta la adivinación del futuro. A la hora de escribir terror, es algo que no se puede obviar y que está presente en mis relatos. CJ: Algunos de tus personajes se obsesionan con ciertos objetos, como si estos encerrasen un poder de atracción maligno. ¿Qué ingredientes crees que debe tener una buena narración de terror? MJ: Lo primordial, en cualquier tipo de escrito, es que la historia atrape. Si no lo hace, el autor tiene la batalla perdida de antemano. Después, que esté bien construida, sea coherente y no deje cabos sueltos. En relato, esto es más sencillo por su extensión, pero otros aspectos, como el tratamiento de personajes, se complica porque debes hacerlos creíbles con unas pocas pinceladas. Una de las cosas que me están comentando los lectores es que les inquieta encontrarse elementos de terror en situaciones cotidianas, que pueden suceder en la vida real. Creo que al final es cuestión de crear una especie de conexión entre la historia que estás contando y el lector. A partir de ahí, bucear en las profundidades de la psique humana y remover las entrañas para provocar miedo, angustia, desasosiego o la sensación que busques en cada narración. CJ: ¿Cuáles son tus proyectos literarios de cara al futuro? MJ: Ahora mismo estoy enfrascada en acabar la novela en la que llevo trabajando un par de años. Se trata de un thriller policíaco y está ambientada en España. Toca ciertos temas que creo darán que hablar y tengo ganas de ver la respuesta de los lectores. También tengo pendiente que salga alguna colaboración en antología. Y, por supuesto, seguir dando a conocer el género allá donde pueda. CJ: ¿Cómo ves la situación actual de la literatura de género en España? MJ: Si bien la literatura de género se caracteriza por ser algo minoritario, también es cierto que sus lectores son fieles: saben lo que buscan y lo que quieren. No son pocas las editoriales que están apostando ahora por el género. En mi opinión, lo más importante es la visibilidad. Eso pasa por tener una buena distribución, en la que los lectores puedan encontrar con facilidad este tipo de literatura en los puntos de venta, y también considero fundamental que el autor se mueva. Festivales como el Celsius cada año van cogiendo más auge e incrementando el número de visitantes. En noviembre se celebrará la EuroCon en Barcelona, donde ya están agotadas las entradas desde hace meses. Las RRSS también son un punto de encuentro importante entre autores y lectores, así como páginas web especializadas o publicaciones como esta, facilitan mucho el poder llegar al público y que conozcan las novedades. Al final, se trata de partir con un producto de calidad, pero creo que ahora hay muchas oportunidades si se saben aprovechar.
0 Comments
Cristina Jurado
Lavie Tidhar es uno de los autores más interesantes y originales del fantástico en lengua inglesa. The Guardian ha descrito una de sus últimas novelas A Man Lies Dreaming, como una “obra de arte retorcida” y que será publicada el año próximo en español por la editorial Kailas. Su novela Osama obtuvo el premio World Fantasy en 2012 y , desde entonces, títulos anteriores como la saga The Bookman y posteriores como The Violent Century, Central Station o Art & War siguen haciendo coincidir las opiniones favorables del público y la crítica. Central Station, su última novela publicada, es una experiencia sinestésica, un lienzo en el que cada historia individual forma parte de un conjunto que habla sobre un cruce de caminos, un sitio único en el que las vidas se mezclan, y aparecen ideas originales pero posibles. Este espacio, una estación situado en un Tel Aviv del futuro, está descrito de una manera tan realista que podemos literalmente oler, escuchar y degustar así como ver a los personajes en su ámbito doméstico. El talento de Tidhar es tal que, a pesar de la distancia en el tiempo y el espacio, podemos visualizarnos allí: nuestro futuro no es más que nuestro presente, repleto de elementos especulativos. En este sentido, Central Station es un personaje en sí mismo, influyendo en sus habitantes casi como lo haría el Solaris de Lem. Las diásporas han proliferado a lo largo de la historia de la Humanidad. De alguna manera, ahora estamos siendo testigos de una importante por la enorme cantidad de inmigrantes procedentes de las guerras (siempre ha habido conflictos armados y parece que continuará habiendo). En Central Station, la narrativa de Tidhar se construye alrededor de los resultados de los conflictos: el contante flujo de personas que vienen y van; los soldados mitad máquinas, mitad hombres y su vida después de las guerras; la colonización de otros mundos, etc. La consecuencia de los grandes movimientos de población se deja ver no solo en la expansión de la vida humana por todo el universo sino en la creación de mundos paralelos en el reino digital. La novela, por ello, presenta temáticas que van del ciberpunk al contacto con otros seres inteligentes. La tecnología está presente de manera abrumadora; desde una realidad virtual en la que se puede llevar una vida paralela, y una contante integración en la Conversación (algo así como Internet), hasta los niños genéticamente diseñados, vampiros de datos, robots-párrocos y cyborgs. El autor los reúne en una suerte de pintura impresionista, que se disfruta mejor desde lejos. Siempre he pensado que la prosa de Tidhar posee la intensidad y la potencia de los pintores impresionistas, aunque los temas e ideas que toca sean mayoritariamente expresionistas: con unas cuantas pinceladas de palabras, puede sumergir al lector en un estado intenso, como en un cuadro de Van Gogh, entre el arte descriptivo y los temas expresionistas. Eso es lo que admiro en el arte de Tidhar. Tú, lector, necesitas conseguir este libro y leerlo. Podrás entrever un futuro probable, uno que está más cercano de lo que parece, con todas sus tonalidades de gris; con la inmortalidad y las nuevas enfermedades; con aislamiento y aburrimiento así como nuevas maneras para comunicarnos y entender la realidad; con nuevos tipos de humanos, desde los cyborgs hasta los humanos que viven en simbiosis con aliens y los transhumanos. Después de ser uno de los invitados de honor del último Festival Celsius, SuperSonic ha podido entrevistar a Lavie Tidhar para conocerlo un poco más en profundidad. Cristina Jurado: ¿Cuánto tuviste que reescribir las historias contenidas en Central Station para unificarlas? Lavie Tidhar: Esta es una pregunta interesante. Tienes que tener en cuenta que mi plan desde el principio era escribir una novela “mosaico” (enfatizo la palabra “novela” aquí) que además se inscribe en una larga tradición dentro de la ciencia ficción (piensa en City de Simak o en Lord of Light de Zelazny, etc). Se trata de novelas construidas a partir de “episodios” más o menos independientes que primero fueron publicados en alguna revista. Era algo que soñaba hacer desde hacía tiempo, pero nunca pensé que sería capaz. Eso fue lo que hice pero, una vez acabado, algo no marchaba bien. No terminaba de funcionar del todo y yo no tenía, en términos de edición, la distancia necesaria con el material como para saber qué necesitaba hacer. Afortunadamente, en Tachyon sabían exactamente qué es lo que estaba intentando hacer y fueron los que me ofrecieron el feedback que precisaba. Desde el punto de vista técnico, se trataba de cambiar el orden de las historias para que encajaran mejor, eliminando una historia, cortando otra a la mitad, suprimiendo redundancias, suavizando las transiciones entre los episodios individuales… Fue un proceso muy interesante y me sentí genial. Esto muestra lo importante que es tener un editor, alguien que entienda lo que quieres conseguir y que te proporcione las herramientas las herramientas para hacerlo. CJ: Hace poco mencionaste que dispones de 120000 palabras, un total de 28 historias ubicadas en el universo de Central Station. ¿Planeas consolidarlas todas en una serie? LT: Siempre me ha fascinado la idea de una “historia futura” –creo que fue Heinlein quien acuñó este término- pero lo que más me ha inspirado (y algo que creo que es obvio en mi escritura) es la serie Instrumentality de Cordwainer Smith. Mis historias más “ciencia ficcioneras” comenzaron a encajar en ese mundo, y sentí que podía ofrecer una visión del futuro de la humanidad –uno de los posibles futuro, en cualquier caso- . Central Station supuso la culminación de todo aquello y, una vez que estuvo terminada, comprendí que había terminado de trabajar en aquella versión particular de la humanidad. ¡Fue algo divertido! Si te soy honesto, no estoy demasiado seguro de querer publicar una colección de relatos en este momento. En aquel momento aprendía al mismo tiempo que escribía, y alguna de las primeras historias no son tan buenas, o necesitarían mucho pulido. Pero nunca se puede decir “nunca”… y, para ser exactos, he inscrito mi novela corta Martian Sands y mi novella Cloud Permutations en ese universo, así como una novela que aún no está publicad y que es demasiado extraña titulada Chains of Assembly, así que el número total de palabras que he escrito y que se enmarcan dentro de ese universo debe estar por las 330.000. CJ: La siguiente pregunta está relacionada con tu visión sobre el futuro de la humanidad. Siempre me han fascinado tus historias ucrónicas (Osama, The Violent Century, A Man Lies Dreaming, etc…) y, de una manera extraña, tus historias sobre el futuro también me resultan Historias de un Futuro Alterno. Ya sé que es una idea chocante, ya que el futuro aún no está escrito, pero creo que revistes tus historias con una pátina de credibilidad que las convierte en tremendamente verosímiles, aún cuando hablas del futuro (no sé de qué otra manera explicarlo mejor). Tal vez sean los elementos familiares que incluyes, así como las temáticas. ¿Cómo eliges tus proyectos y el ángulo desde el que los abordas? LT: Central Station fue una manera de hablar de un momento y un lugar reales, en este caso, la zona del sur de Tel Aviv que rodea la estación de autobuses, con su vida real y extraña, y la gente que vive allí, pero a través de la lente distorsionadora de la ciencia ficción. En realidad, creo que una parte importante del libro es casi un prólogo, que permite explicar el aquí y el ahora, y que luego hace una pirueta y se adentra en el futuro. Pero creo que tienes razón en cuanto a que, como en mis otros libros, trato de abordar temas muy reales y contemporáneos. Lo otro que me gustaría decir es que, no se trata tanto de mi visión del futuro, sino de una visión más antigua del futuro, el tipo de visión optimista que se tenía durante la “Edad de Oro” y, al mismo tiempo, teniendo la oportunidad de interrogarlo y re-moldearlo. Mi siguiente proyecto de ciencia ficción será muy diferente porque ahora estoy interesado por temas como la sostenibilidad, por ejemplo. En cuanto a cómo elijo mis proyectos, ¡no los elijo! Central Station me vino porque viví en Jaffa en 2010 y 2011, y porque me sentía muy influenciado por aquella zona de la estación, y su situación en aquello momentos. Por el momento estoy trabajando en varios proyectos al mismo tiempo, pero se trata de encontrar el que, de alguna manera, funcione y me haga perseverar. A veces crees que un libro suena genial, pero no funciona nunca y la idea se queda estancada, nunca llegas a escribirla o, peor aún, escribes un poco y se desinfla… Escribir libros es muy difícil y parece una tarea casi imposible terminar uno. CJ: Has mencionado a Simak y a Zelazny como autores que te han inspirado pero, ¿qué otros escritores fuera de la ciencia ficción han influido en Central Station? LT: Creo que una influencia obvia en Central Station es Miguel Street de V.S. Naipaul, una suerte de mosaico sobre la vida de los residentes de una pequeña comunidad en Trinidad y Tobago. Realmente quería escribir sobre gente ordinaria que se encuentra viviendo en un ambiente “ciencia ficcional” futuro y deslumbrante. Puede que sea algo confuso para algunos, claro, pero no quería escribir sobre héroes y batallas y cosas épicas… ¡Quería escribir ciencia ficción doméstica! CJ: Siempre me ha fascinado el proceso de creación de los escritores. ¿Cómo encaras una nueva historia? ¿Utilizas esquemas, fichas de personajes, etc? ¿Echas mano de lectores beta? LT: No tengo lectores beta, no. Algunas veces soy consciente de las cosas sobre las que quiero conseguir una determinada perspectiva, por lo que le paso mi libro a algún colega pero, generalmente, hago caso de mi propio instinto sobre lo que quiero alcanzar y si el libro en cuestión se acerca lo suficiente o no. En lo que se refiere a los relatos, los escribo y los envío sin más. Con las novelas me he convertido en alguien que planifica. ¡No solía hacerlo! Generalmente, las novelas germinan durante mucho tiempo antes de que las empiece: tuve Osama en mente durante años antes de empezarla, por ejemplo. Algunos libros nunca despegan, claro… Normalmente busco la voz adecuada, pregunto quién cuenta la historia. Una vez que lo sé, lo demás encaja en su sitio. CJ: Eres un autor británico-israelí e incorporas munchos elementos culturales de Oriente Medio en tus historias. ¿por qué crees que hay tanta carencia de ciencia ficción en los países de habla árabe? LT: No me considero una autoridad en literatura árabe, aunque conozco obras de ciencia ficción escritas en esa parte del mundo, en Egipto o Siria por ejemplo. Pero, como sabes, en realidad se trata de un género muy americano. Por eso, aquellos de nosotros que venimos de fuera necesitamos subvertirlo para encajarlo en nuestras propias culturas y perspectivas o… bueno, tenemos que reaccionar a su favor o en su contra, pero lo difícil es metamorfosearlo en algo único. Me encuentro con muchos aspirantes a escritor que solo quieren trasladar sus libros favoritos (o, casi siempre, series de TV). Por ejemplo, quieren tomar Juego de Tronos o una historia de zombies para traducirlo en algo como, digamos “Una de zombies pero en Jerusalem”, ¿entiendes? Y eso no funciona. Tenemos una historia y una cultura tan ricas… y el secreto es profundizar y crear algo original y asombroso. Alexander Páez
Angela Slatter (1967, Australia) es una escritora de género fantástico que escribe, mayormente, fantasía oscura y terror. La autora se graduó en 2005 en escritura creativa y desde entonces dedicó su vida académica a la narrativa. Actualmente es doctora en escritura creativa e imparte clases en la Queensland University of Technology. La autora ha publicado una cantidad enorme de cuentos y relatos tanto en antologías, como en revistas u otro tipo de publicaciones. En cuanto a antologías de relatos cabe destacar The Girl With No hands (Ticonderoga, 2010), Sourdough and Other Stories (Tartarus Press, 2010), The Bitterwood Bible and Other Recountings (Tartarus Press, 2010) y The Female Factory (Twelfth Planet Press, 2014). Además tiene relatos en antologías editadas por nombres tan conocidos como Jeff y Ann Vandermeer o Ellen Datlow. Quizá sus publicaciones más populares han sido las que han salido con la editorial Tor: Of Sorrow and Such (2015) y Finnegan’s Field (2016), éste último podéis leerlo gratis en la web de Tor. Para finalizar, destacar algunos de los (muchos) premios que han sido otorgados a la autora, como el World Fantasy Award, con The Bitterwood Bible and Other Recountings y el British Fantasy Award con The Coffin-Maker's Daughter. Alexander Páez: Desgraciadamente, aun no se han publicado tus libros en España. Cuéntanos algo sobre ti y tu obra. Angela Slatter: Soy una autora australiana que escribe fantasía oscura y terror, y la mayoría de mis historias se basan en los cuentos populares. He publicado seis colecciones de relatos (Sourdough and Other Stories, The Girl With No Hands and Other Tales, Black-Winged Angels, The Bitterwood Bible and Other Recountings, así como Midnight and Moonshine y The Female Factory –estas dos últimas co-escritas con Lisa L. Hannett). En octubre saldrá mi séptima colección, A Feast of Sorrows: Stories, de la mano de Prime Books y ¡que será mi primera colección en Estados Unidos! Mi primera novela, Vigil, saldrá publicada en julio gracias a Jo Fletcher Books en el Reino Unido, y sus secuelas -Corpselight y Restoration- verán la luz en 2017 y 2018, respectivamente. Me siento afortunada de haber ganado un World Fantasy Award, un British Fantasy Award, y cinco Aurealis Awards. Ésta es mi web y merodeo por Twitter como @AngelaSlatter. AP: Escribes cuentos y relatos, aunque antes te decantabas más por las historias o la ambientación de terror. ¿Por qué te mueves en estos géneros? AS: Siempre me han gustado los cuentos populares, ya que fueron las primeras historias que me leyeron cuando era pequeña, por lo que ocupan un lugar especial en mi corazón. Para mí nos vinculan al pasado, y no me refiero solo al pasado reciente de nuestra infancia, sino a uno más lejano en el que la gente se sentaba entorno al fuego, que mantenía alejado la oscuridad, y contaba historias que eran realmente advertencias (por ejemplo, si caminas en el bosque y te sales del camino, serás devorado por un lobo). La ficción especulativa es un género que me atrae porque es la literatura de la posibilidad; te permite hacer volar tu imaginación. En tanto en cuanto mantengas la coherencia en el mundo que hayas construido, puedes hacer lo que tu imaginación y tus sueños te dicten. En lo que se refiere a los cuentos, me encanta que escondan mucho más de lo que se ve a simple vista; me gusta que, en sus variantes más antiguas, sean advertencias, cuentos de terror para nuestros antepasados, y también me gusta que podamos leer mensajes cifrados en ellos. Es estupendo que podamos reclamarlos del proceso de “Disneyficación” que han sufrido, y de las manos de gente miedosa tratando de “limpiarlos” para que las historias fueran aptas para niños. ¡Es bueno asustarse! ¡Te prepara para la vida! AP: ¿Qué te ha inspirado a retomar los cuentos? AS: Cuando decidí que quería dedicarme a escribir en serio, probé varios géneros, uno de ellos el chick lit o literatura femenina, pero no conseguí sentirme cómoda hasta que empecé a trabajar rescribiendo cuentos populares. El primero fue The Little Match Girl (La Pequeña Cerillera), y la historia me vino tan rápido que la terminé en una tarde. Entonces comprendí que había encontrado mi sitio. Retomo los cuentos populares porque me gusta enfrentar al lector a una historia antigua pero desde una nueva perspectiva, despojándola de la capa civilizada y poco amenazadora que incorporan muchas de las versiones nuevas, para llegar hasta las cosas espantosas que se esconden dentro. Creo que es un reto, tomar algo tan familiar y transformarlo en una cosa desconocida, jugando con la idea alemana del unheimlich. Una de las razones por las que me encanta el trabajo de Angela Carter es porque ella consigue esto de manera brillante, y leer su The Bloody Chamber por primera vez fue toda una revelación, una luz que arrancó las vendas de mis ojos y que abrió mi mente. AP: ¿Es esa una de las razones por las que te gusta tanto reescribir este tipo de narrativa? AS: Siempre he dicho que, a un nivel básico y crucial, escribo para gestionar mis miedos. Algunos son terrores infantiles pero, si puedo escribir sobre ellos y trabajarlos, puedo controlarlos. Hay una razón por la que el primer cuento que reescribí es La Pequeña Cerillera: de pequeña, recuerdo a mi madre leyéndomelo por primera vez y mi llantina por el final tan cruel. Supongo que representaba para mí el miedo nada irracional de no ser querida, de estar sola, de perder a mi familia. Cuando escribí mi propia versión, me aseguré de que el personaje principal fuera voluntarioso, que tomara sus propias decisiones y las riendas de su vida (aunque su final no sea feliz). Además, tengo que hacer aquello que me satisfaga. ¿Estoy demasiado loca? O, quizás, simplemente me guste escribir cuentos. AP: Cuentas con una bibliografía envidiable, el aplauso de la crítica y muchos reconocimientos. También tienes un doctorado en Escritura Creativa y numerosos trabajos publicados. ¿Cómo haces para escribir? AS: Tengo la suerte de ser escritora freelance desde hace cuatro años y no he tenido que hacer malabares para compatibilizar un trabajo de oficina con escribir, aunque lo tuve que hacer cuando estudiaba, pues tenía que trabajar para pagar las facturas, y seguía escribiendo y editando historias para forjar mi carrera. Escribo casi todos los días; cuando no lo hago es porque me estoy documentando o atendiendo a otros menesteres asociados con este trabajo (¡como contestar a las preguntas de una entrevista!), o escribiendo sinopsis, editando, corrigiendo galeradas, o planificando el próximo proyecto. Los últimos meses han sido duros porque no me organicé bien, así que he estado tratando de terminar una novela y otra novella, así como dos colecciones de relatos… casi he terminado, pero ¡tendré más cuidado en el futuro! AP: ¿Qué ha inspirado Of Sorrow and Such? AS: Me pidieron escribir una novella y tenía el personaje de Patience de un par de historias de mi primera colección Sourdough and Other Stories (ella aparecía en “Gallowberries” como una jovencita y en “Sister, Sister” como una anciana). Siempre quise saber qué le había sucedido en medio de esos cuentos y quería contar esa historia. Medité mucho sobre la forma en la que nuestro pasado puede volver para perseguirnos, incluso si tratamos de vivir una vida ejemplar y hacemos todo lo posible por expirar nuestros pecados de juventud. He leído mucho sobre las brujas, tanto en obras históricas como de ficción, y me rondaba un cuento antiguo que había leído en un libro que mi padre me dio hace más de treinta años sobre brujas que se transformaban en gatos. Quería utilizar aquello de alguna manera, y también quería trabajar y trastocar ideas sobre las brujas y las hermandades femeninas, tejiéndolas en una mezcla de cuento folk y popular… y quería que las mujeres terminaran sanas y salvas al final. AP: ¿En qué estás trabajando en este momento? AS: Ahora mismo estoy editando una novella titulada Darker Angels que va a incluirse en la colección A Feast of Sorrows. Estoy a punto de comenzar a corregir la novela Corpselight y tengo encargados cuatro relatos para escribir. Tengo otra novella más para editar, además de buscarle una editorial que la publique, y he empezado a documentarme para un libro sobre las películas de vampiros de la trilogía Karnstein de la Hammer Horror. ¡Necesito ponerme a escribir mi nueva novela, Restoration, para Jo Fletcher Books! Y también tengo que incorporar las correcciones finales de una nueva colección The Tallow-Wife and Other Tales, que es el tercer libro que cierra la serie Sourdough. AP: Tus historias incorporan personajes femeninos fuertes. ¿Cuán importante es para ti que estén presentes en tus historias? AS: Es muy importante: soy una mujer, ¿por qué no iba a escribir sobre personajes femeninos? Es importante que en fantasía haya voces femeninas que no siempre digan “Oh, ¿no habrá ningún hombre grande y fuerte que venga y me rescate? ¡Se me ha caído el bikini plateado!” AP: ¿Crees que ha cambiado el papel de las autoras en el género fantástico? AS: Espero que sí, que estemos ampliando la audiencia y que cada vez más lectores apuesten por descubrir lo que ofrecemos a través de nuestros cuentos. No todo el mundo quiere reescribir Conan, El Bárbaro. Hay muchas mujeres que están escribiendo fantasía maravillosa como Kate Elliott, Kristin Cashore, Elspeth Cooper o Juliet Marillier, y el trabajo de Sara Douglass es increíble. AP: ¿Cuál es tu autora favorita? AS: ¡Es demasiado difícil elegir solo una! Propongo una lista, aunque no esté completa de ninguna manera: Tanith Lee, Angela Carter, Margo Lanagan, Zen Cho, Nnedi Okorafor, Lisa L. Hannett, Damien Angelica Walters, Juliet Marillier, Nalo Hopkinson, Barbara Hambly, Caitlín R. Kiernan, Aliette De Bodard ... Cristina Jurado
Una de las parcelas menos conocidas de la literatura es la que concierne a las editoriales, que son la cara oculta de la luna de un mundo en el que autor y obra suelen ser los protagonistas. En su labor desde las trincheras se equiparan en invisibilidad con los agentes literarios, los correctores orto-tipográficos y de estilo, los traductores, y los lectores beta. Pocos libros que merezcan la pena salen a la luz sin su contribución y el suyo es un trabajo que, además de ser bastante desconocido, está poco y mal valorado. Los editores rastrean entre los manuscritos, pelean por adquirir derechos de publicación y traducción, asesoran al escritor para sacar el mayor partido a su obra y lo acompañan en presentaciones y actos de promoción, además de consultar precios de imprentas, maquetadores, ilustradores y diseñadores, organizar antologías, gestionar pagos y cobros, y maniobrar para ofrecer una oferta amplia que satisfaga los intereses de los lectores. En un momento en el que el sector en nuestro país se enfrenta a momentos difíciles, algunos intrépidos alimentan el sueño de producir y publicar obras literarias organizando sellos pequeños que tienen que competir con los grandes grupos o con editoriales icónicas y de probada trayectoria. Y aunque a veces nos despertemos con noticias como las de la desaparición de editoriales emblemáticas de género – véase el caso de Factoría de Ideas-, hay muchos otros en los que nos llegan noticias de la aparición de nuevos sellos: según el informe El sector del libro en España 2013-2015 publicado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en 2014 había 3109 editoriales en activo, 23 más que el año anterior (en esta categoría estarían incluidas instituciones educativas, órganos administrativos u organizaciones dependientes de la Administración). A continuación os presento algunas de las editoriales que han surgido en los últimos meses, desafiando la difícil coyuntura, y que se dedican -total o parcialmente- a publicar libros de ciencia ficción, fantasía, terror, y literatura extraña que navega entre esos géneros. Este es un repaso, a vista de pájaro, de aquellas de las que he tenido noticia y que han dispuesto del tiempo para contestar a unas cuantas preguntas. Las he dejado hablar, de ahí la profusión de comillas. No están todas las que son pero, las que están, son. Por riguroso orgen alfabético empezamos por… Antipersona Sello de carácter experimental, Antipersona nace de la labor colaborativa de un colectivo que se inició en el mundo literario a través de los fanzines y que fue evolucionando hasta alcanzar su forma actual, a medio camino entre una editorial pequeña, una comunidad artística y un artefacto de agitación cultural. Para alejarse de los fanzines políticos al uso, y aprovechando la iniciativa de ilustradores que apostaban por la autoedición y el trabajo en común, el sello quería rellenar un hueco vacío. Impulsados por la necesidad de buscar los límites, y fascinados por los márgenes, y buscando cómo traspasarlos, Antipersona explora terrenos desconocidos, apostando por textos que arriesgan de alguna manera. Antipersona se nutre de los contenidos elaborados por el colectivo del que es producto, aunque también están dispuestos a publicar autores con intereses afines. En ocasiones, el colectivo se pone en contacto con los escritores por medio de sus artículos y a través de propuestas de traducción. Otras veces, son los propios autores quienes les presentan sus iniciativas. La editorial no busca un “autor tipo”, sino aquellos que se ajusten a su línea editorial, con escritos que compartan el gusto por la experimentación y por la exploración de los límites. Los primeros títulos de la editorial son Las canciones de los durmientes de Layla Martínez, Polybius de Francisco Jota-Pérez. En breve continuarán con una antología de historias entorno a los crímenes de Alcàsser, que exploran ideas como el asesinato, el rito, el delirio o el sacrificio. En el ámbito de los fanzines, están trabajando en una publicación sobre las relaciones de dominación dentro de la familia,y otra sobre las órdenes de caballería de mujeres. La voz de este proyecto la pone Layla Martínez, una de las editoras, y sobre la situación del sector en España opina que: “Creemos que se están haciendo cosas muy interesantes, que hay editoriales haciendo un gran curro en géneros muy distintos. Nos interesan sobre todo las editoriales independientes, las grandes apenas las seguimos. Salvo alguna excepción no nos suele interesar mucho su línea editorial. Seguimos de cerca a La Felguera, a Pepitas de calabaza, a Alpha Decay, a Cabaret Voltaire, a Nevsky, a Valdemar, a Dirty Works, a Materia Oscura. Quizá echamos de menos que haya más traducciones fuera de los autores consolidados o del formato best seller. Hay obras muy buenas que no llegan, sobre todo en cuanto te sales del ámbito anglosajón y occidental. Sabemos que muchas veces es complicado para las editoriales pequeñas, pero creemos que hay caminos interesantes por ahí.“ Apache Libros Situada en la localidad madrileña de Collado Villalba, esta editorial independiente surge después de que sus responsables trabajaran durante veinte años en el mundo editorial convencional. El objetivo de este sello es el de convertirse en una referencia en el terreno de la ciencia ficción y el terror en nuestro país, con una comunidad lectora alrededor que sea capaz de aportar crítica y debate, porque entienden que su labor editorial se basa en la interacción entre autores y lectores. Entre sus señas de identidad destacan: la interacción con el público a través de ferias temáticas, convenciones y encuentros culturales; el protagonismo que conceden a los autores; y su capacidad para estar atentos a las recomendaciones de su entorno. Asimismo, dicen prestar gran atención a las portadas de sus libros, realizadas por sus propios ilustradores. El editor José Luis del Río Fortich revela que Apache Libros centra su atención tanto en autores españoles de ciencia ficción y terror, como en autores clásicos de la literatura gótica. “Creemos que la literatura de género española está en auge y que los autores ofrecen una perspectiva única y diferente”, señala del Río Fortich, quien añade que “existe un desconocimiento de la literatura clásica gótica. Los jóvenes lectores desconocen a estos autores y, cuando los descubren, quedan fascinados por sus temáticas y manera de escribir.” Actualmente están inmersos en la publicación de sus primeros títulos: tres obras de ciencia ficción (Ecos del futuro y otros relatos de Vicente Hernándiz, Los viajes de Jim de Tony Jim JR., y El ojo de Dios de David Luna); dos de literatura gótica (las antologías Diabólica tentación y Los no muertos); y uno de narrativa latinoamericana (Los reyes de la fiesta y otros relatos con cierto humor de Fernando Sorrentino). Quieren vertebrar la editorial alrededor de la colección de ciencia ficción, por lo que van a incorporar varios títulos de autores conocidos, como Leonardo Ropero y sus Ángeles de Titanio (Finalista al premio Minotauro). Inaugurarán una colección de terror con la obra La guarida de Jaime Blanch y José María Ferreira, y una de ensayos sobre cultura popular con 100 Comics!!! de Lluis Ferrer Ferrer y la adaptación de la tesis de Cristina Martínez con el nombre La cultura friki en España. En el terreno de los libros ilustrados, van a editar un libro dedicado a la trayectoria del artista Juapi, y publicarán sus novelas góticas en formato ilustrado, comenzando por Los crímenes de la calle Morgue. Sobre la situación de la edición de género, del Río Fortich comenta que “personalmente, creo que muchas de las añoradas editoriales han desaparecido por su inversión en derechos de autor internacionales, los costes de traducción y unas ediciones que superaban notablemente las exigencias del mercado. […] Antes las editoriales tenían diversos departamentos que realizaban todo el proceso del libro. Ahora, en mi opinión, deben ser externalizados”. Con respecto a la autoedición, señala que “la autoedición se debe distinguir de las empresas de autoedición. Amazon da un servicio increíble a los autores que se autoeditan y que no trabajan con editoriales. […] El autor gana en independencia pero pierde el valor añadido de publicar en una editorial. Las empresas de autoedición son meras imprentas que obvian todo trabajo editorial. Proliferan porque los autores desconocen el funcionamiento del mundo editorial y por las capacidades comerciales de estos editores. Pese a ser tachado de soñador, creo que la labor de editor es fundamental y que, pese a quien le pese, el mundo editorial no está muerto.” Cazador de Ratas Hace un año que la narradora, poetisa y editora gaditana Carmen Moreno decidió abrir un sello independiente en el que pudiera desplegar su experiencia editorial y literaria. Su nombre, Cazador de Ratas, que se interesa por los autores que presentan una alta calidad literaria, algo que no siempre sucede en el mercado. Como afirma la propia editora: “De hecho, una vez, hablando con un librero, me dijo que sólo había dos formas de hacer esto: apostando por la calidad o apostando por las ventas. Nosotros somos de los idiotas o los románticos que apostamos por lo primero.” Además de sus labores como editorial, el sello ofrece servicios de realización de informes literarios y correcciones orto-tipográficas y de estilo. Para hacer realidad su proyecto han armado un catálogo con diversas colecciones que abarcan desde la novela negra a la ciencia ficción y el terror, el ensayo y la narrativa breve, pasando por la poesía y la novela gráfica. Entre los autores que ha publicado se encuentran Elia Barceló, María Zaragoza, Juan Guinot, Mauricio José Schwarz, Iñaki Echeverría, Esteban Castroman, Gabriela Cabezón, Antonio Sachs, Relda, Tatiana Goransky, Eduardo Cruz Acillona, Miguel Baquero, Juan Ramón Biedma y todos los que hicieron posible la antología Los Irregulares (Juan Guinot, Mercedes Rosende, Kike Ferrari, Rodolfo Santullo, Alejandro Castroguer, María Zaragoza, Cristina Jurado, Daniel Pérez Navarro, Elia Barceló, Ángel Olgoso y Lem Ryam). Actualmente se hallan inmersos en la publicación de Ya vendrán tiempos peores de José Landi Gragera, una mezcla entre sátira y crónica social sobre los años 80. En los próximos meses van a lanzar obras escritas por Miguel Aguerralde, Juande Garduño o Daniel Espinosa, entre otros. Moreno afirma que lo que diferencia a Cazador de Ratas de otras editoriales, “Seguramente la fe y las ganas que le ponemos, pero si le preguntas a otra editorial te dirá que ellos también. Creo que todos los que nos dedicamos a esto lo hacemos por amor a la literatura. Intenta[mos] sobrevivir en uno de los mercados más competitivos, exigentes y extraños que existen.” Dilantando Mentes Además de ser pareja, José Ángel de Dios García y Maite Aranda Morata forman el binomio que está detrás de Dilatando Mentes, un proyecto editorial que pretende rescatar para el lector el gusto por la literatura. En palabras de José Ángel: “apelamos a que el lector descubra que un libro es algo más que una sucesión de páginas escritas: que (re)descubra la gran experiencia que es sumergirse en un libro y bucear en su interior.” Dilatando Mentes tiene como objetivo convencer al lector para que salga de su zona de confort, despertando su curiosidad, mediante la publicación de una amplia paleta de obras encuadradas dentro del género fantástico: desde la ciencia ficción al terror, pasando por la fantasía y la novela juvenil. La editorial está convencida de que lo que les diferencia del resto es el cuidado y la atención que ponen en la elaboración de cada uno de los títulos de su catálogo, que completan con varios extras: un prólogo, un ensayo sobre la obra, unas ilustraciones; una playlist para complementar la experiencia de lectura; un marca-páginas; una serie de postales para todos aquellos que compren cada libro directamente en su página web, y una sección gráfica que ayude al lector a comprender el contexto social e histórico en el que la obra se gestó. Dilantando Mentes está abierta a autores nacionales e internacionales, establecidos o noveles, con el único requisito de que sepan transmitir a través de su escritura. Acaban de sacar al mercado Los Cantos de Maldoror, del Conde de Lautréamont y, a corto plazo, tienen planeados los lanzamientos de: una historia de terror fantasmal, a cargo del malagueño Tony Jiménez y titulada El que se esconde; y una obra de fantasía gótica con toques de ciencia ficción del autor británico Richard Calder, bajo el nombre de Babilonia. Antes del verano tienen pensado publicar una novela juvenil, para invitar a los más jóvenes a leer durante su periodo vacacional estival, una fórmula que les gustaría repetir de cara a las Navidades próximas. Después del verano van a apostar por más terror nacional, fantasía anglosajona, ciencia-ficción militar escandinava y más literatura juvenil. Para José Ángel de Dios García, “El panorama cultural, hablando en general, en nuestro país es bastante descorazonador, la verdad. Algunos de los libros más vendidos son obra de gente que no tiene nada que ver en el mundo de la literatura; son estrellas televisivas que aprovechan su notoriedad para hacer caja. Creemos que hay muchas voces anónimas que merecen ser escuchadas, que hay muchos escritores, ajenos a modas que requieren nuestra atención tanto o más que autores superventas ya consagrados. Si algo hemos podido comprobar en el escaso tiempo de vida de la editorial, poco más de un mes, es que hay mucho talento y muchas ideas en nuestro país (hemos recibido en este mes 42 manuscritos), y estas deben ser tenidas en cuenta y, por lo menos, escuchadas. […] De unos años para acá, pequeñas editoriales (cuando no micro, como la nuestra) han hecho acto de presencia para darles a los aficionados al género nuevas visiones y ojalá que no falten y podamos disfrutar muchos, muchos años de buenas y variadas lecturas.” Editorial Café con Leche Microeditorial dedicada a la que fantasía, a la literatura erótica, y a la mezcla de ambos géneros (la fantasía erótica), Café con Leche trata de “aportar frescura a un panorama literario bastante cerrado a autores o temáticas novedosas”, como reconoce su editora Diana Gutiérrez. Esta iniciativa surge cuando un grupo de autores se da cuenta de que cuenta con las herramientas necesarias para comenzar una andadura dedicada a la edición literaria, desde una perspectiva alternativa de lo fantástico: están comprometidos con sacar a la luz historias con protagonistas femeninas que tengan algo que decir. En un primer momento, Café con Leche ha querido apoyar a los autores noveles en castellano, pero no descartan ampliar su catálogo con traducciones de títulos en otros idiomas. La editorial está actualmente centrada en una colección de novelettes que van a publicar primero como ebooks, para recopilar más tarde en varios volúmenes en formato físico (Horizonte rojo de Rocío Vega es la primera). Ya han publicado una antología dedicada a la teriantropía, Instinto animal: quince historias de lobas y cambiaformas, y otra de relatos eróticos, Cuando calienta el sol, diez historias eróticas para remojarse. Inmersos en la edición de una novela de piratas que mezcla erotismo, acción y aventuras, se encuentran negociando los derechos de una colección de erótica para hipsters y, por último, están preparando abrir líneas de no ficción y ampliar su distribución. Sobre la situación que vive el mercado Diana Gutiérrez comenta que “hay demasiada cantidad y no siempre suficiente calidad, aunque las editoriales independientes que han surgido en la última década hacen un trabajo impecable. En general, creo que hay bastante miedo a experimentar, pero porque el mercado es realmente muy pequeño y conservador. Si logramos poner de nuestro lado al lector, convencernos de que el libro electrónico no es una amenaza sino una oportunidad y arriesgar con propuestas distintas e interesantes, alcanzaremos una madurez como mercado.” Ediciones El Transbordador Esta iniciativa nació en la segunda fase de una alternativa de autoempleo que primero arrancó motores –nunca mejor dicho- de la mano de una librería de segunda mano especializada en ciencia ficción, fantasía, terror y aventuras Hombrecillos Verdes. Con un punto de venta en Málaga dentro de Play Planet Coffee & Shop (cafetería dedicada a los juegos de mesa), la librería evolucionó poco a poco hacia un modelo online. La editorial surgió a posteriori, cuando la librería comenzó a vender libros nuevos de otras editoriales independientes. Su editora Pilar Márquez explica que su objetivo “es, en primer lugar, mantener todos los equilibrios necesarios para que la ruta de El Transbordador siga, constante, hacia buen puerto. Es un proyecto tremendamente personal y visceral.” A El Transbordador le interesa trabajar con autores con quienes sintonizan a nivel literario y humano, creadores con una marcada personalidad que proponen obras que destacan con respecto al resto. La editorial entiende que comparte espacio con otras iniciativas independientes, lo que provoca las lógicas coincidencias en muchos aspectos de su labor, pero está convencida de que cada sello lleva aparejado una impronta exclusiva que se deja sentir en todo su catálogo. Para este sello se trata de una cadena de valores, desde un profundo respeto por el trabajo y que valora como se merece, hasta una actitud humilde, una ética del trabajo, un afán por ser constante y preocuparse por los detalles, aspirando a una perfección editorial. En resumen, la marca de El Transbordador quiere ser sinónimo de profesionalidad. Tras la inclasificable Ciudad de Heridas de Miguel Córdoba, la editorial tiene previsto publicar Supermalia, una antología de dieciséis héroes y villanos coordinada por Montiel de Arnáiz con ilustraciones a color. Acaban de recoger de la imprenta Deriva de Magín Méndez, que mezcla la ciencia ficción soft con la tradición de aventuras marítimas, y ya están pensando en editar una colección de relatos de Carlos Almira, centrados en el incumplimiento o violación de las Leyes del Universo. Para el resto del 2016 van a apostar por obras de Tony Jiménez (conocido por su nominación al Premio Nocte a la Mejor Novela Nacional 2015), Juan Antonio Fernández Madrigal (finalista de los premios Ignotus) o Alberto Moreno Fernández (autor publicado anteriormente con Espiral Ciencia Ficción), además de dejar espacio para algún proyecto sorpresa. Márquez augura un aumento del dinamismo en el sector: “Desde nuestra humilde visión de recién llegados parece que se percibe un mundo en plena ebullición: la sensación es que nacen editoriales con bastante frecuencia, que parece que hay gente que apuesta por seguir sus sueños, y esto nos encanta. También es cierto que no es oro todo lo que reluce y que hay que trabajar mucho y ser constantes para que luego el producto que ofrezcas sea de calidad. En cualquier caso, cada nacimiento de una nueva editorial nos parece una gran noticia, y estamos trabando muy buenas amistades con compañeros que creen, como nosotros, que en este mundo (como en la vida) hay que tender la mano, no poner zancadillas. Es un gusto dar con gente generosa de la que puedes aprender.” Esdrújula Ediciones Nacida en Granada a comienzos de 2015 de la mano de Mariana Lozano y Victor Miguel Gallardo Barragán, Esdrújula Ediciones es una editorial generalista que ha hecho de la poesía su abanderada, sin dejar de lado la novela, el libro infantil, la literatura juvenil, el ensayo e incluso la narrativa corta. Sus editores, que suman más de quince años de experiencia en el mundo editorial, se decidieron a fundar una empresa que les permitiera publicar libros al público más amplio posible. Como nota diferenciadora, Esdrújula Ediciones pone especial énfasis en la labor del corrector profesional, y publica todas sus obras simultáneamente en papel y en formato digital sin DRMs. Según sus editores, no se trata solo de realizar una labor de edición de calidad sino de crear un tejido cultural, por lo que se buscan autores que se impliquen, además de involucrarse en la organización de congresos y actos culturales. También ofrecen servicios editoriales a empresas y particulares a través de Dialéctica Ediciones, un proyecto hermano y paralelo. La editorial estará presente en las próximas ferias del libro de Madrid y de Granada y en abril celebran su primer año de andadura como “editorial del mes” en unas sesenta librerías de todo el territorio nacional, regalando un libro hecho para la ocasión a todos los que adquieran algún título de su catálogo (más material promocional que han diseñado ex profeso). Asimismo, se les va a dedicar un día entero en el Festival Internacional de Poesía de Granada. Se encuentran inmersos en la preparación de varios libros, incluyendo traducciones del francés, ya que tienen la intención de que su catálogo incorpore autores francófonos, tanto europeos como africanos. También tienen como objetivo abrir las puertas de la literatura griega contemporánea en nuestro país. “La industria editorial está tan mal como cualquier otra en este país,” explica Gallardo sobre la situación del sector y añade que, “a la crisis general hay que añadir el ingreso de las nuevas tecnologías […] Los que vivimos del libro también lo hemos notado. No estoy hablando tanto de la sustitución del libro en papel por el formato electrónico (algo que no creo que esté ni cerca de suceder en nuestro país, aunque no dudo que algún día será mayoritario) como del cambio de hábitos de compra. He hablado con varios distribuidores y tienen auténtico pánico a plataformas como Amazon. Los libreros, en cambio, tienen más miedo a las grandes superficies y a las cadenas de librerías. Los editores… bueno, creo que los editores pequeños como nosotros no tenemos miedo a nada. Si no, no estaríamos en esto. Hay que ser un poco kamikaze para meterse en estos berenjenales, pero en vez de usar esa palabra preferiría que os refirierais a mí como “un romántico”. En serio, me haría ilusión.” Huts Editorial Se define como una editorial-brote que ha germinado en Lakabe, una ecoaldea del Pirineo navarro fundada por tres socios. Esta iniciativa quiere ofrecer un vehículo de publicación para aquellas obras que buscan inspirar otros mundos posibles, “mundos que hablen de la belleza, de la transformación social, de las ideas no ordinarias, de la fantasía y de la imaginación”, como señala Arkaitz León Muela, uno de los editores. Huts confía que ese objetivo social y artístico se puede alcanzar a través de las creaciones de diversos géneros. Por ello se han lanzado a la búsqueda de autores cuyas obras compartan esta idea que, a pesar de su amplitud, consideran abarcable. Para diferenciarse, Huts está dispuesta a quebrantar las fronteras entre los géneros, invirtiendo la tendencia de las grandes editoriales que apuestan por sellos especializados para cada género y de las empresas pequeñas e independientes que se centran en contenidos muy concretos. Intentan apelar al lector ofreciendo, precisamente, publicaciones diversas unidas por un mismo objetivo. A pesar de su ambición, la editorial piensa desarrollar colecciones que permitan al lector identificar los libros de su catálogo. Tomando el binomio ilustración-palabra como base de su proyecto, han diseñado dos colecciones dedicadas a la narrativa crítica, por un lado, y al libro-objeto, por otro. En la primera colección tienen la intención de publicar novelas, dentro de cualquier subgénero, siempre que se ajusten al espíritu de la editorial y a la intención de la colección. En la segunda tendrán cabida obras “que aporten un toque de color, centrado especialmente en la belleza, y con la misma premisa de adaptarse a la línea editorial”, según León Muela. Actualmente están trabajando en la publicación de sus dos primeros libros: La poesía de los árboles, de Ignacio Abella y Leticia Ruifernández, una antología de poesía con ilustraciones; y Un pueblo perdido de Arkaitz León Muela, una novela de fantasía que explora la realidad actual del reparto y explotación de los recursos naturales. “[La actual es] una época de cambios”, afirma León Muela. “La gente sigue apostando por los libros, y eso me tranquiliza. Sí, está el libro electrónico por ahí, amenazando con la era de la total digitalización; y sí, también se dice que la gente lee menos, que España es uno de los países de Europa que menos lee... Pero el libro de papel no cae, muchas pequeñas editoriales encuentran un lugar en el mercado y casi todas dan rienda suelta a su creatividad, y se esfuerzan para publicar contenidos realmente interesantes. Y miles de autores y autoras crean, día a día, nuevas obras de arte. Es cierto que lo difícil es conseguir vender esas obras, pero creo que las pequeñas editoriales seguiremos luchando por hacernos visibles y que la gente pueda apostar por nosotros. Ponemos nuestra esperanza en que los grandes grupos editoriales no lo abarquen todo. Creemos que lo pequeño cabe y tiene un lugar; esa indagación nos interesa hacer también desde Huts.” Licenciado Vidriera Esta joven empresa está enfocada a la coedición y la autoedición, ofreciendo los servicios necesarios para que cualquier autor publique su obra de forma profesional. Licenciado Vidriera se ocupa de elaborar informes de lectura, de diseñar, maquetar, y realizar los trámites legales (ISBN, Depósito Legal, etc), de distribuir la obra a través de librerías y de su propia tienda online, de acompañar y preparar al autor en la presentación del libro en su ciudad, y de asesorarle en cómo gestionar las redes sociales. La editorial opta por tiradas modestas pero no descarta ningún género, incluido la poesía. Carmen Moreno, una de las editoras, explica que el sello está interesado en “autores que tienen posibilidades, pero no han tenido suerte con las editoriales tradicionales y proyectos interesantes que se salen de los estándares”. “Es muy complicado tirar para adelante con una editorial en España. El mercado está patas arriba, la legislación vigente deja a las editoriales desprotegidas. Si quieres ser editorial, es que no has pensado en ganar dinero”, opina Moreno sobre el panorama del sector en nuestro país. Actualmente la editorial cuenta con dos títulos en su catálogo: Sherlock Holmes y las sombras de WhitechapelI de Carmen Moreno, una novela financiada a través de una exitosa campaña de micro-mecenazgo; y Felicidades por tanto de Eduardo Cruz Arcillona, con ilustraciones de María Carmona. De cara a los próximos meses, la editorial está valorando la posibilidad de adentrarse en una vertiente de negocio poco explorada en España, aunque se muestra reacia a revelar más detalles al respecto. Meracovia Más que una editorial, “Meracovia” es definida por sus responsables como un lugar del inconsciente colectivo que sirve como punto de encuentro de las historias pasadas, presentes y futuras. Esta iniciativa trabaja para recuperar obras clásicas contemporáneas, sin dejar de ofrecer oportunidades a los autores jóvenes. Meracovia se dirige a lectores con alma joven a través de propuestas sencillas y claras. Al concebir la lectura como una fuente de entretenimiento, apuestan por los clásicos contemporáneos que mejor se ajusten a esta idea, así como por los autores noveles actuales que la compartan. En principio no descartan ningún género con tal de que las historias sean interesantes y alcancen unas condiciones mínimas de calidad narrativa. Su catálogo se ha inaugurado con Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley en la colección Belvedere), Un pavo rosa (Acto I) de Diana Gutiérrez y El repicar monótono del agua de Sergio Mira, ambos en la colección Limbus. Esta misma colección crecerá a finales de mayo con Sad y el clan de los medio muertos de Carlo Deffenu (autor sardo que ha publicado con Watson edizioni Il clan dei cari estinti, y cuyos derechos ha comprado Meracovia para su edición en español) y el icónico Otra vuelta de tuerca de Henry James en la colección Belvedere. La editora Vicenta Sánchez describe el panorama editorial nacional como complicado: “Es cierto que se ha recuperado algo en 2014 y 2015. Aunque el diagnóstico es preocupante, considero que el pronóstico es bueno. Está en las manos de las pequeñas editoriales darle un giro, creando las bases para hacer del mercado literario independiente español algo potencialmente beneficioso y que de ello se puedan beneficiar todos los agentes que él concurren.” Orciny Press Se define como una microeditorial independiente y auto-distribuida que tiene en el punto de mira a la ficción especulativa transgresora que crece en las zonas limítrofes entre los géneros, al género bizarro, y a aquellas obras invisibles que ellos consideran que deberían dejar de serlo. Su editor Hugo Camacho explica cuál es el elemento diferenciador de esta editorial: “Una de las cosas que nos diferencia es nuestra colección Midian, en la que, como te decía más arriba, estamos publicando obras de bizarro. Este género se podría definir como el hermano gamberro del New Weird, o como la sección de culto del videoclub convertida en literatura. En cuanto a los autores de aquí que publicamos, nos interesan trabajos que nos pongan en aprietos a la hora de definirlos y que vayan un poco más allá en su exploración de la literatura de género. Un ejemplo es El final del duelo de Alejandro Marcos Ortega: es una historia ambientada en un mundo en el que la magia es un deporte, y uno de estos magos-deportistas quiere descubrir quién y por qué mató a su padre. Tiene una trama negra y combates mágicos que recuerdan mucho al manga y al anime, pero está narrada en segunda persona y con un tono intimista que te descoloca por completo.” A la caza de autores con voces únicas, Orciny Press quiere servir de amplificador de una creación literaria diferente, tanto en el fondo como en la forma. Tiene como objetivo ofrecer una oportunidad a autores que arriesgan, porque entiende la edición independiente como un ejercicio en el que se desafía lo establecido, la única manera con la que se puede competir contra las grandes editoriales. Entre sus planes inmediatos está publicar La casa de arenas movedizas de Carlton Mellick III, “instigador del movimiento bizarro” como dice Camacho, un género por el que apuestan con Skullcrack City de Jeremy Robert Johnson. Asimismo van editar dos novelas del autor catalán Manuel de Pedrolo, consideradas demasiado experimentales en su época pero que la editorial piensa que los lectores actuales sabrán valorar. Sobre el estado del género en España, Camacho es pesimista ante la coyuntura actual: ”En un país con tanto paro o en el que muchos de nuestros lectores potenciales se han tenido que largar cuesta mucho vender cualquier cosa, y los libros empiezan a ser un artículo de lujo.” Sin embargo se muestra esperanzado ante la cantidad de pequeñas editoriales que están surgiendo y que están dinamizando el sector. En cuanto a la llamada burbuja editorial y a la gran rotación de libros en los puntos de venta piensa que “acabará habiendo dos tipos distintos de edición: Habrá editoriales que vendan en grandes superficies para un cierto tipo de público; y luego habrá otras que venderán en las pequeñas librerías que traten con mimo los fondos editoriales y consigan sobrevivir si saben adaptarse al cambio. Lo cierto es que estamos en una época en la que los editores pequeños nos tenemos que ganar a los lectores uno a uno y mancharnos en las trincheras porque a casa no nos van a venir a comprar los libros.” Pulpería Pulpería se define como una comisión editorial del colectivo feminista Sisterhood, que tiene como objetivo visibilizar el trabajo de las mujeres escritoras dentro de la literatura popular de género, ya sea fantástico, terror, romántico, ciencia ficción, etc. Con esa intención el colectivo ha proyectado una colección de novelas breves de contenido pop y perspectiva feminista. Una de las integrantes del colectivo explica en su nombre que “Pulpería viene de un juego de palabras con el pulp, un subgénero del que disfrutamos como lectoras, en el que queremos que el feminismo ocupe el espacio que se merece. La ficción literaria popular es un ámbito por lo general bastante reticente a la incorporación de voces insumisas con las convenciones patriarcales. Nos preocupa que estas convenciones aún son asimiladas por algunos autores y público como parte de la esencia del género; por eso nuestra aspiración en Pulpería es contribuir cambiarlas, hacerlas más flexibles e integrar voces y discursos que aporten mayor diversidad en el panorama editorial.” La labor de Pulpería se entrelaza con la del activismo, por lo que su posición se acerca más a la de la autoedición y creación de fanzines que al sector editorial tradicional. Por ello el colectivo se ha asociado con la editorial Ofegabous, aprovechando la experiencia y los conocimientos de sus profesionales. Pulpería está abierta a aquellas autoras que aporten una perspectiva feminista a sus historias, privilegiando a los personajes femeninos activos, con “un discurso sea empoderador y que alteren de alguna forma los roles tradicionales que por desgracia aún son dominantes en la literatura de género”, aclara Jiménez. El colectivo está centrado ahora en las labores de producción del primer título de la colección, de la mano de la escritora Cristina Jurado y la ilustradora Ana Galvañ, desde la presentación a los puntos y formas de distribución. “Ahora nos sumergiremos en tareas de “producción”: pensar cómo queremos que sea la presentación, puntos y forma de distribución… Todos los asuntos que van más allá del libro y son muy nuevos para nosotras por ser recién llegadas a esto, pero que abordamos con mucha ilusión. Ya tenemos unos cuantos textos listos para seguir editando, pero nos interesa tanto el proceso como los resultados y queremos ir paso a paso para aprender de nuestros aciertos y errores para las siguientes entregas”, declara la portavoz del grupo. Ronin Literario Dos amigos que comparten su pasión por la literatura y, en particular, por ciertos géneros minoritarios, han sido los artífices de Ronin Literario, cuya intención es la de recuperar géneros típicos del cine (artes marciales, biker, western, chambara, etc) y adaptarlos al formato literario, respetando los tempos propios del audiovisual. Esta editorial independiente pone el acento en el trabajo y el honor, los dos pilares sobre los que se construye su particular manera de entender la labor editorial. “En Ronin Literario acogemos a cualquier autor que tenga ganas de perfeccionar su obra. Nuestra intención es guiar a los escritores ofreciéndoles todas las herramientas y conocimientos que tenemos a nuestro alcance, siempre intentando respetar su propia marca personal”, afirma el editor David Tourón. La editorial apuesta por autores que cuenten historias de acción y aventura, capaces de marcar un ritmo narrativo alto. También tienen en cuenta la forma en la que los escritores se desenvuelven de cara a las redes sociales, a través de las cuales los creadores pueden acercarse y relacionarse directamente con los lectores. Ronin Literario tiene previsto poner a disposición del público dos nuevas Series Literarias, novelas cortas en formato digital, que se publican mediante entregas semanales, un proyecto que vertebra su actividad. Está ultimando una obra homenaje a la ficción samurai (chambara), El hombre sin nombre, que incluirá tres novelas cortas de Carlos Bassas del Rey, Víctor Blanco y Alexander Páez y que tendrán como hilo conductor a un mismo personaje, un samurai sin amo. Por otro lado ha convocado la antología Historia de un revólver, que rinde culto a la figura de Sergio Leone. El director italiano de westerns tuvo la idea de crear una serie, Colt, que narraría las aventuras de un revólver en el oeste americano a través de las vicisitudes de sus dueños “Por desgracia, la literatura de género ha sido denostada a un segundo plano en el mundo literario, siendo calificada en ocasiones como literatura de segunda. Este trato no es justo ya que hay editoriales que se esfuerzan en tratar muy bien el género. Sabemos que no somos los únicos que van a luchar esta batalla, hay muchos que llevan haciéndolo durante no pocos años. Desde Ronin Literario venimos a sumar nuestras espadas, y esperamos contribuir a echar abajo ese prejuicio al ofrecer una literatura atractiva y amena, pero con calidad literaria” declara David Tourón al ser preguntado por la situación del género en nuestro país. Sven Jorgensen Si hay una editorial reciente que apuesta por los libros inauditos, como ellos mismos reconocen en su página web, es Sven Jorgensen. Interesada en promover las voces nuevas sin preocuparse por la trayectoria de los autores, este sello da una gran importancia a la apariencia del libro y, por ello, no teme experimentar con las tipografías ni los grafismos. “Para Jorgensen son mejores los materiales de la novela que la estructura que la conforma” afirma Ricard Millàs, su editor, quien añade que “la conjunción de estética y narrativa es lo que nos gusta ofrecer.” Precisamente es esa preocupación por el libro como objeto y sujeto artísticos lo que diferencia a esta editorial de otras. Sus portadas reflejan esta obsesión, con diseños muy pensados y alejados de lo que suele ser habitual. Entienden la importancia de la cubierta como forma de reclamo y como aspecto que dirige las ventas. La editorial también se interesa por autores insólitos. “No entendemos por qué muchos autores de género tienen que escribir igual. En España se arriesga poco y el mundo de los libros no es una excepción. Para leer sucedáneos de Stephen King, leemos a Stephen King” explica Millàs. Recientemente han reeditado La hamburguesa humana del propio Millàs, y acaban de lanzar La carne no está en venta: Génesis la primera entrega de una saga que, como la obra precedente, se enmarca dentro de la temática zombi pero desde una perspectiva distinta a las novelas propuestas por otros sellos. En breve publicarán Apocalipsis, la segunda y última parte de La carne no está en venta. Con respecto a la situación de las editoriales en nuestro país, Ricard Millàs observa la vinculación de autores y editoriales en pequeñas comunidades con intereses comunes: “Veo grupitos en lo literario, veo editoriales que usan escusas extrañas para rechazar a autores poco conocidos, veo que cuesta entrar en los circuitos si no eres amigo de X y también veo editores como Enrique Murillo, que aman lo que hacen y apuestan por lecturas interesantes. Veo a escritores como Francisco J. Pérez que arriesgan en lo que hacen y tratan de construir voces nuevas, veo editoriales jóvenes que a pesar de no tener distribución, tratan de llegar lo más lejos posible. Veo muchas cosas y trato de hacer mi camino como editor y escritor. En cuanto a la pregunta, bueno, no tengo la perspectiva suficiente para ver el panorama editorial de todo el país, pero sí que veo que las nuevas maneras de hacer las cosas indican valentía y que las normas las escribe uno a medida que avanza.” Cristina Jurado
El nombre de Servando Rocha (Santa Cruz de la Palma, 1974) lleva dos décadas asociado a la literatura y al periodismo. La memoria de Internet no se pone de acuerdo y le atribuye algo aparentemente contradictorio: ser al mismo tiempo activista cultural y contracultural. Preocuparse por revelar las historias incómodas, desconocidas para la mayoría, que no se ajustan a los parámetros de las convenciones sociales, aquellas que cuestionan los valores dominantes, o que afectan a colectivos marginales, alejados de los centros de poder, producen ese curioso efecto que invitan a preguntarnos: ¿qué es realmente la cultura? Rocha es un agitador de conciencias, como lo muestra su trayectoria como ensayista, articulista y editor al frente de editorial La Felguera. Buceando en los recovecos de la Historia, es capaz de encontrar los puntos ciegos y la paja en el ojo propio, los acontecimientos que chirrían y los personajes desubicados. Por ello, los títulos que pueblan su trayectoria profesional son inusuales y provocativos. El canario es autor de El Ejército Negro. Un bestiario oculto de América (La Felguera Editores, 2015); Nada es verdad, todo está permitido. El día que Kurt Cobain conoció a William Burroughs (Alpha Decay, 2014); La Facción Caníbal. Historia del Vandalismo Ilustrado (La Felguera Editores, 2012); Mirad a vuestros verdugos (La Felguera Ediciones, 2009); Agotados de esperar el fin. Subculturas, estéticas y políticas del desecho (Virus Editorial, 2008); Historia de un incendio. Arte y revolución en los tiempos salvajes: de la Comuna de París al advenimiento del punk (La Felguera Ediciones, 2006); Los días de furia. Contracultura y lucha armada en los Estados Unidos (1960-1985). De los Weathermen, John Sinclair y los Yippies al Black Panthers Party y los Motherfuckers (La Felguera Ediciones, 2004). SuperSonic ha tenido la posibilidad de entrevistarlo en un intercambio epistolar que se ha desarrollado durante varios días y éste que vais a leer es el resultado final. Queremos agradecerle desde aquí su disposición a la hora de concedernos parte de su tiempo y la generosidad de sus respuestas. Cristina Jurado: ¿De dónde viene el nombre de La Felguera? ¿Por qué llamar a una editorial con el nombre de un pueblo asturiano? Servando Rocha: Pocas personas saben que este proyecto comenzó en 1996 y que entonces éramos parte de todo un movimiento centrado en el mundo de la insurrección política, los fanzines y la autogestión. En 1934, en la cuenca minera y, especialmente, en lugares como La Felguera, hubo un levantamiento y durante un tiempo se vivió bajo el comunismo libertario. Supimos de aquella experiencia, pero de una forma un tanto ingenua. Nunca pensamos que saldríamos de Canarias y, menos aún, que conoceríamos a alguien de La Felguera. Sucedieron, obviamente, ambas cosas y hoy en día es una forma de seguir rindiendo tributo y reconociéndonos en las potencialidades de lo que sucedió en Asturias. CJ: ¿Cómo definirías vuestro catálogo? ¿Ensayo ficcionalizado? ¿Ficción ensayística? ¿Ensayo con gotas de ficción especulativa? ¿Especulación vestido de ensayo? ¿Todo lo anterior? ¿Nada de lo anterior? SR: No sé, la verdad es que tenemos muy clara nuestra línea editorial, pero al mismo tiempo editamos con cierta inconciencia. Quiero decir que publicamos lo que nos gusta, aquello que nos emociona e interesa, y esto sucede por sacudidas, planificadas, pero de forma casi mecánica. Lo más revolucionario es hacer las cosas por el placer de hacerlas y nosotros hacemos esto con este espíritu. Creemos que es algo importante. Quizás la ficción pura, la novela, sea el género que más nos cuesta pero eso cambiará tarde o temprano. Hay un gran número de nuestros libros que son resultado de un intenso y prolongado trabajo de investigación. Son libros de edición, que no existían antes, y no traducciones para publicarse en castellano. Ese camino es mucho más complejo pero creamos obras completamente nuevas, como un corpus que debería funcionar solo. Y eso nos gusta mucho. Un determinado tema se va armando, discutiendo, repensando hasta que adquiere un discurso propio, un sentido de unidad. Otros, sin embargo, se van quedando por el camino, y quedan en meras ideas. CJ: Dices que hacer las cosas por placer es algo revolucionario. ¿Te refieres al placer de Epicuro o al del hedonismo? SR: Casi siempre la solución más sencilla es la mejor. A veces damos por hecho que lo más simple, el deseo sin tamizar y expresado como una pulsión, una respuesta que nos empuja desde dentro, es algo común. Con frecuencia no es así. En el terreno del arte creo que lo más revolucionario es hacer las cosas por el placer de hacerlas. Es verdad que ya no existe posibilidad de caminar en la oscuridad y las pistas nos salen al paso, pero sería hermoso recuperar la capacidad de hacernos esa pregunta que dice “¿Qué sucedería si…?”. Sinceramente, la mayoría de las ocasiones los motores que nos empujan son de lo más banales. La política se convierte en terapia y el arte en un atajo para aumentar el ego. Hay que desandar ese camino y disfrutar del placer de contemplarse sin esnobismo, no sentir pudor y valorarnos, defendernos de eso que nos incita hacia la mercancía, el gesto vano y arrogante, la autocomplacencia. CJ: ¿Cómo puede subsistir en España una editorial que se dedica a publicar obras sobre temas oscuros, malditos e intocables, sobre lo que molesta, lo invisible a simple vista, lo oculto, lo desconocido, lo que incomoda, lo que se sale de lo “normal”? SR: Somos una editorial para grandes minorías. Jamás pensamos que publicar estas atrocidades bellas sería nuestro trabajo, porque no vemos la diferencia entre ese trabajo y nuestras vidas. Por eso nos sentimos bendecidos, sin duda, pero teniendo en cuenta que somos un reflejo de una comunidad inconfesable, que busca aliados y algo más importante: el juego nos encanta. Generalmente, si invitas a un desconocido a jugar, éste irá contigo de cabeza. Hace tiempo que surgió el debate sobre la contracultura. Antes, hablar de todo eso pertenecía a lo marginal, pero las cosas han cambiado. Nuestro secreto es intentar vivir abstraídos de eso y hacer las cosas que nos gustan, con cabeza pero con mucho corazón. Creo que la gente siente que no engañamos a nadie. Podemos ser un poco locos y a algunos le gustaría que fuésemos de otra forma, pero tras nosotros no hay misterio. CJ: ¿Se considera La Felguera uno de los portavoces de la contracultura en nuestro país? Si es así, ¿no resulta paradójico que utilice una forma tan convencional como la de una editorial para difundir su mensaje? SR: ¡No! Nada más lejos de lo que queremos y somos que considerarnos o perseguir ser portavoces de nada. Nos sentimos parte de una manera de ver el mundo compartida por mucha gente, esas grandes y bellas minoráis que resisten. Nosotros mismos hemos sido influidos e inspirados por tanta gente… es cierto que resulta extraño que lo hagamos desde una editorial, pero alrededor del 2009-2010, justo cuando decidimos disolvernos como Colectivo de Trabajadores Culturales, nos hicimos preguntas, a veces incómodas pero necesarias, sobre eso mismo, el parecer ser otra cosa o querer liderar nada. Quisimos dar un paso atrás, porque de pronto recibíamos muchos halagos cuando buscábamos hacer preguntas y abrir puertas. Comenzábamos a ser otra cosa, y nos disolvimos como grupo de agitación para concentrarnos en la labor editorial. Luego, como puede verse, la editorial se rebasa a sí misma. El surgimiento de Agente Provocador responde quizás a eso, al aprovechar esa empuje y ofrecer algo más amplio que una editorial a un público del que nos sentimos solidarios. CJ: Aunque La Felguera publique trabajos difíciles de clasificar, que no tendrían cabida en otro tipo de editoriales, y saquéis a la luz lo marginal y secreto, yo creo que, más que “revelar” en sí, lo que hacéis es reformular las mismas preguntas que acucian al ser humano desde ángulos nuevos y exponer algunas nuevas. ¿Qué opinas? SR: Es cierto, pero este creo que es algo habitual en el arte. Se trata de recomponer un mapa, porque lo importante no se decir algo sino como lo dices. Creo que fue André Gide quién dijo algo como “Todo lo importante ya se ha dicho, pero como cuando se dijo no había nadie escuchando hay que decirlo nuevamente”. CJ: ¿Qué es Agente Provocador? ¿Qué queréis conseguir con este proyecto? SR: Es un nuevo proyecto en el que nos hemos embarcado. Tras varios años publicando notas y pequeños artículos de creación propia, nos dimos cuenta de que poco a poco íbamos más allá de lo que se supone es una editorial, o sus límites. Me refiero a que hemos ido creando una comunidad a nuestro alrededor que agradecía que plasmásemos una visión del mundo del arte y la cultura, de la política y la vida en los márgenes, que tenía que ver con todo aquello que nos motiva. Tras escuchar a muchos amigos y amigas, decidimos dar ese paso. Agente Provocador es una revista física, en papel y, al mismo tiempo, una web que se actualizará a diario. CJ: ¿Puedes adelantar alguno de vuestros proyectos de cara a los próximos meses? SR: Publicaremos a Burroughs y Crowley y, en el segundo semestre, nos centraremos en nuestra propia historia acerca de fenómenos que han ido sucediendo en nuestro país y que era preciso reflexionar sobre estos. Miquel Codony
Beatriz García Guirado (Barcelona, 1983) es escritora y periodista. Ha publicado relatos en diversas antologías de cuento fantástico y es editora de la revista independiente Láudano. Con El silencio de las sirenas (Salto de Página, 2016), su primera novela, presenta una historia a medio camino entre lo onírico y lo psiquiátrico tan estimulante como arriesgada y desafiante. En SuperSonic le hemos preguntado por el origen de su novela y por su visión del género fantástico como escritora y como periodista cultural. Miquel Codony: En muchos sentidos tu novela es una novela muy poco convencional. ¿Qué inspiró El Silencio de las Sirenas? Beatriz García Guirado: Fue una mezcla de muchas cosas: por un lado, las historias de un amigo submarinista sobre los misterios que ocultaban las profundidades del océano, y también mi inmersión en el psicoanálisis de Jung, como paciente y, sobre todo, como arte-terapeuta. Pero, sobre todo, creo que el motor fue la sensación de naufragio existencial que tenía antes de la escritura del libro, mis propios demonios y la intuición de que había algo inconsciente en mi, un poco como el ‘yugen’ de los japoneses, una sombra inexplicable, que no me dejaba sacar la cabeza del agua y me asfixiaba. MC: ¿Fue un libro muy difícil de escribir? BGG: Sí, fue complejo porque en la novela hay tres capas de lectura que, de hecho, corresponden a las tres reescrituras que hice en tres etapas diferentes y tuve que armar y desarmar la estructura varias veces. Primero fue una aventura marítima, luego emergió un flujo de conciencia del protagonista, que recapitulaba durante páginas y páginas sobre su pasado y, finalmente, apareció la estructura como tal cuando empecé a aplicar las técnicas del psicoanálisis para entender y visibilizar cada símbolo de la historia y la psicología de Oless Svalbard. MC: Me parece un libro que induce a una lectura en clave (como mínimo) psicológica o incluso onírica. ¿Puedes revelar si al escribirlo has tenido influencias concretas de tipo literario o del campo de la psicología? BGG: Sí, claro. El psicoanálisis y todo lo que deriva del inconsciente colectivo, las sombras del ser humano y el poder que ejercen las relaciones de la infancia en nosotros está presente y, de hecho, no sólo es una influencia, sino que participa del juego que propone la novela: cómo lobotomizar un cerebro, dibujar cada extraña pulsión que puede conducirnos a la destrucción o a todo lo contrario. Y luego, por supuesto, referencias literarias hay muchas, pero porque son mis lecturas de cabecera: Robbe-Grillet, Pavic, Vonnegut... que, además, son escritores que se arriesgan, cuyas novelas divergen mucho de lo clásico y, en algún sentido insertan al lector en laberintos, lo retan. También era uno de mis objetivos. MC: También es un libro exigente con el lector, que le pide la complicidad de entrar en un juego narrativo determinado. ¿Le darías algún consejo a un lector que se enfrente “virgen” a tu novela? BGG: En la presentación de la novela en Barcelona, el escritor Francisco Jota-Pérez dijo algo que para mí es clave, y tiene mucha razón: la manera de disfrutar de El silencio de las sirenas es no intentar racionalizar cada página, leer con la mente limpia y con la voluntad de dejarse sorprender. El viaje que aquí se propone tiene que ver con el inconsciente, con esas nubes de irracionalidad e imágenes extrañas que es imposible que uno entienda sino es en la distancia. MC: Aunque esta es tu primera novela, no es tu primera obra publicada y tienes experiencia en el campo del periodismo cultural. ¿Cómo crees que ha influido eso en tu enfoque de la literatura? BGG: Hombre, las historias que uno a escrito antes y que nunca verán la luz influyen mucho, porque son parte de tu proceso de madurez como escritor; con ellas aprendes de tus errores, de tus miedos… vas entendiendo tus obsesiones y construyendo tu voz narrativa. Supongo que como todo en la vida, somos nuestras experiencias. Respecto a lo que mencionas del periodismo cultural, no creo que me haya influido mucho, sino es para conocer a otras artistas, escritores y también personajes peculiares con los que encuentras afinidad y te descubres a través de ellos. MC: Desde colectivos diversos (escritores, lectores, editores…) con actitudes de más o menos activismo del género fantástico, a veces se reclama una mayor apreciación del género fantástico por parte del público en general. ¿Cuál es tu valoración de la situación del género fantástico en relación con el panorama literario general nacional? BGG: Creo que hace unos años sí era un género marginal en España, pero hoy en día lo impregna todo; es decir, hay muchos autores que utilizan elementos de la literatura fantástica. Y creo que gracias al éxito comercial de autores extranjeros y sagas de éxito, cada vez se apuesta más por autores españoles, que en parte eso ha ayudado abrirles la puerta a un público más amplio. Comparto con los escritores y editores esta sensación de que es difícil llegar al gran público, porque, como en todos los campos, en la literatura todavía existen unas vacas sagradas algo oxidadas que dictan qué funciona y qué es o no es literatura, y cuesta que a un autor de género le hagan hueco en un suplemento literario, por ejemplo. Algo que encuentro realmente maravilloso de la literatura fantástica y la ciencia ficción es que hoy en día es la que mejor refleja el mundo en que vivimos; sin ir más lejos, Terry Pratchett, sus novelas son verdaderas críticas al sistema. El realismo puro se ha quedado corto para narrar ese universo extraño en el que vivimos. Por eso auguro un futuro brillante para el género (si alguien vuelve a meter a las vacas en el establo, claro). MC: Ciñéndonos a la literatura de género “no realista”, a menudo existe una discrepancia entre éxito de crítica (profesional o no) y éxito comercial. ¿Crees que es posible alcanzar un punto de equilibrio entre lo arriesgado y lo comercial? ¿Qué lugar ocupan (o cómo crees que pueden sobrevivir) las pequeñas editoriales independientes en ese contexto? BGG: Es difícil porque arriesgado y comercial no son sinónimos. Primero para las propias editoriales, que tal y como está el panorama tienden a apostar por tipos de libros que ya funcionan. Y luego también hay algo muy perverso y es la idea que pueden tener algunos grandes editores de que el lector es tonto de remate y que hay que explicárselo absolutamente todo. Ese afán de hablar de libros como si fueran botes de champú en el lineal de un supermercado mata cualquier tentativa de que una propuesta poco corriente llegue a un gran público. Y ahí entran las pequeñas editoriales, que tienen un papel importantísimo para dar salida a ese otro tipo de literatura. Pero, bueno, hay ejemplos de buenos escritores que han logrado compaginar el éxito de crítica y el comercial, aunque algunos murieron antes de saberlo… (Es broma). MC: ¿Y los autores auto-publicados? BGG: No domino mucho el tema, pero creo que a lo largo de la historia ha habido muchos buenos escritores que en algún momento u otro optaron por la auto-publicación. Es otro circuito más. Sin duda, Internet es una gran ventana, pero tener éxito de crítica y comercial cuando eres auto-editada es más difícil porque tú eres tu propio agente de prensa y debes ser muy activo en la redes, en las que hay demasiados autores y ruido, y promocionar tu obra con elegancia, sin que parezca maldito ‘spam’. No sé, me parece más difícil, aunque también me parecía casi imposible que una editorial se leyera mi manuscrito con la ingente cantidad de obras que reciben cada día. MC: Tengo la impresión, tal vez discutible, de que se está produciendo un relevo generacional (a nivel temático, de influencias, de estilos…) dentro del género fantástico nacional. ¿Crees que es así y puedes valorarlo? BGG: No soy una entendida en el tema, pero creo que las obsesiones de cada época son diferentes y también las influencias, porque la literatura se adapta a las inquietudes del momento. Percibo que a partir de los años 90 y, sobre todo ya entrados en el 2000, hubo un cambio y empezó a configurarse un género fantástico nacional sin tanta influencia de los autores extranjeros y también una suerte de hibridación entre los temas populares del género y esa otra cultura propia de la postmodernidad. Pero ya te digo, dado que el género es tan amplio, estoy generalizando muchísimo. MC: ¿Cómo crees que ha cambiado la dinámica editorial del género, si es que lo ha hecho, con la popularización de medios no profesionales (blogs, redes sociales, etc) en los que los lectores comparten sus opiniones de los libros? BGG: Es una de las mejores cosas que ha podido ocurrir y una fortaleza del género respecto a otro tipo de literatura. Primero porque hay muy buenos reseñistas y críticos muy especializados y un gran movimiento en las redes, y también porque el lector de fantasía y ciencia ficción es muy fiel y muy activo, que es algo que no ocurre con otra literatura más masiva. Creo que este diálogo que hay con los lectores, la sensación de pertenecer a una comunidad, es algo que hace que el género no sólo siga vivo, sino evolucionando. MC: Últimamente no hay premio literario vinculado al género que se salve de la polémica (por desigualdades de género, por falta de calidad, por falta de representatividad,...). ¿Te parece que los premios son importantes como elemento de orientación para el lector? BGG: Sinceramente, no lo sé. En teoría son un sello de calidad y una guía para el lector, sobre todo cuando el autor no es conocido. En mi caso, jamás he leído un libro porque haya ganado un premio u otro y tampoco es que me interesen demasiado los concursos. MC: ¿Cuales son, para ti, las cinco novelas (o autores, si prefieres) más importantes de la literatura fantástica en español? BGG: Hay muchísimos, porque también el género fantástico es muy amplio. Los referentes para mí Borges, Bioy Casares y Julio Cortázar, y luego autores, y sobre todo autoras, contemporáneos como Daína Chaviano o Angélica Gorodischer, que son brillantes y han marcado un punto de inflexión. Y también Pilar Pedraza, aunque escriba terror, es una de las mejores… MC: ¿Nos puedes adelantar algo sobre tus próximos proyectos? BGG: Ahora estoy trabajando en una historia un poco inspirada en la física y lo cuántico, incluso en su propia estructura. Por Cristina Jurado
Brandon Sanderson (Nebraska, 1975) es uno de los autores de género fantástico más prolíficos que existen actualmente. Graduado en inglés, y con un master en Escritura Creativa por la Brigham Young University, hoy en día es escritor a tiempo completo, podcaster (interviene en el podcast Writing Excuses) y enseña en la universidad. En sus años como estudiante fue voluntario en The Leading Edge, la revista universitaria de fantasía y ciencia ficción. En 2005 publicó la novela Elantris Elantris (Tor), una fantasía épica a la que seguiría la trilogía Mistborn con The Final Empire, The well of Ascension y The Hero of Ages (Tor). En 2007 salió al mercado su primer libro para niños, Alcatraz versus the Evil Librarians (Scholastic Press). El resto de las obras de esta serie -Alcatraz versus the Scrivener’s Bones, Alcatraz versus the Knights of Crystallia, Alcatraz versus the Shattered Lens (Scholastic Press) fueron apareciendo en años sucesivos. Su novela Warbreaker (Tor) fue publicada en 2009, y el año siguiente supuso el debut de la serie The Stormlight Archive, de la mano de The way of kings (Tor). En 2012 salió al mercado la novella Legion (Subterranean Press), al igual que The Emperor’s Soul (Tachyon Publications). El año siguiente Sanderson inició una nueva serie juvenil con The Rithmatist y, no contento con ello, publicó Steelheart (Random House Childrens Books), la primera obra de otra saga juvenil –The Reckoners-. 2014 fue el año en que apareció la secuela de Legion, titulada Legion: Deep Skin (Subterranean Press). En 2015 The Reckoners continuó con Fireflight (Random House Childrens Books) y fue elegido para concluir la serie The Wheel of Time series, que cerraría con A Memory of Light (Tor), el libro final, en 2013. Words of Radiance, la segunda novela de la serie The Stormlight Archive, saldría al mercado en 2014. Entre medias, Sanderson ha tenido tiempo de escribir la novella Infinity Blade: Awakening (Epic Games) y una secuela a la trilogía Mistborn, titulada The Alloy of Law (Tor). Calamity, publicada a comienzos del 2016, concluye la trilogía de The Reckoners. Tuve la oportunidad de asistir a los paneles y presentaciones que realizó durante el Emirates Literary Festival, en marzo de 2016, y conseguí entrevistarle. Aquí tenéis el resultado de nuestro encuentro. Cristina Jurado: Eres profesor de Escritura Creativa. Me gustaría saber si tu experiencia como escritor te ha ayudado en tu trabajo, lo ha influído o moldeado de alguna manera. Brandon Sanderson: Siempre es estupendo encontrarse con nuevos escritores, gente que está empezando. Sienten tanto entusiasmo por el negocio editorial, y algunas veces demuestran tanta inocencia… De verdad me ayuda leer lo que escriben y apoyarles, de la misma manera que a mí otros escritores me ayudaron cuando empezaba en esto. Es importante y claro que me influye. Escribir puede ser una tarea muy solitaria, en la que permanecemos sentados en nuestra habitación, solos, saliendo solo de noche. Doy clase únicamente una vez a la semana, por lo que salir, encontrarme con los nuevos estudiantes y leer lo que escriben, es una experiencia maravillosa. CJ: Hablemos de tu proceso creativo, algo muy personal de cada autor. Me fascina este tema y suelo preguntárselo a todo el mundo cuando los entrevisto. ¿Redactas un guión del argumento, utilizas tarjetas con información de los personajes y compones varios borradores o te pones a escribir directamente? BS: Soy muy de redactar guiones del argumento, porque me gusta saber a dónde voy. Suelo armar mi argumento de una manera muy curiosa: hacia atrás. Empiezo incluyendo lo que quiero que suceda en el libro, las experiencias emocionales. Mi guión no va por subtítulos con párrafos. Para nada. Lo que hago es que tomo una escena realmente interesante y busco formas en las que hago que funcione, y así sucesivamente con todas las escenas del libro. Después, escribo la historia del principio hacia al final, empezando en la página uno. No siempre me ciño al argumento. Si me desvío, paro, reconstruyo el argumento y le echo un vistazo. Entonces, vuelvo a la historia y avanzo un poco. Si hay algo que difiere del argumento, lo analizo e intento ver hacia dónde va, y reconstruyo el argumento. Es un proceso en plan “tira y afloja”, a lo largo de todo el libro y hasta el final. En el segundo borrador trato de resolver problemas graves, que siempre surgen. El tercer borrador es un pulido, en el que intento que el lenguaje no sea tan malo, porque el lenguaje del primer borrador suele ser terrible: demasiado “decir pero no mostrar” y un exceso del tiempo pasivo. Trato de arreglar alrededor de un diez porciento de todo eso. Entonces, envío el libro a mis lectores Alfa que son mi mujer, mi editor, mi agente y mi grupo de escritura. Mientras lo leen, habitualmente suelo trabajar en otra cosa. Cuando vuelvo al libro, hago una lista de los comentarios que han hecho los lectores Alfa y la organizo como una guía de revisión: las cosas más importantes, primero, y las menos, al final. Trabajando sobre estos comentarios elaboro el cuarto borrador. El quinto borrador es otro pulido, y después envío la historia a mis lectores Beta, que son fans, para que me den su visión como lectores. Un editor suele comentarte cosas como “Esto no funciona. Deberías hacer esto otro”, mientras que un fan, lo que busco es que me pase comentarios como “Hey, esto me gusta. Aquí me aburrí”, ese tipo de cosas. Después elaboro un ultimo borrador incorporando sus comentarios y las últimas notas que me haya pasado mi editor y ¡está terminado! Entonces se lo mando a la editorial. CJ: Entonces, ¿al menos escribes seis o siete borradores? BS: Sí, generalmente unos seis o siete. CJ: Ya has hablado sobre los autores de género que te han influido. Me interesan más los escritores fuera del género que te hayan podido influir. Creo que, en general, dicen mucho de un autor. ¿Cuáles son? BS: Oh, vaya… ¡Hay un montón! Diría que mi mayor influencia fuera del género es Los Miserables de Víctor Hugo, uno de mis libros favoritos. Me encanta el uso que hace de los personajes. Otro es Moby Dick y, en realidad, cualquier cosa escrita por Herman Melville. Me gusta su construcción de mundos. Sus obras parecen novelas de fantasía épica y las he revisitado para aprender a crear mundos. Luego está Sherlock Holmes para el argumento, por supuesto. [Conan Doyle] es estupendo. Y Jane Austen, para las relaciones. Puedes tomar algo de cada uno: creación de mundos, argumento, relaciones y, todo ello, unirlo a los personajes. Hay un montón de cosas maravillosas en lo que llamamos Literatura, a diferencia de la ficción de género, aunque no estoy seguro de que esa distinción sea muy útil. En esas obras hay muchos ingredientes que se sienten como fantásticos, aunque no lo sean. Uno puede aprender mucho leyendo fuera del género, aportando cosas que puede incorporar a lo que escribe. CJ: Ahora mismo, ¿qué obras fuera del género estás leyendo? BS: Las últimas cosas han sido de no-ficción, que suele ser muy útil para un autor cuando está buscando ideas, cuando está explorando. Leo bastantes libros de psicología. Why gender matters es uno realmente bueno. Cosas como Freakonomics, me fascinan. He leído hace poco un estupendo libro sobre Corea del Norte, a ver si me acuerdo del título… Nothing to envy. Se trata de entrevistas realizadas a Coreanos del Norte que han podido escapar. Esa ha sido una obra sensacional para descubrir y entender un mundo diferente. CJ: Me han pedido que te pregunte si mantienes una Wikipedia de Cosmere para evitar las contradicciones. BS: Sí. ¡Tenemos una! Has hablado de Wikipedia y nosotros utilizamos una Wiki que se llama WikidPAD. Es un programa open source y la fuente de toda la continuidad para Cosmere. Cada vez que termino un libro, se lo entrego a mi editor de continuidad –Karen- que se lo lee minuciosamente y añade todas las cosas en la Wiki. Peter, mi asistente editorial, lo repasa para ver si hay alguna contradicción. Generalmente hay una lista grande de contradicciones que necesito revisar, re-trabajar o cambiar. CJ: No sabía de la existencia de una página fan llamada 17th Shard. Conocía muchas otras páginas de fans, pero no tenía ni idea de lo bien organizada que está esta. Le eché un vistazo antes de venir. Es sorprendente la cantidad de información que mantiene y lo bien sistematizada que está. Has dicho que alguna vez la visitas y que tu asistente la consulta con regularidad. ¿Te influyen algo las teorías que elaboran? BS: Esto es peligroso porque, como fan de Wheel of Time, he leído todas las teorías de los fans. Como escritor, las considero una especie de “yo me lo guiso, yo me lo como”. Pienso que si cambias algo por la teoría de un fan, pones en peligro tu forma de crear elementos en la trama que permitan presagiar información. Tienes que tener mucho cuidado como escritor: los fans siempre van a hacer suposiciones, y terminarán averiguando las cosas. No te puedes sentir mal por ello, porque eso quiere decir que tu forma de crear esos elementos, funciona. Lo que sí sucede es que, a veces, los fans dicen cosas que despiertan mi interés y me hacen optar por una dirección interesante a la hora de construir mundos. Es como un “Oh, sí… debería estar pensando en esto”. No es tanto lo que dicen como los conceptos de los que hablan, lo que me empuja en alguna dirección. Entonces, ¿me influye? No tanto como la gente cree, pero un poco. CJ: Whitesand se va a publicar como novela gráfica. ¿Hay más proyectos en este formato? BS: Por ahora, este es el único proyecto de novela gráfica que tenemos. Pensamos en otros, pero queremos ver primero si a la gente le gusta, si se vende bien y si les interesa. Si es así, por supuesto haremos más. Por el momento, hemos guardado el resto de los proyectos semejantes hasta saber si este va a tener éxito o no. CJ: Hablemos de tu próximo libro que se va a publicar en español. ¿Qué opinas? ¿Te apetece ser uno de los invitados especiales en la BCon 2016 de noviembre? BS: ¡Me encanta visitar España! Mi mujer estudió allí y habla español. Fue el primer país al que me invitaron como escritor. Fui a Barcelona para dar el discurso en el premio UPC. Fue mi primer viaje en el que a alguien de fuera de los Estados Unidos le interesaba quién era yo. Por eso, me encanta volver a España. Intento ir cada uno o dos años. Me emociona que The Reckoners se publique en español, igual que Steelheart. Y estoy super-contento de ir a la convención en noviembre. Me alegra que el calendario haya coincidido, porque tengo que viajar a Italia justo antes, y al fin de semana siguiente es la Con en España. CJ: ¿Puedes contarnos algo solo para nuestros lectores, algo que nadie más sepa? ¡Solo para los lectores españoles! BS: ¡Oh, Díos mío! Solo para los españoles… ¿sobre The Reckoners? Déjame ver… algo que nadie sepa… Por ejemplo, ahora mismo, estoy escribiendo una novella, porque siempre lo hago cuando viajo en avión. Se trata de una novella de ciencia ficción titulada Snapshot, y nadie lo sabe todavía. Armando Saldaña Salinas
Aprovechando que hemos sobrevivido a otro año más, esta entrega de Póker de Comics está dedicada a lo mejor del 2015. El año fue tan singularmente bueno en cuestión de material de lectura que realizar esta breve lista no fue tan sencillo. Aun haciendo trampa (como en la entrega anterior), y usando un comodín, no alcanzaría para incluir todos los comics que valieron la pena en estos últimos doce meses. Por lo tanto cada entrada requiere de cierto espacio para justificar su inclusión. Así pues, no hay tiempo, ni mucha necesidad, para una introducción demasiado larga. Sin más, pasemos a la mano ganadora de esta ocasión: GOTHAM ACADEMY (DC Comics) Se siente extraño decirlo pero los dos mejores comics de Batman hoy por hoy son dos series donde Batman no aparece: Batgirl y Gotham Academy. Muy calladamente, ambas series han iniciado una pequeña revolución. Todo inició el mismo mes de octubre del 2014, con la aparición de una nueva serie (una de tantas) en el universo de Batman llamada Gotham Academy, escrito por Becky Cloonan y un autor nuevo de nombre Brenden Fletcher, y con el numero #35 de Batgirl, escrito por el mismo Fletcher y Cameron Stewart. Nuevas series que intentan conceptos nuevos son el pan de cada día en la línea de Batman y la mayoría son canceladas al término de un año. Aquí ocurrió algo distinto. La idea tan innovadora que intentaron en esta ocasión fue… intentar apelar a las jóvenes adolescentes como posibles lectoras. La verdad es que aun cuando las Dos Grandes intentan diversificar sus series a otros géneros (westerns, policiacas, fantasía, ciencia-ficción, etc.) lo hacen con los lectores masculinos en mente. Por el contrario, en Gotham Academy los protagonistas son muchachas que se la pasan con los ojos clavados en su celular, mandando mensajes de texto a sus pocos amigos, revisando obsesivamente sus redes sociales y hasta utilizando apps para resolver crímenes. Es decir, un claro intento por expandir el público lector más allá de los mismos treintañeros (y más viejos) de siempre. Los resultados no se hicieron esperar en cuestión de críticas y sobre todo en niveles de ventas. Por supuesto, Marvel se apuró por seguirles los pasos con Ms. Marvel y Spider-Woman (donde Jessica Drew abandona el uniforme ceñido de los últimos 30 años por uno más práctico, igual que Batgirl, y sus pechos dejan de parecer balones de basketball) y hasta cierto punto con Spider-Gwen. Esto les podrá parecer como que las Dos Grandes acaban de descubrir el hilo negro, considerando lo importante que es el mercado Young Adult para las editoriales de prosa en la actualidad, pero por desgracia los comics muchas veces van atrás de la curva. Gotham Academy ha resultado un éxito no solo para el target demográfico que se esperaba sino para lectores de todas las edades, en realidad (de la misma manera que la serie animada de Batman de Bruce Timm y Paul Dini lo logró hace 25 años). Ayuda mucho que, al estar en su propio rincón del universo DC, los autores no tienen que preocuparse demasiado por la continuidad del resto de la línea y por lo tanto son libres de contar las historias que les plazcan. El lector puede ver cuando los mismos autores están entusiasmados por su trabajo y responder de la misma manera. Si tienen hijas, o aun si no pero desean regresar al mundo de Batman, no existe una mejor opción el día de hoy. RAGNAROK (IDW) Uno de los periodos más gloriosos en la historia del comic de Thor, quizá inclusive aún mejor que los míticos (no pun intended) días de Stan Lee & Jack Kirby de los 60s, fue cuando Walt Simonson se hizo cargo de la serie en la década de los 80s. De la noche a la mañana transformó al comic usando elementos de verdadera mitología nórdica, y mezclándolo con su tan particular estilo de dibujo. Esos épicos cuatro años siguen en los recuerdos de la mayoría de los lectores hasta el presente. Todo lo que ha hecho Simonson desde entonces se ha medido y comparado, justamente o no, con esos 46 números de hace 30 años. Si ahora le añaden que en el 2014 Simonson anunció que su nuevo comic se iba a llamar Ragnarok, ya se podrán imaginar las expectativas imposibles que se generaron. Por fortuna, a pesar de todo esto, Ragnarok no decepciona. Desde la primera página hasta la última, la historia esta empapada en gloria, grandeza y mito de una manera que ni The Mighty Thor podía serlo. A pesar del título, no se trata de un recuento del famoso fin de los dioses (eso ocupa tan solo las primeras páginas del primer número) sino de lo que ocurre después. Un mundo donde Asgard y todos sus dioses y héroes han muerto, vencidos al fin en el campo de batalla en la Última Gran Guerra. En este universo desolado y sin esperanza, una asesina acepta una comisión para matar a un campeón que murió hace mucho, mucho tiempo. Simonson es uno de los pocos dibujantes que se pueden comparar al mismísimo rey Kirby (no por nada su serie de Orion de los 90s es quizá la única que usa personajes del Cuarto Mundo de Kirby que ha sido aceptada con cariño por los lectores). Cada página es una explosión de acción. Lo que a primera vista parecería caótico está en realidad coreografiado con la precisión de un maestro narrador. Los viejos trucos de extraños ángulos de cámara y hasta de efectos de sonido, tan familiares para los lectores veteranos de Simonson, están presentes así como una plétora de nuevas técnicas. Los que hemos seguido la carrera de Simonson conocemos de sobra su habilidad para ilustrar lo fastuoso y majestuoso, pero hasta a mí me alegra descubrir que Simonson a sus 70s años es capaz de seguir innovando. Por si nada de esto los ha logrado convencer, el comic incluye a un Thor zombie. Un cadáver viviente sin mandíbula, pero con su martillo, en una última misión suicida. En serio, ¿qué más le piden a la vida? THE FADE OUT (Image) ¿Acaso alguien puede discutir que los mejores comics de crimen de la última década nos han llegado de la mano de Ed Brubaker & Sean Phillips, los maestros del noir grafico? Su nueva serie, The Fade Out, situada en el Hollywood de 1948, (es decir, cuando el letrero en la colina todavía decía “Hollywoodland”) fue su obra de este año y para cuando estén leyendo esta edición de Supersonic habrá ya salido el último número. La elección del local era inevitable y en efecto ha resultado muy afortunada. Los Ángeles es la ciudad del noir por excelencia, no Nueva York como muchos piensan, desde los días de Chandler hasta el día presente con las novelas de Ellroy; la ciudad donde el homicidio de la Dalia Negra se convirtió en mitología. Desde siempre, el corazón obscuro de esta urbe ha sido Hollywood la decadente, nido de mil y una historias de corrupción y abuso de poder. Solo hay que leer libros como Hollywood Babylon de Kenneth Anger para conocer lo que en realidad ocurre detrás del glamour. (Hay que aclarar que aunque el libro no es ficción supuestamente, exagera tanto la verdad que para propósitos prácticos lo es). En efecto, en The Fade Out no van a encontrar a gángsters y policías sino algo peor, a estrellas de la Edad de Oro del Cine. El protagonista no es un detective sino un escritor de películas, casi sacado de Sunset Boulevard o, si prefieren una referencia quizá más exacta, de In a Lonely Place de Bogart, que despierta de su última borrachera para encontrar en la habitación de al lado el cadáver de una joven que estaba en camino de convertirse la siguiente gran actriz. Antes que pueda hacer nada al respecto, el crimen ha sido encubierto. La policía de LA está en el bolsillo de los grandes estudios y nadie quiere saber nada. Nuestro protagonista, como buen personaje noir, está satisfecho con esto. Se siente culpable, pero tampoco quiere problemas. Por desgracia el mejor amigo del escritor (vetado de los estudios por su pasado comunista) quiere venganza e intenta chantajear a los dueños del estudio. Más y más secretos saldrán a la luz, hasta terminar en catástrofe para todos los involucrados… Sin pretender ser tan ambiciosa como su legendaria Criminal (más bien una serie de mini-series, cada una contando una historia con elenco diferente), me atrevería a decir que el guion aquí es tan bueno como cualquiera en Criminal. Ciertamente superior a la más reciente Fatale (que ya de por sí era excelente, aunque la mezcla con tintes Lovecraftianos no siempre fue perfecta) STRAY BULLETS: SUNSHINE & ROSES (Image) En la década de los 90s mientras los comics de superhéroes pasaban por uno de sus peores momentos, los comics de crimen se volvieron a poner de moda gracias a los esfuerzos de autores independientes como (la futura súper-estrella) Brian Bendis, Marc Andreyko, y sobre todo series como Kane de Paul Grist y la obra maestra conocida como Stray Bullets de David Lapham. El comic rara vez salía mensualmente pero, cuando un nuevo número aparecía, era noticia de primera plana para los lectores. Por una variedad de razones, después de cuarenta inolvidables números, Stray Bullets dejó de salir a finales del 2005 (a mitad de uno de los cliffhangers más famosos en la historia de los comics). Cuando ya todos lo habíamos dado por perdido, en el 2014 Lapham anunció que regresaba a trabajar en Stray Bullets, ahora a través de Image. Primero con el famoso numero #41, la conclusión del arco de hace diez años, y luego con la mini-serie The Killers en el 2014, y este año con Sunshine & Roses. Esos son tan solo los nombres de cada arco. Esencialmente es la misma serie de siempre y ahora vamos en el #58. Igual que antes, cada número es una historia completa con un principio y un final, pero que funcionan además como capítulos en una novela. Cada arco/novela además funciona como un eslabón más de una mega-novela. No necesitan haber leído los 41 números de la serie original para entender esta nueva versión (aunque la van a disfrutar más). De nuevo, cada historia y cada arco, son auto-contenidos. Es envidiable la habilidad de Lapham para lograr esto mes tras mes, solo comparable con lo del maestro Stan Sakai, una fuente inagotable de historias, en el legendario Usagi Yojimbo. Habiendo dicho eso, la experiencia se va enriquecer mucho si hacen el esfuerzo de buscar los originales. De cualquier manera, Image ha vuelto a sacar los recopilados originales o sea, que se consiguen muy fácil. Como la narración no es lineal, la historia va saltando en el tiempo ida y vuelta de fines de los 70s a principios de los 90s, se pueden leer en el orden que ustedes prefieran para aun mayor comodidad. Como lector desde el principio de Stray Bullets, les puedo decir que con el paso de los años todos estos personajes, desde prostitutas y drogadictos hasta matones y estafadores, pedófilos y traidores, se han vuelto casi entrañables y sus peripecias algo importante para mí. He lamentado la muerte de más uno de ellos, aunque como Lapham constantemente se salta en el tiempo que un personaje muera no quiere decir que ya no lo volveremos a ver. Imaginen al personaje de Travolta en Pulp Fiction después de que muere y cuando lo volvemos a ver tan solo unos minutos después. Una de las pocas verdaderas obras maestras del género. ZERO (Image) Esta experimental serie en realidad inició en el 2014 pero terminó triunfalmente hace unos pocos meses. Al principio parecía tan solo la historia de un agente secreto que una misteriosa organización del gobierno mandaba a hacer los trabajos sucios que nadie más podía, o quería, hacer. Guiones llenos de tensión y violencia, bastante buenos, pero que en ningún momento parecían estar reinventando la rueda. Entonces salió el número #4 que lo cambió todo, y de repente para el final del siguiente número ya nos encontrábamos a mitad de un alucinógeno comic de ciencia-ficción. (En el número #10 hay un momento verdaderamente digno del maestro PKD). El checo Ales Kot es todavía muy joven, apenas 28 años y menos de cuatro escribiendo comics, pero desde el principio ha intentado empujar al medio para ver hasta donde se puede estirar. Inclusive con series para las Dos Grandes como The Winter Soldier para Marvel se nota la ambición, añadiendo elementos de filosofía y ciencia de vanguardia, espolvoreados siempre con referencias literarias obscuras, a tramas que se suponen son simplemente de superhéroes. Soy el primero en admitir que no todos sus experimentos han funcionado, pero yo por lo menos aprecio el intento con cada nuevo proyecto. En el caso de Zero cada número cuenta con un dibujante diferente, desde gente más conocida como Michael Gaydos, Alberto Ponticelli, y Tradd Moore, hasta artistas cuyo trabajo le será poco familiar a la mayoría (a menos que nombres como Stathis Tsemberlidis o Marek Oleksicki les sean conocidos). Zero es verdaderamente uno de esos comics raros donde uno no sabe qué esperar a continuación. Ha habido números que fueron en esencia una sola pelea larguísima, brutal violencia sin cuartel ni tregua que te deja al final sin respiración, seguidos el mes siguiente por otro donde William Burroughs y Allen Ginsberg se apoderan de la narración y recuerdan más bien el último volumen de The Invisibles de Morrison. Desde largas secuencias sin dialogo, no necesariamente de acción, siempre desde distintos ángulos logrando un efecto muy cinematográfico, hasta meditaciones y verborreas sobre la naturaleza de la realidad. Es una experiencia que debe leerse de primera mano para poder disfrutarla. El artículo ya se extendió demasiado pero lo cierto es que pude haber mencionado más títulos. Como ya platiqué el número anterior, es una muy buena época para ser lector de comics. Por ejemplo, Providence del maestro Alan Moore ha resultado toda una verdadera revelación (aunque creo que es obvio que se lee mejor de golpe y no en entregas mensuales), mientras que Chuck Palahniuk sorprendió a todos escribiendo la secuela oficial de su famosa novela Fight Club en forma de una mini-serie de 10 números para Dark Horse (ojo, es secuela de la novela y no de la película de Fincher). Kieron Gillen regresó para una última entrega de Phonogram con la mini-serie The Immaterial Girl, y si crecieron en los años 80s y recuerdan con cariño la música de esa década de ninguna manera se pueden perder ese comic. Wolf, del mismo Ales Kot que aparece arriba, es quizá el mejor comic de Warren Ellis no escrito por Warren Ellis. Southern Bastards, por supuesto, continúa siendo una joya del rural noir. También habría que mencionar a varios de los títulos que se discutieron en el artículo anterior (y que por eso mismo ya no repetí en esta ocasión) como Ody-C, Nameless y Black Science. A Starve de Brian Wood y Danijel Zezelj apenas y lo pude mencionar en ese entonces pero resultó tener un gran año también. Así que pónganse a ahorrar porque hay muchísimo material que comprar. ¡Feliz año nuevo a todos! Cristina Jurado
La palabra “crisis” acompaña a los integrantes de mi generación, los que nos atrevimos a nacer a principios de los 70, desde que la memoria se nos activó. Comenzamos a escuchar el término por todas partes, desconociendo al principio a qué se refería. Nuestro pequeño cerebro creció con aquella criatura que debía ser muy maligna, porque todos le echaban la culpa de sus desdichas, fueran de la naturaleza que fuesen. De tanto usarla, como diría la canción, el concepto que designa se ha ido desgastando y hay quien utiliza la palabra para otros menesteres, hasta como apodo para esta que suscribe. Afirmar pues que un sector de la economía está en crisis, no es ya noticia. Lo único que podría serlo sería su ausencia, su erradicación, su extirpación de la cotidianidad. Hoy en día, como casi todo, el sector del libro en España está en crisis. Lo dicen los análisis del sector, las librerías y el gremio de editores, aunque nuestro país sea reconocido como uno de los más importantes en materia de edición. Así lo refrenda en su último estudio la Asociación Internacional de Editores (IPA), que señalaba a España como uno de los principales mercados internacionales en cuanto a producción de nuevos títulos y a ventas: no solo es el cuarto productor internacional de nuevos títulos (76.434 nuevas obras publicadas en 2013, un 3% menos que el año anterior), sino que ocupa el tercer puesto, por detrás del Reino Unido y Estados Unidos, como exportador de literatura. La información recabada a nivel nacional, sin embargo, es más desalentadora: específicamente, el informe El sector del libro en España 2013-2015, publicado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con la colaboración del Observatorio de la Lectura y el Libro (OLL), destaca que en 2014 el número de editoriales en España aumentó en 23 con respecto al 2013, totalizando 3.109. Si bien el dato es positivo, hay que tener en cuenta de que se trata del primer año en que se manifiesta una tendencia al alza, después de cuatro en los que desaparecieron numerosas editoriales: si en 2.009 había 3.564 editoriales, en 2013 su cantidad había descendido hasta 3.086. El estudio apunta a que más del 65% de las editoriales activas en 2014 desarrollaron una actividad esporádica y casi de mera supervivencia, con menos de 10 títulos publicados al año. Mientras que en 2010 se publicó el volumen más elevado de obras en los últimos años (114.459 en total), su número ha ido descendiendo hasta alcanzar los 89.130 títulos en 2013, y remontar en 2014 con un total de 90.802 (no confundir con los datos de la IPA, que hablaban de nuevas obras publicadas sin contar las reediciones). Otros datos interesante recogidos revelan: una bajada de las tiradas medias; un ligero descenso de la publicación de libros digitales con respecto al año anterior; la concentración de obras registradas en las comunidades de Madrid y Cataluña; el descenso del número de obras extranjeras traducidas al español (2 de cada 10 publicadas y un -3,1%), pero aumento de obras españolas traducidas a otros idiomas (un +8,6%); el descenso por quinto año consecutivo en cuanto a facturación en el sector: de 3.185,5€ millones en 2008 a 2.182€ millones en 2013. El informe también demuestra que la novela ha experimentado una importante bajada –casi un 18%- en el número de obras publicadas, en especial en el terreno de la ciencia ficción, el terror, la novela contemporánea y la policíaca. Las únicas subidas significativas se han producido en la novela romántica y humorística. Desequilibrio entre la oferta y la demanda Uno de los mayores problemas a la hora de trazar una visión completa de la situación actual de los editores de género es la escasez de datos contrastables. La sola mención que se hace en el informe mencionado es la referida al descenso de novelas de ciencia ficción y terror publicadas en nuestro país, pero no existe información sobre las obras de fantasía ni un análisis más profundo, por ejemplo, por sub-géneros. Mariano Villarreal es una de las pocas personas que se han preocupado en años recientes por compilar e interpretar información sobre el mercado del género en España. Administrador de Literatura Fantástica (un portal con información y reseñas sobre el género), miembro de Terbi – Asociación Vasca de Ciencia Ficción-, miembro de la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror (AEFCFT) y editor de numerosas antologías de relatos en la colección Nova Fantástica (como las multi-premiadas Terra Nova 1, 2 y 3), mantiene un registro de títulos en la web Literatura Fantástica. Hasta el año pasado, Villarreal publicaba un estudio de los libros de género por temáticas, estableciendo tendencias y ofreciendo una visión bastante completa del catálogo de la literatura de género. Esperamos con gran interés las conclusiones del ejercicio actual, que el propio Villarreal está elaborando, y sobre el cual indica que presenta tendencias similares al trienio anterior. Y es que, parece que cualquier realidad, por muy evidente que parezca a los trabajadores de un sector, adquiere más enjundia cuando viene apoyada por los datos: los números carecen de la capacidad para mentir. Pero los números solo aportan información precisa, sin una valoración que ayude a comprender su naturaleza, las tendencias que marcan, las consecuencias que comportan los valores que apuntan… Para conocer con más profundidad esta situación en la península, islas y demás territorios españoles, además de consultar los informes confeccionados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Observatorio de la Lectura y el Libro, la Federación Española de Gremios de Editores y el Instituto Cervantes, hemos sondeado la opinión de varios editores de ciencia ficción, fantasía y terror y sus respuestas nos han servido para confeccionar una radiografía del estado de las cosas en este preciso momento. Además de editoriales españolas de género, la mayoría pequeñas –todo hay que decirlo-, hemos preguntado a varios editores internacionales para ver las diferencias entre ambos mercados. Uno de los errores más comunes a evitar, a la hora de lanzarse a la edición de género en nuestro país, es la falta de preparación empresarial de sus profesionales. Muchos, sobre todo entre las editoriales más pequeñas, organizan sus sellos sin contar con unos conocimientos mínimos en gestión, y sin planes de mercado que apoyen su proyecto empresarial. “Yo suelo lamentarme de que ni mi socio ni yo estudiamos empresariales, y lo digo con toda la seriedad: tener un buen plan de negocio es imprescindible”, afirma Marian Womack, escritora, traductora y co-directora de la editorial de fantasía, ciencia ficción y horror Nevsky Prospects (una de las pocas que publica libros españoles traducidos al inglés). Por su parte, Mariano Villarreal apunta en la misma dirección: “Mi recomendación para quienes aspiren a ocupar un plano profesional es no dejarse vencer por el entusiasmo y realizar un auténtico estudio de mercado.” Susana Arroyo y Silvia Schettin de FataLibelli, editorial digital de literatura fantástica y ciencia ficción especializada en antologías de relatos y novelas cortas, nos contestan que: “En los tiempos que corren y si hablamos de micro-editoriales, no está mal tener conocimientos sobre cómo funciona el mundo de la edición, su economía, derechos y contratos, el libro digital... aunque son habilidades que también se van aprendiendo a la fuerza en el trabajo cotidiano, traerlos al proyecto editorial de antemano ayuda a editar con calidad.” A la falta de planificación desde el punto de vista empresarial se añade uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la mayoría de las editoriales de género en nuestro país: las bajas ventas. “No tenemos un catálogo de género muy extenso, pero hay propuestas rusas, suecas, británicas. Sin embargo, los resultados no han sido para nada los previstos, en lo que a ventas se refiere. En realidad, las ventas de algunas de estas autoras han resultado decepcionantes, sobre todo teniendo en cuenta las estupendas reseñas que han obtenido, y la cuestión del prestigio obtenido a través de las mismas”, comenta Marian Womack. Cisco Bellabestia y Sara Herculano son los directores de la editorial Aristas Martínez, dedicada a la literatura “fronteriza”, como a ellos les gusta definirla. Su apuesta editorial incluye libros que se mueven en los límites de los géneros, con iniciativas inclasificables y una cuidado diseño. Ambos confirman las palabras de Marian Womack: “El problema son las ventas, naturalmente. Los que trabajamos fuera del mainstream nos pasamos el día luchando, haciendo lo imposible para sobrevivir. Da mucha pena que los aficionados al género dejen pasar desapercibido nuestro esfuerzo y se vuelquen en todo aquello que se hace sin juicio, sin respeto y sin la pasión que este oficio merece.” Para algunos, el problema estriba en la escasez de lectores aficionados en un mercado potencialmente muy amplio ( 548 millones de personas hablan español según un estudio del Instituto Cervantes publicado en 2014). “El mercado en España es pequeño, no existe sinergia que sería recomendable con Iberoamérica y el mercado estadounidense en español aún no ha sido explotado; parece que a los hispanohablantes en ese gran país no les interesa el género lo más mínimo. Demasiados aspectos culturales a tener en cuenta y superar, imagino”, reflexiona Mariano Villarreal. A una demanda relativamente baja se añade una elevada oferta de títulos. Rodolfo Martínez, director de la editorial Sportula -dedicada a la ciencia ficción y la fantasía pero abierta a la ficción especulativa y al terror- señala que “hay una saturación de títulos que hace que cada vez sea más difícil hacerse un nicho u obtener visibilidad. [ ] La cantidad de libros, ya sea en digital o en papel, a través de editoriales o auto-editados, que se publican al año en este país es una salvajada. Con un bosque tan tupido resulta difícil encontrar el árbol que buscas y quizás el mayor desafío del editor sea ser capaz de encontrar a su público en toda esa maraña, a la gente que está buscando su “árbol” aunque no lo sabe y aún no ha podido verlo.” “Existe un claro exceso de oferta, y muchos escritores noveles se han lanzado a la autoedición (en Amazon y otras plataformas) con la esperanza de encontrar el éxito que el muy recomendable filtro de una editorial les estaba negando. En estos momentos, a la inmensa mayoría de escritores les importa mucho más publicar una obra al año, no perder visibilidad entre los lectores (práctica auspiciada por los editores, que buscan explotar al máximo cualquier filón que se presente) que intentar dar el máximo en una obra más perdurable que les ocupe varios ejercicios” opina Mariano Villarreal al hilo de lo apuntado por Martínez. En medio de una crisis económica que lleva varios años instalada en el país, el dinero que la población puede destinar al ocio y a la cultura se ve reducido enormemente, lo que influye en un bajo consumo de libros. El estudio del ministerio revela que el precio medio de un libro en España en 2014 fue de 20,67€. Por otro lado, el informe Comercio Interior del Libro en España 2014 desglosa el precio medio de cada libro por materias, y en lo que se refiere a la ciencia ficción y el terror (no se recoge explícitamente la categoría de fantasía), la cifra alcanza los 13,83€ por obra. Para Rodolfo Martínez, este fenómeno se deja sentir en las ventas de literatura de género, “el poder adquisitivo de los lectores ha caído en picado en los últimos años: no pretenderás que compren más libros ahora que tiene menos dinero para gastar.” Esta opinión es compartida por Rafael Díaz Santander, cofundador y codirector de la editorial Valdemar, uno de los sellos independientes de culto entre los aficionados al género por sus colecciones de obras clásicas de la literatura gótica, fantástica, ciencia ficción y el terror. “En España hay pocos lectores de género y también hay poco dinero disponible para libros. En general, los autores apenas sacan dinero de la venta de sus libros, salvo excepciones. En cuanto a los extranjeros, resulta muy difícil amortizar traducciones y derechos de autor a un precio que no resulte oneroso para el lector”. La bajada de las tiradas medias es un fenómeno que ya apuntaba otro estudio del Ministerio, Panorámica de la edición española de libros 2014, aunque referido al sector en general, y no al género en particular. Con respecto a este último, el informe Comercio Interior del Libro en España 2014 (de la Federación Española de Gremios de Editores) revela que en 2014 se editaron 477 obras de ciencia ficción y terror, un 7% más que el año anterior, lejos aún de las 791 editadas en 2011. La tirada media en la categoría de ciencia ficción y terror también experimentó un importante descenso: 2.723 ejemplares en 2014, un 8,7% menos que en el ejercicio anterior. La facturación del sector se estima en 12,71€ millones, un 17,6% menos que en 2013. El análisis del Ministerio también pone de manifiesto que la mayoría de las editoriales españolas publican menos de 20 libros al año, un fenómeno que bien podría extrapolarse a la literatura de género. “Parece un panorama un tanto descorazonador,” afirma Díaz Santander, “pero es el escenario por el que nos movemos autores y editores, y ya no sólo en el género, esto vale para todos. Sí, hay miles de autores y miles de editores, pero ahora dime cuántos de ellos pueden vivir de su trabajo como editores o autores. Posiblemente haya gente más optimista que te dibuje este panorama de otra manera, pero para mí tiradas de 1.000 o 1.500 ejemplares es un fracaso.” En lo que respecta a la ciencia ficción, la fantasía y el terror, “la producción se mantiene relativamente estable respecto a novedades publicadas (alrededor de mil títulos al año) pero ha bajado terriblemente en cuanto a ventas, presencia en las librerías, reseñas de lectores… “, revela Mariano Villarreal. “En lo referente a España, el mercado sigue siendo demasiado pequeño, y a los lectores les cuesta salirse de aquello a lo que están acostumbrados”, opina Marian Womack. “El panorama de la edición, en general, es complicado ahora mismo. El sector ha pasado por unos años de crisis, lo que nos obliga a ser más prudentes y pragmáticos a la hora de contratar y publicar libros. Para un género “de nicho” es una situación delicada”, explica Alix Leveugle, editora de Plaza & Janés – Fantascy, perteneciente a Penguin Random House Grupo Editorial, uno de las gigantes internacionales de la edición. En España, la tendencia apunta hacia la polarización: un puñado de grupos editoriales acaparan gran parte de los títulos, mientras que la gran mayoría de sellos son de mediano o pequeño tamaño. En el informe del gremio de editores para 2014, Comercio Interior del Libro en España 2014, se pone de manifiesto que en el sector de la ciencia ficción y el terror hay un total de 477 editoriales agremiadas y que, la gran mayoría, son sellos medianos (167) o pequeños (171). “Varios sellos medianos han cerrado la persiana y han sido sustituidos por otros Small Press (en realidad, en España, habría que hablar de Very Small Press) que ofrecen material en condiciones más o menos dignas al fan irredento”, revela Mariano Villarreal. “La edición de género reproduce más o menos el panorama general de la industria: tenemos grandes grupos de publicación y micro-editoriales de supervivencia”, confirman Silvia y Susana de FataLibelli. Por su parte, Marian Womack añade que “han surgido un buen montón de editoriales independientes que estamos empeñadas en aportar propuestas novedosas.” Cisco y Sara de Aristas Martínez van más allá: “Han desaparecido editoriales del "todo vale" por el modelo del "todo me lo auto-edito", librando a los sellos de manejar cientos de manuscritos y limpiando los estantes de las librerías de despropósitos. Así que desde el mainstream (Random House, Gigamesh y Dolmen), a la revisión de los pioneros (Valdemar y Cátedra), como las nuevas voces (Salto de Página, Fábulas de Albión o la colección "Insomnia" de Valdemar, entre otros) parece que hay donde elegir material con criterio”. Para ser buen editor… Cuando se pregunta a los actuales responsables de los sellos españoles de género por las cualidades que debe presentar un buen profesional, la opinión es unánime: no hay diferencias entre editar ciencia ficción, fantasía o terror y cualquier otro tipo de literatura. A la vocación que comporta esta profesión (pocos se enriquecen con esta actividad) es necesario sumar un criterio bien definido, capacidad para tomar riesgos, organizar un equipo competente, definir un carácter propio y estar en contacto permanente con la audiencia. “Supongo que son las mismas cualidades que se requieren para editar cualquier tipo de literatura”, confiesa Díaz Santander. “Ante todo ser un buen lector y tener formado un criterio. Ya sé que esto del criterio es algo muy subjetivo, pero vamos a quedarnos con que se refiere a la capacidad para discernir, clasificar y relacionar lo leído en un contexto más amplio. Quiero decir que un catálogo o una línea de edición debería tener, según mi punto vista, coherencia. Podemos hablar también de intangibles del tipo "tener olfato" para detectar lo que puede funcionar o no.” “Tiene que gustarle lo que hace y, por encima de otras consideraciones, tiene que estar convencido de que edita libros que merecen la pena, libros que es necesario publicar y que merecen encontrar sus lectores. En cierto modo, tiene que publicar aquellos libros que le gustaría ver en las librerías como lector pero no encuentra”, dice Rodolfo Martínez. En Aristas Martínez apuestan por la “personalidad, ser un buen lector, saber escuchar y, finalmente, disponer de casquería: tripas, estómago, corazón...” Para FataLibelli es imprescindible “haber sido un lector compulsivo toda la vida para conocer el pasado de lo que se quiere publicar y mantenerse muy al día de las novedades para estar al tanto del panorama actual. Luego está ese gusto personal y completamente subjetivo que los mejores editores (La Felguera, Valdemar son ejemplos clásicos) transmiten a sus catálogos y enganchan para siempre a los lectores”. Mariano Villarreal indica que hay que “saber rodearse de personas de amplio currículo profesional en todos los terrenos (edición, ilustración, prensa), motivadas y proactivas, también es muy importante. De todas formas, publicar libros de calidad no es sinónimo de éxito comercial ni garantía de futuro, es necesario tener en cuenta otros factores tan importantes como distribución, marketing, oportunidad, conocimiento del mercado, suerte, la competencia, aspectos exógenos (crisis económica, cambios en los gustos de los lectores, en las predilecciones de ocio), etc.” Marian Womack introduce otra cualidad: “El riesgo, sin duda, por las nuevas voces, por las nuevas apuestas. El género, al igual que cualquier otra literatura, está en constante desarrollo. Sin embargo, parece que, justamente en este sector editorial, existe una especie de “conservadurismo” hacia lo que es “apropiado”. Es complicado dar con alguien haciendo algo radicalmente distinto, y que los lectores y reseñistas lo “aprueben”. Las líneas que delimitan los géneros y subgéneros suelen estar muy marcadas en las mentes de sus lectores, y resulta complicado que acepten alternativas.” Jason Sizemore es un escritor y editor norteamericano que dirige la revista Apex Magazine, nominada a los premios Hugo en numerosas ocasiones por sus entrevistas, artículos y relatos de género, y preocupada por ofrecer ficción especulativa mundial. Sizemore coincide con Womack: “Un buen editor no tendrá miedo a arriesgarse con una historia. Es por ello que Ellen Datlow es la mejor antologista de género que existe en este negocio. ¿Recordáis cuando volvió a publicar “Guts” de Chuck Palahniuk en The Year's Best Fantasy and Horror?¿O cuando publicó "The Goosle" de Margo Lanagan en The Del Rey Book of Science Fiction? ¿ O aquella vez que publicó "The Voluntary State" de Christopher Rowe para Scifi.com?”(1) Ellen Datlow es una editora y antologista norteamericana de ciencia ficción, fantasía y terror, con una impresionante trayectoria que incluye: dos premios Hugo como mejor editora profesional en los años 2002 y 2005; dos Hugo como mejor editora de relatos en 2009 y 2010; tres Bram Stoker Awards; nueve World Fantasy Awards; dos International Horror Guild Awards como mejor antología; dos Shirley Jackson Awards como mejor antología; cinco Locus Awards como mejor editor; premio Karl Edward Wagner en 2007 por parte de la British Fantasy Convention; Life Achievement Award de parte de la Horror Writers Association en 2011; y un World Fantasy Award como premio a su carrera en 2014. Datlow comparte esta visión de la profesión: “Algunas veces somos muy cómodos en lo que respecta a nuestros propios gustos, con nuestra baraja habitual de escritores. Es bueno expandir nuestro horizontes. Mucha gente piensa que editar implica tan solo adquirir. No es solo eso, pues incluye una importante labor de trabajo con los escritores para conseguir que sus textos sean los mejores posibles, lo que implica cuestionar las intenciones de sus historias o sugerir ciertas revisiones”. (2) Para Alix Leveugle “creo que, como en el caso de cualquier otro tipo de edición, el editor tiene que aunar varias capacidades y cualidades: dedicación y pasión por los libros que edita; cierto instinto u “olfato” por las mejores obras; estar familiarizado con los libros publicados en los últimos años y con el público objetivo tanto dentro de su propio mercado como en otros países; y, por supuesto, saber trabajar de forma organizada, eficaz, detallista y proactiva… Pero, en el caso de los libros de género, creo que es aún más importante estar en contacto con los lectores, para estar en sintonía con sus gustos y opiniones”. Desafíos de los editores de género El camino de las editoriales de ciencia ficción fantasía y terror en nuestro país no es fácil. A una situación de crisis económica que merma la capacidad adquisitiva de su audiencia potencial se une la percepción de que la literatura de género está confinada a un público minoritario que se rige por una reglas específicas, diferentes al resto. Como señala Díaz Santander “ser editor de género ya es en sí un desafío en un país donde la literatura de género goza de un amplio descrédito en los medios literarios oficiales […] mantener una colección de género me parece una heroicidad dadas las circunstancias peculiares de este país. Por eso, entre otras cosas, en Valdemar nos fuimos diversificando con otras colecciones de clásicos o de ensayo. Teníamos claro que iba a ser muy difícil subsistir editando sólo género.” Aristas Martínez demanda la misma consideración para el género que para el resto de la literatura: una mayor visibilidad en los espacios de venta y un mayor respeto a autores e iniciativas: “No sabemos si es un desafío exclusivo de los editores o es algo que compartamos con autores y lectores, pero lo que todos querríamos es una normalización, salir del gueto: seguimos sufriendo los peores anaqueles de muchas librerías o estar colocados en la zona juvenil de las grandes superficies. Hay que pedir un poco de respeto. Pero claro, si lo hacemos no nos quejemos después de que nos traten como a adultos: mucha narrativa fandom que se pone en circulación hoy en día no soportaría ni los controles rutinarios de una redacción de primaria”. A esta opinión se suma FataLibelli, cuyas directoras añaden que hay que “reivindicar el género y demostrar al gran público su calidad literaria. Dentro de que ni la fantasía, ni el terror, ni la ciencia ficción tendrán nunca un público masivo, es sorprendente que en el cine y en la literatura en otros idiomas el género esté viviendo tan buenos momentos pero que en las letras hispanas siga siendo considerado algo menor y existan tantos prejuicios sobre su calidad. Se impone un trabajo de popularización para que más lectores y editoriales potentes le den una oportunidad”. “A pesar de contar posiblemente con la generación de escritores más preparada que hemos tenido nunca,” señala Mariano Villarreal, “el mercado se encuentra inundado de medianías y productos comerciales, efímeros, olvidables. Creo que las posibilidades de verdadero crecimiento y mejora podrían venir de la mano de aquellos autores y editores que se alejen de las imposiciones del mercado para centrarse en obras más elaboradas, y de los que apuesten por arriesgar y trascender las fronteras del idioma, colonizar otros espacios, competir en plano de igualdad con todo lo que hay fuera.” En Nevsky apuestan por la necesidad de que se produzca una apertura de mente por parte del lector. “Al lector de género […] le cuesta apostar por lo novedoso, revela Marian Womack, “como mucho, “acepta” nuevas voces, pero siempre y cuando dichas voces “repitan” las fórmulas a las que ya están acostumbrados. Es realmente decepcionante.” Jason Sizemore comparte esta opinión y cree que es responsabilidad del editor ofrecer productos que supongan una apertura de miras: “Los editores terminan siendo demasiado insulares. La mayor parte del tiempo, creo que esto sucede sin que se den cuenta. El negocio de la edición requiere una importante inversión en tiempo, es estresante y comporta una amplia variedad de responsabilidades. Tienes que dar cuentas a los equipos de marketing, a las demandas de las editoriales, a los autores insatisfechos, etc. Por ello, no se tienen muchas oportunidades para levantar cabeza por encima de la multitud de responsabilidades, para poder explorar más allá de las experiencias implicadas en este trabajo”. (3) En lo que se refiere específicamente a las antologías de género, los editores “deben presentar en parte las mismas virtudes que los que trabajen en otro tipo de antologías. Es necesario asegurar una cierta variedad, especialmente cuando se trabaja en el marco de un mismo tema”, opina Ellen Datlow, quien añade que “hay que empujar a los escritores a que escriban sobre un tema fuera de su zona de confort. [también hay que] aprender a rechazar historias, si no funcionan en una antología, sin importar quién sea el autor (aunque se trate de un nombre reconocido).” (4) Un futuro con claroscuros En España no existen demasiados sellos dedicados exclusivamente a la literatura de género. A las editoriales ya mencionadas en este artículo hay que añadir: la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror AEFCFT patrocina algunas publicaciones; Alianza cuenta con narrativa traducida de otros idiomas; Alamut publica autores españoles y extranjeros; Alfa Eridani que une a su labor como revista una actividad de publicación de títulos; Barsoom, que también alterna su actividad como revista y sello editorial, Booket, el sello de libros de bolsillo perteneciente al grupo Planeta; Cápside, un proyecto editorial de Sergio Mars; Cuentos para Algernon, una página que traduce relatos al español y los ofrece gratuitamente en antologías anuales; Cyberdark, tienda online y sello editorial; Dlorean, afiliada a la Asociación cultural Dlrorean, apuesta por el pulp, la fantasía o la ciencia ficción ligera de autores españoles; Dolmen, incluye en su catálogo revistas y libros de autores españoles y extranjeros; Ediciones B, es una división del Grupo Zeta, que propone literatura para adultos, juvenil, infantil, ilustrada y cómics; Gigamesh, sello dedicado a la fantasía y a la ciencia ficción, capitaneado por Alejo Cuervo; Irreverentes, que apuesta por los autores españoles en antologías y novelas de género; Juan José Aroz, a los mandos de Espiral Ciencia Ficción, dedicada a la narrativa de autoría nacional; Kelonia, desde la que Carmen Cabello y Sergio R. Alarte proponen títulos de fantasía, ciencia ficción, para adultos y jóvenes; La Biblioteca del Laberinto, dedicada a la ciencia ficción, la fantasía, la literatura policiaca, etc, cuenta además con la revista especializada Delirio; La Factoría de Ideas, propone narrativa de fantasía, terror y ciencia ficción, juvenil, bestsellers, y literatura romántica; Les Males Herbes, ofrece narrativa fantástica en catalán a través de la obra de autores catalanes y de traducciones de escritores internacionales a esta lengua; Neonauta, que apuesta por la literatura pulp aplicada a la ciencia ficción, la fantasí, el terror, etc ;Nowevolution, dedicada a la fantasía, la ciencia ficción, la narrativa juvenil, etc ;Minotauro y Timun Mas, incluidos en el grupo Planeta, ofrecen una línea infantil, y otra especializada en ciencia ficción y fantasía; Orciny, editorial dedicada a la ficción especulativa; Oz, que ofrece libros crossover de género fantástico, distopías, romance paranormal, literatura juvenily ciencia ficción para todos los públicos; Palabaristas, sello online que apuesta por la fantasía, la ciencia ficción, el ensayo y la novela policíaca; Pulpture, especializado en literatura pulp; Saco de Huesos, ofrece un catálogo dedicado al terror –voces nuevas y los clásicos-, los juegos de rol, las novelas gráficas, y la revista Calabazas en el Trastero; El Transbordador, sello de reciente creación dedicada a la ciencia ficción, la fantasía y el terror; y Tyrannosaurus Books, que publica autores españoles y clásicos modernos internacionales, con un especial interés en la literatura de género, la infantil de corte fantástico, el ensayo y las gráficas y cómics. De cara al futuro, a pesar de los difíciles momentos que atraviesa el sector, los profesionales miran hacia delante con esperanza: “La ficción breve de género se encuentra en una edad de oro, con nuevas voces que constantemente entran”, (5) comenta Ellen Datlow. “Es un momento interesante para ser editor y para tener un sello”, opina Jason Sizemore, “el negocio ha experimentado varias transformaciones tecnológicas y sociales importantes en los últimos diez años. Estamos entrando en una fase en la que las ventas de ebooks se están estabilizando, las ventas en papel están aumentando y las editoriales pequeñas e independientes son consideradas como opciones viables. La base de la audiencia se ha fracturado ante el estado natural de diversificación de la ficción […] Amazon ha tomado algunas decisiones que me han puesto nervioso. Siento que son una especie de Espada de Damocles pendiendo sobre todo el negocio editorial.” (6) Marian Womack extiende ese optimismo al caso de España: “El panorama internacional está viviendo un momento especialmente rico, con un interés sincero por las propuestas que llegan desde más allá del ámbito anglosajón, y eso hay que aprovecharlo. Te adelanto que, para otoño de 2016, esperamos que la editorial Nevsky Prospects irrumpa en el mercado británico con varias propuestas españolas, pero también de otros ámbitos. Eso por un lado. Por otro, existe una conciencia muy fuerte de “comunidad” en el género, que no he conocido en ningún otro tipo de literatura. Esto hace que fluyan proyectos, que se abran puertas… Todo esto resulta muy útil y gratificante a nivel editorial también, aunque sin duda los principales beneficiarios son los propios autores.” Para FataLibelli: “Todos estamos esperando que la popularización progresiva del libro digital, los modelos económicos de mecenazgo, y las nuevas redes de recomendación por Internet ayuden a crear editoriales medianas o nuevos modelos de planificación, pero por ahora todo avanza muy despacio.” “A pesar de los momentos de inquietud, de insatisfacción, y a pesar de los miedos, el estado de la literatura de ciencia ficción, fantasía y terror es sólido a tenor de la medida más importante: la calidad de la ficción que se publica”, sentencia Jason Sizemore. (7) Notas (1) “A good editor will not be afraid to take chances on a story. This is why Ellen Datlow is the best genre anthologist in the business. Remember when she reprinted Chuck Palahniuk's "Guts" in the Year's Best Fantasy and Horror? Or when she published "The Goosle" by Margo Lanagan in The Del Rey Book of Science Fiction? Or that time she published Christopher Rowe's "The Voluntary State" in Scifi.com?” (Jason Sizemore, 2015) (2) “Sometimes we get too comfortable with our own tastes, our usual "stable" of writers. It's good to expand our reach. Too many think editing is just acquisition. It's not, it includes the crucial job of working with writers to make their work as good as it can be, which might mean asking questions as to their intention for a story or suggesting revisions”. (Ellen Datlow, 2015) (3) “Editors often become too insular. Most of the time, I believe this happens without their knowledge. The business of editing is time-consuming, stressful, and includes a broad set of responsibilities. They answer to marketing teams, publisher demands, unhappy authors, and so on. This doesn't give them many chances to lift their head out of the morass of responsibilities and explore outside the narrow experiences they brought into the job.” (Jason Sizemore, 2015) (4) “Partly the same as for non-genre anthologies. One needs to ensure variety, especially when working within the framework of a "theme." Encouraging writers to write in a theme possibly outside their comfort zone. Learning to turn stories down, if they don't work for the anthology, no matter who they're by. (eg big name or not).” (Ellen Datlow, 2015) (5) “Short genre fiction is in a golden age, with new voices constantly entering the field.” (Ellen Datlow, 2015) (6) “It's an interesting time to be a publisher and editor. The business has undergone several major technological and social shifts in the past ten years. We're now entering a stage where eBook sales as a whole are leveling off, print sales are on the rise, and small and independent publishers are being looked at as more viable publishing options. The core readership is fractured over the natural state of diversifying fiction […] Amazon has made some business decisions that make me nervous. I feel like they're the Sword of Damocles hanging over the entire publishing business.” (Jason Sizemore, 2015) (7) “Despite the unrest, unhappiest, and fears, the state of science fiction, fantasy, and horror literature is strong by the most important measure: the quality of fiction being published” (Jason Sizemore, 2015) Alexander Páez
Presentación Cuando me propusieron iniciar una sección “sobre cine” me sentí abrumado. El género fantástico tiene una gran cantidad de ramificaciones dentro del formato vídeo-gráfico: series de TV, films estrenados en salas de cine, cortos, películas que se estrenan en tiendas en formato disco, adaptaciones, fan films… Como veis el enfoque es enorme, y sólo estoy hablando del formato, por supuesto luego están los géneros, los temas, los subgéneros. Podríamos tener una sección tan amplia como inabarcable. Por lo que cuando recibí esta petición y me senté a redactar esta introducción, aproveché para reflexionar sobre un tema concreto del que quería hablar. Antes de introducir el tema, decidí que esta sección que vais a encontrar a partir de ahora (y hasta que se me acabe la energía o a la editora la paciencia), no va a tratar sobre un solo tema, sino que en cada número me gustaría profundizar sobre diferentes aspectos del género fantástico en la gran pantalla. Algo que sí encontraréis al final de cada texto son recomendaciones de series actuales que me parecen interesantes o destacables. En este número de SuperSonic trataré el polémico tema de las adaptaciones de textos al cine. No hablaré por ahora de series de televisión, aunque actualmente se esté emitiendo una nueva adaptación de Minority Report y otra de El hombre en el castillo. Esto lo dejaremos para un futuro número. Introducción En este artículo voy a hacer referencia a películas de finales de los años 90, pero voy a basar el ensayo en films editados durante los últimos 15 años. A partir de los 90, las adaptaciones de fantasía y ciencia ficción tomaron un rumbo diferente. La tecnología de la industria cinematográfica y la narrativa de la ciencia ficción habían llegado a un punto en común en el que era difícil separar qué era real y qué no: decorados y/o actores se estaban creando completamente de forma digital. Esto implica que sea más complicado diferenciar qué film es de ciencia ficción y cual no. Pero el eterno debate no va a tomar más protagonismo en este artículo que el de simple anécdota que denota el cambio que se estaba produciendo en los años 90 en el cine. Además, la ciencia ficción y la fantasía han sido géneros muy populares dentro de la producción filmográfica, ya sea desde las populares películas de superhéroes, los films de ciencia ficción especulativa, hasta películas para los más jóvenes (y no tan jóvenes) de animación dirigidas por enormes estudios como Pixar. La producción de cine fantástico es formidable, y los temas y géneros que trata conforman un gran abanico donde el consumidor puede elegir. Buenas y malas adaptaciones Pero ¿hay buenas adaptaciones? Como lector antes que cinéfilo, considero que sí. Se puede usar la analogía del iceberg donde las películas representan la capa de hielo sobre el agua y la novela el hielo bajo ésta. Pero esto es un análisis simple. El lenguaje cinematográfico es más sutil y, mientras que en el libro está todo escrito y hay que imaginarlo, en la película lo vemos todo pero tenemos que imaginar el subtexto. El peligro que tiene el cine es que es joven y muy popular. Tan popular que el criterio para definir una buena y una mala película (y adaptación) es diverso y, en muchas ocasiones, incoherente. Pongamos unos ejemplos. Coraline (2001) de Neil Gaiman, fue adaptada por Henry Selick y tuvo gran éxito entre la crítica. La adaptación se filmó en animación stop-motion, una jugada arriesgada pero con la que el director demostró gran pericia. Este tipo de animación transmitía sin palabras la ambientación oscura de la novela. Por otro lado tenemos la adaptación de Las crónicas de Narnia (2005) dirigida por Andrew Adamson, basada de forma libre en parte de la saga de Narnia que C. S. Lewis publicó entre 1950 y 1956. El primer film fue una adaptación bastante decente que cosechó una crítica positiva. El desastre vino con la nefasta película El príncipe Caspian (2008), cuya dirección estuvo a cargo de Adamson y el hundimiento de la franquicia en el cine se confirmó con el tercer film, La travesía del viajero del Alba (2010), dirigida por Michael Apted. Uno de los principales puntos negativos fue la incoherencia del tono de las películas, intentando imitar a la popular saga de Harry Potter y olvidando los textos y el tono de C. S. Lewis. Además, en el tercer film se hace referencia directa al simbolismo y a las referencias cristianas, algo sobre lo que se ha debatido mucho (si realmente aparece en las novelas), pero en caso de que así sea, siempre ha sido como sub-lectura del texto. En los filmes esto es demasiado evidente, tanto que supone incluso un rechazo por su marcada moralina. Cuando hablamos de adaptaciones al cine de novelas de género fantástico, quizá la más popular a la que todos podamos hacer referencia sea la trilogía de El señor de los anillos, dirigida por Peter Jackson. Mucho se ha hablado sobre la calidad o la fiabilidad de esta adaptación. Personalmente veo aspectos positivos y negativos en la adaptación, pero creo que el resultado como producto cinematográfico es notable. Pienso que Jackson traduce y adapta la trilogía de Tolkien a un público contemporáneo y a un lenguaje cinematográfico, pero también es cierto que malinterpreta muchísimas cosas de los textos de Tolkien. Podríamos entrar en detalles que todo friki debe saber, pero a mí me parece un acierto no incluir a Tom Bombadill, o colocar la forja de Narsil más tarde, o el cambio de actitud de Faramir al encontrarse con los hobbits (aunque la posterior incoherencia en el carácter del personaje sea una mala decisión); en contrapartida, destaco la desastrosa batalla del Abismo de Helm o la relación de Aragorn con los muertos y la Compañía Gris. Esto lleva a la pregunta que todo lector se hace una vez queda insatisfecho con la adaptación de su novela preferida. ¿Cómo de fiel debe ser una adaptación? ¿Cómo sabemos que es una buena adaptación? Me atrevo a decir que no hay una línea que separe una mala de una buena adaptación y que las variables son tantas que es imposible decidir unos parámetros. Hay adaptaciones que son muy fieles pero no son buenas películas, lo que las convierte en malas adaptaciones, y hay otras que son filmes muy interesantes pero contienen poco o adaptan de forma muy libre lo que hay en la obra original. Personalmente me decanto por la segunda opción, pues como consumidor quiero algo nuevo, una síntesis y una reinterpretación de algo que ya conozco. Queda patente, ante el aluvión de críticas que reciben la mayoría de adaptaciones, que el lector prefiere una adaptación que reproduzca con imágenes de la forma más fiel posible aquello que ha imaginado al leer la obra. Y esto me plantea una incógnita, ¿por qué esa necesidad de que nos muestren lo que ya conocemos? Podríamos aventurar una respuesta: nos encanta nuestra zona de confort y, en cierta manera, nos hemos creado una imagen mental de la historia, hemos imaginado a los personajes, los paisajes y las voces. Si la historia nos ha gustado, hemos llegado incluso a fantasear con ella cuando no estábamos leyendo. Y entonces llega un equipo de artistas y un director y nos dicen que no, que todo lo que habíamos imaginado no era así, sino de esta otra forma. Entiendo que muchos espectadores levanten sus puños de indignación ante la atrocidad cometida contra sus imaginación, pero nos olvidamos de que se trata, simple y llanamente, de cómo otras personas han imaginado de forma distinta lo mismo que tú. Y, quizá, la principal diferencia radique en que estas personas tienen cierta capacidad de comercializar en formato vídeo esta imaginación. La trilogía de novelas distópicas Los juegos del hambre, de Suzanne Collins, ha sido adaptada en cuatro películas a la gran pantalla. Mollie Gagnon firma un interesante ensayo titulado “Media and Hyperreality in the Film Adaptations of Suzanne Collins’ Hunger Games Trilogy”, que se puede encontrar en el libro The Fantastic Made Visible, editado por Matthew Wilhelm Kapell y Ace G. Pilkington (McFarland & Company, 2011). En este artículo comenta un fallo garrafal en la adaptación de la trilogía al cine (entre muchos otros), y es el uso que se le da al lenguaje de los medios de comunicación en el libro, y al mensaje que transmite la autora en la novela. Todo esto se pierde o queda totalmente diluido en las adaptaciones, dejando tan solo una película de acción y amor con una trama distópica de fondo, condenando a unos films con gran potencial a ser unas simples películas más. Para no ser injustos hay que reconocer que las películas sí tratan temas que se aparecen en la novela, como la violencia, el feminismo, la religión o el totalitarismo. Pero bajo estas grandes banderas existen submensajes que, aparentemente, han pasado desapercibidos por los guionistas, y es que la gran mayoría de estos grandes temas se recogen bajo uno muy interesante: los medios de comunicación. Suzanne Collins demuestra que la manipulación de los medios es la mejor arma para controlar la mentalidad de todos los Distritos. Y es gracias a los medios de comunicación que Katniss levanta su revolución, con un simple gesto, levantar tres dedos de una mano. Un gesto que se hace viral a través de la televisión. Conclusión El tema de las adaptaciones es un camino repleto de espinas por el que hay que caminar con cuidado de no pincharse. Keith M. Johnston comenta en Science Fiction Film (Berg, 2011) que la ciencia ficción se está volviendo mainstream. Es popular, y por lo tanto también los temas. Es preferible una trama sencilla repleta de efectos especiales a una compleja que invite a pensar. Aunque existen grandes excepciones como Distrito 9, Moon, Matrix, Perfect Blue o The Girl Who Leapt Through Time, Johnston deja clara su postura ante esta nueva tendencia de hacer el cine de ciencia ficción y las adaptaciones, productos más visuales con la excusa de ser “lenguaje cinematográfico”. Existen adaptaciones fantásticas que no pueden pasar desapercibidas, como la saga de películas de Harry Potter. Aunque no extremadamente fiel a la trama punto por punto, sí lo es al espíritu de la película, y a una idea general de cada uno de los libros, creando con gran acierto unos films de gran calidad. En cambio adaptaciones con un presupuesto desorbitado y un director multipremiado no tienen para nada el éxito asegurado, por muchos profesionales tras los mandos. Es el caso de la trilogía de El Hobbit de Peter Jackson, que cuenta con una primera película resultona y entretenida, para terminar en un fracaso impresionante. Lo más sorprendente de esto es que se haya anunciado la versión extendida con una gran cantidad de horas más de visionado. ¿Jackson, qué te hemos hecho para que nos maltrates así? Recomendaciones Para finalizar esta sección voy a recomendar algunas series de televisión y películas actuales de género fantástico que os pueden interesar. Marte (The Martian), adaptación de la novela de Andy Weir (Ediciones B, 2015) que aunque tiene poco de ciencia ficción, es una estupenda película de aventuras y supervivencia en ese misterioso e intrigante Marte al que parece que nos acercamos cada vez más. Me parece una gran adaptación (la novela lo pedía a gritos) que os va a mantener en vilo, incluso cuando Mark planta patatas. Muy recomendable también la novela, que creo que no debe leerse como ciencia ficción, sino como una novela de aventuras y acción. Sinsajo, segunda parte. La esperadísima última película que pone el cierre a las adaptaciones de Los juegos del hambre. Aunque las novelas me parecen muy buenas, creo que las películas han tenido altibajos. Aún así creo que es un film recomendable, entretenido y que os va a dejar muy buen sabor de boca una vez salgáis de la sala de cine. Algunas recomendaciones más, Tag, de Sion Sono, Yakuza Apocalypse, de Takashi Miike, As the Gods Will, de Takashi Miike, The Invitation de Karyn Kusama y Green Room de Jeremy Saulnier. En cuanto a series ahora mismo se está emitiendo la fantástica Ash vs Evil Dead. ¿Qué contaros de esta franquicia?. Más de lo mismo, pero mejor. Una de mis preferidas, Vikings, cuya cuarta temporada se estrena en breve. Si me preguntáis qué tiene de fantasía, os diré que lo mismo que las novelas de Abercrombie: escenarios pseudo-reales, momentos históricos que existieron pero mezclados con otros inventados, y personajes que salen de sagas para ser de carne y hueso. The Leftovers, basada en la novela homónima de Tom Perrotta. Sense8, una gran sorpresa para mí este año. Casi cualquier cosa que comente sobre la serie puede estropearos la sorpresa, por lo que lo dejo a vuestro criterio. Y por supuesto, The Man in the High Castle, que adapta la novela de Philip K. Dick. El género fantástico en la pantalla está en plena forma, ya que el catálogo es verdaderamente amplio. “Prefiero que lo que hago funcione más bien por contagio, como una infección conceptual”
"La editorial ARISTAS MARTÍNEZ haciendo uso de su derecho de rectificación, y para salvaguardar su derecho al honor, la propia imagen y su justa fama, informa que las declaraciones de Francisco Jota Pérez donde dice, refiriéndose a la editorial antes citada: “Cabe apuntar también (…) que de ninguna de las obras que he señalado hasta ahora he cobrado un mísero céntimo (…)” no son ciertas y que puede acreditar que el mencionado Francisco Jota Pérez sí recibió incentivos a cargo de sus royalties de los responsables de ARISTAS MARTíNEZ." Francisco Jota-Pérez (Barcelona, 1979) es una artista de las ideas y de la palabra. Escritor y guionista, ha publicado antologías como Dionisia Pop! (editorial Grupo AJEC, 2007) y Antifuente (Viaje a Bizancio Ediciones, 2008), novelas como Hierático (AJEC, 2010), Cinco Canciones de Cuna, Orígenes del Lodo, Ciencia Raíz (los tres volúmenes de su “Tríptico Linde” para la editorial Aristas Martínez; 2011, 2012 y 2013), Aceldama (Origami, 2014) y Pasaje a las Dehesas de Invierno (Esdrújula, 2015). A su faceta como escritor de ficción se añade su labor como colaborador en publicaciones españolas especializadas en literatura de género y narrativa experimental, tales como Caldo de Cultivo, Psiquemáquinas, Microcorruptos, Láudano y Prosa Inmortal, que ha complementado con la impartición de talleres sobre psicografía (Asociación Simbólica, 2014 y 2015). Autor asimismo de los guiones de las novelas gráficas La Memoria Invisible (Viaje a Bizancio, 2009) y Antígenos de Gaia (editorial Saco de Huesos, 2011), y los largometrajes Nuestra Amiga la Luna (con el cineasta César Velasco Broca) y Trashumante (con el director Daniel Gálvez), ofrece información de su carrera y sus pesadillas en su blog. Creador de historias íntimas, investigador de maneras de contarlas siendo fiel a sí mismo -sin caer en imitaciones o en modas-, amante por igual de la sonoridad y de los significados de las palabras, domador de signos, escalador de inquietudes y obsesiones… Hay un Xisco, y un Fran, un Jota-Pérez y un JP, aunque no creo que exista un Paco… ¿Quién se esconde detrás de este autor? ¿Qué lo mantiene despierto por las noches? ¿Con qué sueña, si es que lo hace? En una charla que se fue desarrollando a lo largo de varias semanas por aquello tan banal como es la vida corriente, os acerco a uno de los autores más personales, interesantes y con mejor prosa del panorama de la ficción especulativa en español. Más que apelar al lector, infectarlo SuperSonic: Algunos comentan que eres un autor más preocupado por la forma que por el fondo, que las ideas no son tan importantes para ti como la forma de desplegarlas, que apelas a un tipo de lector activo, capaz de realizar algo más que una decriptación pasiva. ¿Qué les responderías? FJP: Que estoy de acuerdo sólo en parte. Sí, es cierto que mi lector ideal es un lector activo, y también que evito en la medida de lo posible la tendencia (para mí, terroríficamente paternalista y empobrecedora) a llevarle de la mano e imponerle mi sentido del texto, pero, sinceramente, la forma y el fondo me preocupan por igual. De hecho, intento no hacer distinciones de grado entre ambas, y hago un esfuerzo consciente por imbricar una en la otra. Que la forma sea parte del fondo, y a la inversa. Sobre todo en las novelas. Todas ellas están cargadas de ideas, conceptos e intuiciones que en el momento de poner por escrito son para mí tremendamente importantes (visceralmente importantes, incluso), y que necesito transmitir; y creo, de manera (también visceralmente) honesta que la forma como las transmito es, si no la única posible, la más eficiente, sin tener que traicionar su complejidad, sus capas de significado y sus matices. Así mismo, hay un componente casi ideológico en este modo de hacer. Creo fervientemente en que a estas alturas históricas en las que nos encontramos, con toda la carga de arte, pensamiento, información, tecnología y creencia que llevamos encima, delegar responsabilidades personales en figuras externas y más o menos abstractas (léase "El Estado", "El Experto", "El Consenso", "El Sentido Común" y etcétera) es un suicidio cultural. Siendo consecuente con esto, lo que pretendo al escribir es que el poder último sobre el texto sea del lector (lo cual, obvio, conlleva una serie de responsabilidades para/con ello), y no del "Crítico", el "Teórico" o siquiera el "Autor". Considero que, a día de hoy, aferrarse a la fórmula de que debe haber un Emisor a un lado y un Receptor al otro, entre los que media un Canal lo más limpio posible, es demasiado limitador y contraproducente. Prefiero que lo que hago funcione más bien por contagio, como una infección conceptual. Que las ideas (y las tramas, los tropos, los memes, la psique de los personajes...) dejen al huésped-Francisco-Jota-Pérez y se instalen en el huésped-lector, quien, evidentemente, posee unas cualidades y características distintas, que la infección debe simbiotizar, o con las que debe resonar, si pretende colonizarlo. Y cada huésped-lector es radicalmente diferente a cualquier otro, así que la infección debe ser robusta a la vez que dúctil, resiliente a toda costa a la vez que plástica, si la intención es que se instale y continúe reproduciéndose aunque sin perder su esencia, su naturaleza de infección, de artefacto vírico conceptual que obtiene sus nutrientes tanto de sí mismo como del imaginario del huésped como del entorno inmediato de éste. SS: A tenor de tu respuesta anterior, ¿defiendes la postura de Roland Barthes de la supuesta “muerte del autor”? (Barthes destaca que la literatura moderna es una superposición de escrituras en la que se da un diálogo de culturas, y es el lector la figura que otorga unidad al texto. “La unidad de un texto no se da en su origen sino en su destino”, dice.) FJP: Ni la defiendo ni la ataco. Estoy bastante de acuerdo con el planteamiento de que un texto pertenezca al hecho cultural y al lector, y que tanto el hecho cultural como el lector hagan con ello lo que les venga en gana o lo que dicten las corrientes más o menos naturales del pensamiento de su contemporáneo. Pero prefiero no verlo en términos de "unidad" o "sentido", sino, como comentaba, de infección. O de condicionamiento. Y también de responsabilidad. No tanto que el texto se "unifique" en su destinatario como que se "incorpore" a él y que éste decida si lo dota de unidad o no, si va a buscarle un sentido o no, si lo incluye (ojalá) en su forma de ver el mundo y de verse a sí mismo o no. Lo cierto es que la mayoría de las veces, lo que busco es causar una impresión sensorial (de ahí que a menudo emplee técnicas más o menos de hipnosis), no-intelectual y, por lo general, de disolución de la linealidad, de lo material y de ciertas lógicas formales, para llevar al lector a un Espacio Interior concreto, vulnerable y sensible, y que él, allí, decida si va a intelectualizar, coagular o dotar de lógica lo que le propongo. O si quiere quedarse sólo con el Espacio, solo en el Espacio. O si prefiere pasar de todo, decretar que lo que estoy haciendo es poco más que un ejercicio masturbatorio y mucha palabrería vacía, y proceder a prestarle su atención a algún otro. Es cosa suya, en cualquier caso. No sé, sin embargo, si eso significa la "muerte del autor". Me obsesionan las mecánicas del mantra, el ritual y los estados alterados de conciencia, y tiendo más hacia esto que hacia la teoría literaria estricta. Creo que, en alguna parte, debe haber alguien que canalice las ideas (que "baje a pescar el pez dorado", como dice David Lynch), dibuje la intencionalidad del acto mágico, proponga aunque sea un esbozo de mapa para el Espacio Interior que se pretende generar o diseñe las formas básicas de la infección. “No diferencio la magia del acto artístico” SS: ¿Qué tiene de mágico el acto de escribir? ¿Y el de leer? FJP: Todo. El acceso a realidades no consensuales, virtuales o discontinuas; la predicción y avecinamiento del futuro vía hiperstición; la inducción de estados alterados de conciencia para la posterior reprogramación de ésta; la evocación y la invocación; el trasvase de la filosofía hacia la praxis y la psicología... No diferencio la magia del acto artístico, sinceramente. SS: ¿De qué manera se activa esa magia de la que hablas? En otras palabras ¿cómo abordas el proceso de creación? FJP: No tengo una forma fija de abordarlo. A veces, sin querer, llega una idea y necesito escribir sobre ella. Otras veces es una imagen que, al meditarla, genera una idea y esa necesidad de ponerla por escrito. Otras, estoy tan inmerso en algún tema que me interesa, o tan afectado por algún suceso concreto, que me impongo forzar la idea y la necesidad... Es difícil de explicar. Porque es difícil racionalizar algo así, que tiene tanto de juego inconsciente como de imposición de una voluntad concreta. Sí que hay, sin embargo, una constante en un punto muy determinado del proceso: al sentarme a escribir, suelo dedicar mucho tiempo a planificar cómo conjugar la idea con la forma como quiero expresarla, y a hacer pruebas al respecto, hasta que doy con la conjunción que me "suena" mejor. No es algo con una duración concreta (una piezas cobran forma y fondo casi de forma automática, apenas un par de horas después de haber empezado a trabajar en ellas, mientras otras me cuestan meses y varios borradores tirados a la basura), pero sí, como decía, una constante. SS: Juguemos al juego de las referencias. Otra constante en las entrevistas a los autores es preguntarles por sus influencias. Me interesa saber qué tipo de actos creativos han dejado o dejan poso en tu trabajo. (En relación a los actos agrupados bajo el paraguas de la literatura, me interesa que destaques los que están enmarcados fuera del género que, a mí, me parecen más representativos y “representa-vivos” que los fácilmente clasificables como ciencia ficción, fantasía y terror). FJP: Mis influencias literarias más básicas y evidentes (los autores a los que siempre vuelvo, en los que me gusta mirarme y que están ahí, en el horizonte de mis aspiraciones), serían Anna Kavan, Doris Lessing, Elfriede Jelinek, William S. Burroughs, Kenji Siratori, Leopoldo María Panero y Juan Eduardo Cirlot. También leo muchísima filosofía, y esto es quizá lo que más influye en mis temas e inquietudes. Para mí, son esenciales las obras de Nietzsche, Vico, Foucault, Deleuze, Guattari, Negarestani, Haraway, Badiou o Negri. Destacaría también la importancia capital que tiene en lo que hago la música (en especial grupos y artistas extremos o experimentales como Neurosis, Sunn O))), Voivod, Scott Walker, Chrome, Ulver, Godflesh...), las artes plásticas (Francis Bacon, Zdzislaw Beksinski, William Blake, El Greco, Kasimir Malévich, Austin Osman Spare, Umberto Boccioni...), el cine (cualquier cosa dirigida por Lynch, Buñuel, Tsukamoto, Velasco Broca, Marker o Carruth) o los videojuegos (Silent Hill, Metal Gear, Splatterhouse, Condemned, Fez, Bioshock...). SS: Antes de pasar a hablar de algunas de tus obras, me gustaría que compartieras con nosotros tu recorrido creativo en su conjunto. FJP: Como casi todo el mundo, empecé a publicar tras el habitual trabajo de "machaca": mandar el manuscrito a todos aquellos sellos que me gustaban y en los que creía que podía encajar lo que hago, acumular notas de rechazo (si acaso alguno de los editores se dignaba a mandar dicha nota) y excusas y todo lo demás... Hasta que AJEC hizo la apuesta y apareció mi primera antología, Dionisia Pop!. Paralelamente, empecé a dar mis primeros pasos en el mundillo del cómic, colaborando con la editorial Viaje A Bizancio, quienes, buscando ampliar su catálogo, inauguraron su colección de literatura con mi segunda antología, Antifuente. Al poco, de nuevo en AJEC (y justo antes de que la editorial quebrase y desapareciese), apareció mi primera novela, Hierático, que, a causa de los peculiares tiempos y modos del mundillo, prácticamente se solapó con la segunda Cinco Canciones de Cuna, ésta en Aristas Martinez, con los que me comprometí a publicar mi Tríptico Linde, el ciclo de tres novelas autoconclusivas que inauguraba Cinco Canciones... Participé en un montón de iniciativas con Aristas, y fueron ellos los que editaron el grueso de mi obra durante los siguientes tres años: el resto del Tríptico (Orígenes del Lodo y Ciencia Raíz); la novela corta Carnaval según San Judas; y la plaquette Supernaturaleza. Hasta que tuve un desencuentro bastante importante con ellos, basado principalmente en mi percepción de que su gusto por la pose, y las ganas de que su labor (entiéndase la suya propia; no la de sus autores o sus artistas, sino la de ellos en cuanto a su condición fantástica de "editores estrella") se aplaudiese en ciertos círculos que tienen más que ver con la promoción, el darse pisto y las puñaladas por la espalda que con la actividad artística, les había llevado al menosprecio tanto de mi trabajo como de mi forma de manejarlo y de manejarme, que poco o nada tiene que ver con lo que ellos pretendían. Cabe apuntar también, aunque no sea determinante más que en lo obvio, que de ninguna de las obras que he señalado hasta ahora he cobrado un mísero céntimo, a pesar de todos los contratos y parafernalia que hubo de por medio. Tras dejar Aristas Martínez (o que Aristas Martínez me dejase a mí, tanto da), tuve la suerte de que en la editorial Origami, con los que ya había colaborado un par de veces, estuviesen abiertos a cualquier propuesta que quisiese hacerles, y de que les encantase la idea de editar Aceldama, quizá lo más arriesgado que he escrito hasta la fecha. Y parecido me pasó con Esdrújula Ediciones, cuyos editores estaban más que familiarizados con lo que hago, y que fueron ellos, esta vez, los que me solicitaron un manuscrito, para acabar publicando mi último trabajo, Pasaje a las Dehesas de Invierno. A día de hoy, y después de, como podrás intuir de lo que acabo de contarte, dar un montón de tumbos y estar enredado en infinidad de malentendidos y dislates, lo cierto es que no podría estar más contento de tener estas dos puertas abiertas, la de Origami y la de Esdrújula, cosa que me permite centrarme en simplemente escribir, que al fin y al cabo es lo único que quiero y sé hacer. Todo esto, sin embargo, sólo atañe a la publicación de mis libros, de mi obra larga. Suelo participar a menudo, con relatos y artículos, en antologías y revistas, y ahí sí que pocas veces, por no decir ninguna, he tenido problemas de ningún tipo. Más bien al contrario; en la mayoría de revistas y fanzines con los que he colaborado (bien por encargo, bien por iniciativa propia), he acabado cada vez topando y tratando con autores, editores, ilustradores y demás, de lo más inspirados, inspiradores, activos, concienciados, generosos y amables. Siempre, siempre, siempre es un placer. En cuanto al tema de las acciones promocionales... No sabría bien qué decirte... Aunque entiendo lo necesarios que resultan, soy alérgico a la publicidad y al marketing. Es algo visceral y que no me apetece analizar demasiado. No de momento. Claro que procuro informar de mis publicaciones en las redes sociales y en mi blog, procuro hacer presentaciones de los libros y prestarme a entrevistas, pero todo lo que vaya más allá se me escapa. No es que no lo entienda, es que no quiero entenderlo. Como he comentado ya antes, gran parte de lo que hago tiene un fuerte componente ideológico, y en esa ideología propia el rechazo a las estrategias y perversiones de la publicidad ocupa un lugar bastante importante. Quizá suene contradictorio, o ingenuo, pero es lo que hay. “Es un gran momento para el género” SS: En tu anterior respuesta, has esbozado tu trayectoria profesional en cuanto a narrativa se refiere. Me gustaría que profundizáramos en ella. Llegué a Orígenes del lodo de una manera poco ortodoxa, después de haber leído Aceldama y tras haber tenido contacto con algunos relatos tuyos. Confieso que me sorprendí mucho: no tenía ni idea de que se estaba haciendo este tipo de narrativa en español. Notaba ya entonces una inquietud por contar historias de género que no fueran meras imitaciones de lo que se estaba haciendo en otros mercados como el anglosajón. También veo una evolución en tu carrera hacia temas más introspectivos. ¿Cómo describirías la evolución de tu estilo? ¿Podemos hablar de un estilo FJP? FJP: ¿Estilo FJP? No sé si iría tan lejos como para describirlo así. Me gusta el tópico de la "voz literaria", y me gusta pensar que he dado con la mía y que ésta, con el tiempo, se va haciendo más exclusiva y reconocible. Poco más que eso. Y me parece curioso lo que comentas sobre volverme más introspectivo. Lo que hago siempre ha tenido mucho de sacarme cosas de dentro, de exorcizar por sublimación temas e inquietudes. Cinco Canciones de Cuna, por poner el ejemplo para mí más obvio, fue una forma de gestionar mediante el acto artístico el montón de sentimientos contradictorios y revelaciones aterradoras que me asaltaron cuando fui padre por primera vez. O el mismo Orígenes del Lodo, que escribí durante una época de mi vida especialmente difícil y hostil y que me sirvió de contenedor y expositor de la depresión que estaba padeciendo y los traumas que se me habían enquistado. Lo que pasa, a mi modo de ver, es que en los últimos años me he vuelto más "local". Cada vez me interesan más las dinámicas e implicaciones psicogeográficas, la relación del cuerpo y la psique con el territorio, y tiendo a acotar ahí lo que estoy haciendo. Esto me ha llevado, quizá, a aprender a tener la mente más clara, o al menos lo suficientemente clara como para percibir, traducir y codificar la multitud de componentes transarmónicos que se esconde en los detalles y en el tejido conjuntivo entre éstos, más que en los grandes hechos dramáticos o los temas universales. En cuanto a la evolución de mi estilo... Es otro asunto complicado de tratar. Yo me lo explico a mí mismo como que el hecho de escribir está absolutamente incorporado a mi vida, y ya que creo fervientemente en que uno debe estar en evolución personal continua, siempre aprendiendo trucos nuevos y descubriendo y dejándose maravillar por lo que surja, es algo natural que su arte se desarrolle en paridad con esto. Hacer una descripción explícita de esa evolución, por tanto, sería demasiado complejo y extenso (y aburrido, me temo), pero sí podría reseñar aquí la progresión de ciertos elementos más o menos clave, más o menos característicos en mi prosa, como el retorcimiento y el juego con el lenguaje para provocar algo así como un efecto hipnótico y de inyección subliminal en el lector, que era algo que empecé a hacer por pura intuición, por experimentar, en varios de los relatos de Antifuente y en Hierático (que incluso incorporaba el mismo juego a la trama, presentando un "artefacto neurolingüístico extraterrestre" que el protagonista debía buscar, y que en definitiva no era más que una técnica para que la Ficción afectase a la Realidad) y, al poco, después de haber estudiado Programación Neurolingüística, se convirtió en una herramienta de la que soy plenamente consciente y que he ido refinando (o eso espero) libro tras libro. Otro de estos elementos serían la musicalidad creciente y el acercamiento progresivo a formas poéticas, que eran prácticamente inexistentes en mis primeras obras. Como te comentaba en la pregunta sobre las influencias, la música tiene un papel importantísimo en mi vida, tengo tendencia a codificar mi percepción del mundo en términos musicales, y con el tiempo (y gracias a que hoy en día se está haciendo una música maravillosa, de la que quiero empaparme cada vez más) he aprendido a establecer canales entre esta codificación connatural y lo que escribo, permitiendo que aquella se refleje en esto. Y con la música, inevitablemente, llega la poesía. La música no es (sólo) descriptiva sino evocativa, eminentemente sensorial y subjetiva, y el único modo de acercarse mínimamente un texto a los modos musicales es usando los aparatos de la poesía y la forma en que éstos transforman el lenguaje en armas de, valga la repetición, evocación e invocación. Esto, además, tiene mucho que ver con la magia, otro tema que me obsesiona y del que ya hemos hablado. SS: Hablemos de tu obra de ficción, más concretamente a lo más reciente que es Pasajes a las dehesas de invierno. Se puede entender como un artefacto “matrioska”, una obra en la que se superponen muchas otras, como una pintura cubista. ¿Qué es y qué no es Pasajes a las dehesas de invierno? ¿a qué ha dado paso esta novela, o sea, en qué estás trabajando? FJP: Me alegra que compares la obra con una pintura cubista, porque tiene bastante de eso, de voluntad de desligarse de la interpretación, de descomposición del texto en "planos" con sentido en sí mismos pero que interactúan unos con otros y de traducción de la Trama a Experiencia procurando no caer en la abstracción. Yo defino Pasaje a las Dehesas de Invierno como un "romance esquizofrénico". Para mí es, básicamente, una historia de amor esotérica y transhumanista, en un territorio en el que el tiempo se ha disuelto para que presente, pasado y futuro coexistan. Una historia que también funciona como un artefacto de resistencia política, por lo que tiene de invitación a incorporar las mecánicas de la magia, lo esotérico y la filosofía extrema a la vida cotidiana, a recuperar la Alucinación para formular nuestras propias versiones de lo Real, por retorcidas y dolorosas que pueda resultar, como oposición necesaria al totalitarismo embrutecedor en el Discurso General de la Realidad que nos imponen los poderes fácticos, la dictadura económica, la publicidad, la ciencia-mito (que es esa especie de exaltación fanática y oligofrénica de lo científico, de la explicación científica como medida única y superior de todo lo que existe) y el hecho cultural mediocrizado. En un principio quería escribir un relato dedicado única y exclusivamente a mi mujer (incluso consideré que acabase siendo una novela corta que sólo fuese a leer ella), articulado a partir de cierta reflexión sobre cómo nos conocimos ella y yo, nuestro matrimonio, nuestros rituales y el barrio en el que vivimos y que es el ecosistema en el que se ha desarrollado nuestra relación desde los primeros días. En este primer planteamiento, sin embargo, se empezó a colar de forma absolutamente lógica y natural todo lo que por esa fecha estaba investigando sobre teoría de género en paralelo con el transhumanismo crítico y la teoría de la hiperstición. Así, estas investigaciones se sumaron a la cuestión más o menos autobiográfica, que a su vez ya llevaba sumados mis ejercicios de Topografía Profunda (y Sentimental) por el barrio, y todo se coaguló en el primer borrador de "Pasaje..." y en el convencimiento de que ésta era mi siguiente obra larga, más allá de la intención original; aunque aún conserve mucho de ella. Justo después del último borrador y correcciones de Pasaje a las Dehesas de Invierno escribí algunas piezas usando los mismos mimbres de la novela, un poco a modo de pseudo-spin-offs: "Arco de San Severo", que fue publicado en el boletín de Maelstrom; "Espectros e Inductores (óleo sobre tela, 116,6 x 78,7cm.)", que vio la luz en el número 22 de la revista Obituario; y "Ligadura de Prolongación", que apareció en el número 9 de la revista Kokoro. Desde principios del pasado verano me he dedicado a darle forma al concepto de Ocultismo Noumenal, una especie de disciplina filosófico-práctica basada en el Realismo Especulativo, la Ontología Cíborg, el Horror Cósmico, la Magia del Caos y la Topografía Profunda. Y ahora mismo estoy principalmente dedicado a los relatos, a los guiones de Mutilació del pas de ball, la série de cómics de terror que estoy publicando en la revista Deriva, y a tomar notas para la que espero sea mi siguiente novela. SS: Esta pregunta se la realizo a todo el que entrevisto, pues me interesa tomar el pulso a la profesión sobre sí misma. ¿Cómo ves el panorama actual del género en nuestro país? FJP: Personalmente, lo veo mejor que bien. Da la sensación de que al fin se han superado los complejos de inferioridad que venían siendo habituales, y que daban como resultado que la mayoría de lo que se producía aquí fuese una copia más o menos afortunada, a rebufo y superficial, de la forma de hacer género en contextos anglosajones. Ahora parece que ya no se le tiene miedo a la experimentación ni a la formulación de imaginarios propios, marcados por la propia cultura y el propio contexto pero sin renunciar a la influencia extranjera (que, en cierto modo, ni siquiera se entiende como extranjera, porque a estas alturas, globalización y demás mediante, ya está íntimamente ligada al paradigma cultural propio... hecho que, afortunadamente, es capital a la hora de disolver esos "complejos" de los que estaba hablando). Esto, sin embargo, sólo se aprecia en lo que se está haciendo a determinado nivel, ciertamente lejos de lo más "visible" (los premios especializados, las propuestas de las editoriales grandes y etcétera... en la "industrial literaria" más que en la "literatura", por ponerlo en términos de Kathy Acker), donde lamentablemente aún se mantiene el deje rancio, inerme, impersonal y con olor a fotocopia de una fotocopia. Aunque todavía me queda algo de fe (completamente irracional e ingenua) en que la cosa cambie relativamente pronto, la verdad. Que el género tal como lo teníamos entendido siga acelerando y diluyéndose en el hecho cultural dominante y dando lugar a engendros bastardos que tomen los altos hornos del bando mercantilista e interesado y se impongan incluso a los sectores más reaccionarios. Hay por ahí un montón de autores patrios a los que admiro y me parecen interesantísimos y de sobra capaces de darle un vuelco definitivo a todo. Gente como Guillem López y Daniel Pérez Navarro, que quizá sean los narradores más sólidos de la literatura de género actual; Layla Martínez, que casi sin querer esta moldeando una forma de terror literario radicalmente propia y alucinante; Colectivo Juan de Madre, cuyo trabajo es lo más fresco y español, en el mejor sentido del adjetivo, de lo que se publica aquí; Tamara Romero, Rubén Martín Giráldez, Miguel Guerrero, Weldon Penderton, Nieves Delgado... Y los muchísimos que deben estar publicando en revistas y fanzines y que aún no he leído... Es un gran momento para el género, desde luego. Como mínimo, se está viviendo lo que parece una fiesta en las trincheras. n por Cristina Jurado
La ausencia de premiados en algunas categorías en la ceremonia de los Hugo del pasado 22 de Agosto en Spokane (USA), en el marco de la última Convención Mundial –WorldCon-, no sorprendió a los asistentes. El suceso es consecuencia directa del intento de manipulación de los galardones por parte de un grupo organizado, una maniobra que ya se intentó en 2014, pero que empezó a gestarse tiempo atrás. Este artículo intenta arrojar luz sobre la cadena de acontecimientos que ha llevado a que los premios literarios más conocidos en el ámbito de la ciencia ficción y la fantasía aparezcan en las páginas de múltiples medios de comunicación, y que haya desencadenado una marejada de reacciones por parte de la comunidad de aficionados. Los premios Los Hugo, instaurados en 1953 durante la convención anual de la World Science Fiction Society (WSFS), llevan otorgándose sin interrupción desde 1955. El nombre honra a Hugo Gernsback, fundador en 1926 de la primera revista de ciencia ficción y fantasía Amazing Stories. Considerado como uno de los padres del género por impulsar el trabajo de los autores desde las páginas de su revista, su nombre fue asociado de manera informal con los galardones otorgados por la WSFS en clara referencia a los “Oscar” de Hollywood y no fue hasta 1992 que se oficializó. Está considerado como uno de los galardones más prestigiosos del género fantástico, junto con los Nébula, los Stoker, los BSFA y los Locus. Entre los que han recibido este reconocimiento hay escritores de la talla de Ursula K. Le Guin, Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Joe Haldeman, Frederik Pohl, William Gibson, Orson Scott Card, Neil Gaiman, George R. R. Martin, Octavia Butler, Ted Chiang, China Miéville, etc. Aunque no lleva aparejada ninguna dotación económica, el premio comporta una pátina de prestigio por ser concedido por la WSFS, una organización internacional sin ánimo de lucro que agrupa al fandom de todo el mundo pero en la que ejerce una gran influencia la Asociación Norteamericana. En consecuencia, los premios y las actividades de la WSFS han reflejado tradicionalmente y hasta hace poco el estado del género casi exclusivamente en el mercado anglosajón. El sistema de votación permite a cualquier asistente a las convenciones anuales internacionales (las llamadas “WorldCons”) votar en los premios, sin necesidad de pertenecer a ninguna asociación. Además se estipula que cualquiera que adquiera el supporter membership puede nominar y votar durante la convención en curso, así como proponer nominados de cara a los premios del año siguiente. Esta modalidad está pensada para aquellos aficionados que no pueden permitirse el coste que supone desplazarse a las WorldCons (que cada año se celebran en ciudades diferentes) pero que quieren participar en la elección, obteniendo el material nominado por un módico precio que oscila entre los $40 y los $50. Precisamente este tipo de participación en los premios ha servido para que una iniciativa organizada desde las redes sociales haya intentado imponer a los candidatos cuyas obras eran afines a su ideología. Nos referimos a los “Sad Puppies” y los “Rabid Puppies”. Para conocer el germen de estos grupos, tenemos que remontarnos en el tiempo. El antecedente: LonCon2014 El año pasado la comunidad de fans de la literatura de ciencia ficción y fantasía recibió con desigual entusiasmo el palmarés de los premios Hugo. Si bien la mayoría de aficionados se alegró de que los galardones reflejaran la diversidad cultural, étnica y sexual que parece caracterizar al género en los últimos tiempos, un grupo de escritores, editores y lectores con ideas conservadoras puso la nota discordante: los autodenominados “Sad Puppies”, liderados por el escritor norteamericano Larry Correia. Este grupo tiene su origen en una campaña que el propio Correia inició en enero de 2013 para conseguir que su novela, Monster Hunter Legion, saliera nominada en los prestigiosos galardones. El ya célebre nombre canino del grupo proviene de una etiqueta creada por el propio Correia en el segundo post que dedicó en su blog a este asunto, y procede de un anuncio televisivo contra la crueldad animal. La campaña no obtuvo ni el éxito ni la cobertura mediática esperados, por lo que este mismo escritor organizó una segunda a comienzos de 2014. Con el paso de los meses, y gracias al poder conectivo y comunicativo de las redes sociales que amplificaron los post periódicos de Correia, un mayor número de aficionados se fue adhiriendo a las ideas de los “Sad Puppies”, defendiendo el derecho de los trabajos de ciencia ficción y fantasía pulp más clásicos y de ideología más conservadora a ser elegibles en los Hugos. Este colectivo no se siente representado, ni en las candidaturas al premio ni en los ganadores, y sostiene que los criterios con los que actualmente se valora a las obras van más allá de los estrictamente literarios. En palabras del propio escritor: “Con Sad Puppies 1 intenté meter el dedo en el ojo de los literatos sin sentido del humor al conseguir una nominación a los Hugo para Monster Hunter Legion nation (1) […], acción pulp desvergonzada y no ficción tosca con mensaje (2) […] para hacer que los críticos literatos se quemen de manera espontánea (3).” Sin embargo, y a pesar de que lograron colocar algunas obras en varias categorías (entre ellas Warbound, el tercer volumen de la saga The Grimnoir Chronicles de Correia), el resultado final de la votación se tradujo en el respaldo por parte de los fans hacia las obras y los autores que representan las nuevas tendencias en el género. Estas tendencias son, en realidad, el reflejo de los cambios sociales derivados del reconocimiento de los derechos de las minorías históricamente marginadas: apostar por más autoras, más escritores procedentes de minorías étnicas, más obras con trasfondo social, y más personajes representando colectivos con diferentes orientaciones e identidades sexuales:
La radicalización: los “Rabid Puppies” A comienzos de 2015, otro norteamericano, esta vez Brad R. Torgensen, tomó el relevo de Correia y comenzó a organizar a los simpatizantes de los “Sad Puppies” en una tercera campaña. El perfil y la trayectoria de Torgensen eran muy similares a los de su predecesor al frente de los puppies: americanos y escritores, ambos habían sido nominados en años anteriores al John W. Campell, y a ambos se le había escapado. Los argumentos ofrecidos para justificar una tercera cruzada apuntaban a una rebelión contra las prácticas dominantes en el fandom. Torgersen se refería a campañas “veladas” en anteriores ediciones de los Hugos para nominar ciertos trabajos, señalando posts en diversas webs de gran influencia entre los aficionados en los que los blogueros ofrecían quinielas sobre posibles candidaturas. También apuntaba a las críticas negativas que habían recibido los puppies por denunciar públicamente este tipo de prácticas. Los “cachorros” señalaban directamente a sectores concretos dentro de la industria y los aficionados, colectivos progresistas formados por escritores, editores, artistas, blogueros, cineastas y lectores que incorporaban ideas afines al partido demócrata norteamericano y a los grupos de izquierdas. Se trata de los “guerreros de la justicia social” (Social justice warriors o SJWs tal y como les conocen sus detractores, o “Pink SF” como les llama específicamente Vox Day). En definitiva, los puppies defendían y defienden una literatura de ciencia ficción y fantasía que premia la diversión, el escapismo y los modelos de personajes que poblaron las obras de la Edad de Oro del género en los años 40 en USA, en la que Asimov, Heinlein, Clarke, Dick o Sturgeon hicieron brillar la space opera, la ciencia ficción militarista, o la inclusión de ciertos elementos religiosos y/o espirituales. Si nos atenemos a la definición del historiador Adam Roberts, se trata de una literatura “que valora un tipo de obra en particular: la ciencia ficción “dura”, caracterizada por una narrativa lineal, héroes que resuelven problemas o hacen frente a amenazas en el marco de una space opera o de aventura tecnológica.” (4) Los esfuerzos organizativos de Torgersen, aderezados con los post de apoyo de Correia (que se sumó de inmediato a la campaña), consiguieron su objetivo: a comienzos de abril de 2015 se anunció la lista de nominados oficiales, que incluía en todas las categorías varios candidatos propuestos por los “Sad Puppies”. Como ejemplo, solo el estadounidense John C. Wright consiguió tres nominaciones en la categoría de novella y una en novellette. Este autor está adscrito a Castalia House, una editorial finlandesa que dice sobre sí misma “apreciar la edad dorada de la literatura de ciencia ficción y fantasía. Los libros que publicamos honran la tradición y la autenticidad intelectual ejemplificada por escritores tales como J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis, Robert E. Howard, G.K. Chesterton y Hermann Hesse. Proporcionamos con toda conciencia una alternativa para los lectores que se sienten cada vez más alienados por la ciencia ficción y fantasía dogmática y nihilista que se publica actualmente. Buscamos nada menos que llevar a cabo una revolución Campbelliana en la literatura de género.” (5) Resulta llamativo constatar que el editor principal de Castalia es Theodore Beale, más conocido en las redes como Vox Day. Además de editar, Bale/Day escribe ciencia ficción, es bloguero compulsivo, músico (su banda, Psykosonik, incluyó un tema en la banda sonora de la película Mortal Kombat: Annihilation) y diseñador de videojuegos. Impulsor de una iniciativa para conservar los roles tradicionales de los personajes masculinos y femeninos en los videojuegos denominada #Gamergate, Day apoyó desde un principio las campañas de los puppies, adoptando una postura más radical y que, finalmente, bautizó el pasado febrero como los “Rabid Puppies”: los cachorros tristes pasaron a estar rabiosos. A pesar de que las listas de nominados de los “Sad Puppies” y los “Rabid Puppies” no coincidían exactamente, sí se solapaban con descaro: tres candidaturas coincidentes en la categoría de novela; tres en novella; cuatro en novellette; tres en relato corto; cinco –el pleno- en trabajo relacionado, una en historia gráfica; cuatro en presentación dramática larga (largometrajes); dos en presentación dramática corta (series de TV); cuatro en editor para obras cortas; cuatro en editor para obras largas; cuatro en artista profesional; una en revista semi-pro; tres en fanzine; tres en fancast; cuatro en escritor fan; tres para el John W. Campell. El trabajo coordinado de los “tristes” y los “rabiosos” contribuyó a que la lista oficial de nominados a los premios Hugo se pareciera sospechosamente a las que ellos habían propuesto. Las reacciones a favor y en contra no se hicieron esperar, e incluso algunas webs comenzaron a realizar un completo seguimiento de los posts y comentarios vertidos con vehemencia por simpatizantes y detractores de la maniobra. El 14 de abril de 2015, los administradores del premio descalificaron la obra “Yes, Virginia, There is a Santa Claus” de John C. Wright en la categoría de novellette por aparecer publicada en una página web en 2013. Le sustituyó la historia “The Day The World Turned Upside Down” del holandés Thomas Olde Heuvelt, publicada en 2014 por Lightspeed Magazine, y que terminó llevándose el ansiado trofeo. Solo tres días más tarde, los administradores tuvieron que intervenir de nuevo. Dos autores, Marko Kloos y Annie Bellet, incluidos en las listas de los “cachorros”, rechazaron sus nominaciones en las categorías de novela y de relato corto respectivamente para no verse envueltos en la controversia. Como consecuencia de la retirada de Kloos, la novela del escritor chino Liu Cixin The Three-Body Problem subió a la lista de candidatos, alzándose finalmente con el Hugo. La retórica empleada por Day en sus soflamas blogueras es más agresiva que la desplegada por el tándem Torgersen/Correia. En su blog, y como manifiesto de los “Rabid Puppies”, publica: “nosotros, los de la ciencia ficción de Derechas, no cerramos filas ni estamos de acuerdo en todo. Abarcamos una amplia variedad de perspectivas políticas y tenemos diferentes opiniones sobre cómo gestionar la corrupción y la podredumbre ideológica que prolifera dentro de la moderna ciencia ficción y fantasía. Mis recomendaciones de cara a los premios Hugo del año pasado no fueron las mismas que las de Larry Correia en los Sad Puppies 2, y tampoco son idénticas a las recomendaciones de Brad Torgersen en los Sad Puppies 3. Pero son muy parecidas porque valoramos la excelencia dentro de la ciencia ficción y fantasía actuales, y no la excelencia en “equalitarismo” interseccional, inclusión de géneros y razas, pirotecnia literaria o conejería profesional.” (6) Es posible consultar una completa semblanza de Bale/Day en el artículo “Fachas del Espacio” del blog español El Fantascopio, en la que se enumeran con detalle sus opiniones ultraconservadoras sobre los temas sociales más candentes. Ciertas voces, como la autora Mary Robinette Kowal, dentro de los SJWs llegaron incluso a sufragar supporter memberships para aumentar la base votante, en un intento por contrarrestar la maniobra de los “cachorros”, aunque esa iniciativa también les valió críticas por parte de partidarios y opositores. Vox Day versus John Scalzi Uno de los conflictos más sonados, y que ejemplifica las dos corrientes enfrentadas en el ya conocido como “Hugo affair” o el “puppygate”, es el desencuentro público entre Vox Day y John Scalzi. El californiano Scalzi es otro autor de género que en 2005 recibió el John W. Campbell, un Hugo en 2009 por su trabajo relacionado (Your Hate Mail Will Be Graded: A Decade of Whatever 1998 – 2008), y un Hugo a la mejor novela en 2013 por Redshirts, además de otros reconocimientos. Es una de las cabezas visibles de los SJWs, la corriente mayoritaria en el género que defiende los derechos de las minorías históricamente oprimidas y que aboga por una literatura que refleje los avances sociales. Esta ideología choca frontalmente con las ideas defendidas por Vox Day y sus “cachorros” afines. En sus círculos de adscritos se considera que la industria está dominada por los SJWs, respaldados por importantes editoriales como Tor.com ( y sus editores, la pareja formada por Teresa y Patrick Nielsen Hayden) publicaciones como Lightspeed, o escritores como G.R.R. Martin, y denuncian que han dejado de lado el sentido de la maravilla de la ciencia ficción clásica para apoyar a los artistas que comparten su forma de pensar. Se les “acusa” de patrocinar escritoras, autores de países de culturas distintas a la anglosajona (pero que escriban en inglés, eso sí) o historias en las que se subviertan los géneros sexuales normativos. Vox Day se postuló para conquistar el cargo de presidente de la influyente Asociación Americana de Ciencia Ficción y Fantasía (SFWA) en 2013, cuando ocupaba el cargo Scalzi. Aunque llevaban años lanzándose ataques a través de la blogosfera, el tono de sus discrepancias se recrudeció como consecuencia del apoyo de Day a los “Sad Puppies” y sus continuos comentarios machistas y racistas. Estos últimos le valieron su expulsión de la SFWA en Agosto de 2013, a lo que se añadió su derrota ante Steven Gould. Ambos sucesos supusieron una radicalización del discurso de Day, que culminaría con la creación de los “Rabid Puppies”. Con la intención de arrojar luz sobre las diferencias entre Vox y Scalzi, hace unas semanas me puse en contacto con ambos autores para conocer su opinión de primera mano. A continuación, transcribo sus contestaciones: Cristina Jurado: ¿Dónde y por qué comenzaron sus diferencias con la SFWA? Vox Day: “Mis diferencias con la SFWA comenzaron en Marzo de 2005, cuando los miembros de SFWA Teresa Nielsen Hayden, Patrick Nielsen Hayden (7) y John Scalzi, entre otros, me atacaron públicamente por una columna de opinión en un medio nacional que había escrito en la que un solo párrafo hablaba sobre la relativa escasez de mujeres que escriben ciencia ficción. Como respuesta, me llamaron gilipollas, me tildaron de anti-semita, de ser un desequilibrado mental y muchas otras cosas, y me advirtieron que estaba arriesgando mi carrera en la ciencia ficción si continuaba escribiendo columnas en los periódicos que ellos no aprobaban. En 2013, después de que John Scalzi fuera presidente de la SFWA durante tres años, él y Patrick Nielsen Hayden amenazaron con abandonar la organización y dejar de hacer frente a sus obligaciones si la junta no votaba a favor de mi expulsión, cosa que la junta hizo. Sin embargo, la supuesta expulsión solo era un pretexto para apaciguarlos, ya que los miembros nunca votaron para expulsarme, tal y como requerían las normas de la organización así como las leyes estatales.” (8) Cristina Jurado: ¿Qué relación tiene con #Gamergate, si es que existe alguna? ¿Qué quiere conseguir con los “Rabid Puppies”? Vox Day: “Soy un profesional del diseño de juegos y miembro original de #GamerGate. Espero que los “Rabid Puppies” sirvan para contraatacar y, eventualmente, eliminar la influencia de la ideología de los SJW en la ciencia ficción.” (9) Cristina Jurado: ¿Se siente objeto de una campaña de desprestigio? Vox Day: “Creo que se puede establecer de manera objetiva que he sido objeto de una amplia campaña internacional dirigida a desacreditarme, teniendo en cuenta que periódicos desde Nueva Zelanda al Reino Unido han publicado artículos sobre mí sin ni siquiera preocuparse por hablar conmigo o sin citar mis declaraciones públicas concernientes a los distintos temas tratados. No obstante, me alegra decir que esta campaña no solo ha fracasado sino que ha producido el efecto opuesto.” (10) A John Scalzi le pregunté igualmente cuándo empezaron sus diferencias con Vox Day, si hubo un suceso que desencadenara el desencuentro o si se produjo a lo largo de mucho tiempo. También le pregunté si se sentía objeto de una campaña de desprestigio por parte del entorno de Vox Day y si sabía cuál era el objetivo último de los “Sad” y “Rabid Puppies”. John Scalzi simplemente me respondió: “Cristina, ¿sabes algo? Ayer falleció un amigo mío y hoy todo este asunto no me importa una mierda, y ese tipo no me interesa. Puedes utilizar esta cita si quieres. Con mis mejores deseos, John Scalzi.“ (11) Como el propio Scalzi apunta en su blog, los “cachorros” no se saltaron ninguna de las normas de la WorldCon para nominar en bloque a sus candidatos. Por lo tanto, estaba totalmente fuera de lugar impugnar el proceso de nominación. Sin embargo, una mayoría dentro de la comunidad de aficionados sintió que se había violado una de las reglas implícitas de los Hugo: las votaciones en bloque. A nadie extrañó, por tanto, la reacción de los votantes a los premios, que apostaron por el “No Award” (premio desierto) en las categorías copadas por los elegidos por los “Puppies”. La ceremonia de 2015 se saldó finalmente con varias categorías desiertas: mejor novella, mejor relato, mejor trabajo relacionado, mejor editor en forma corta, y mejor editor en forma larga (el mismo número que el total de veces que el premio ha quedado desierto en todos sus años de existencia). Los “Sad” y “Rabid puppies” no son los únicos que denuncian ciertas prácticas por las cuales se han favorecido a autores y a obras socialmente sensibles, pero sus críticas han ido adquiriendo progresivamente los tintes ideológicos de sus defensores más enérgicos. Hay que recordar que en USA ya se ha iniciado la campaña bipartidista de los candidatos a la presidencia de la nación. Conclusión Hay quienes sostienen que los premios Hugo están tocados y hundidos, mientras otros piensan que las aguas volverán a su cauce una vez que la WSFS apruebe medidas destinadas a prevenir las votaciones en bloque, lo que puede dilatarse unos años. El “Puppygate” ha servido para constatar que existen al menos dos formas de entender la literatura de ciencia ficción y fantasía y, por lo tanto, dos fandoms, uno de los cuáles no se siente representado por los premios más influyentes del género. Ambos colectivos claman victoria. Los “cachorros” dicen haber dinamitado los Hugo, obligando a los votantes a reaccionar ante una lista de candidatos que ofrecía opciones limitadas, y ya hay planes para organizar una cuarta campaña de cara a la WorldCon de 2016, que tendrá lugar en Kansas (USA). Por su parte, los SJWs defienden que es preferible dejar el premio desierto en algunas categorías antes que dejarlo en manos de los candidatos de los “puppies” y siguen manteniendo que la variedad de las candidaturas es la mejor forma de responder a sus “enemigos”. En cualquier caso, la brecha está abierta, reflejando quizás una grieta aún más profunda en la cultura y la sociedad. Habrá que esperar algunos meses, hasta conocer la lista de candidatos del año próximo, para valorar hasta qué punto los premios Hugo están enfermos y si es posible que se rehabiliten o si, por el contrario, no hay solución tal y como están planteados. Notas (1) “Sad Puppies 1 was my attempt to poke the humorless literati in the eye by getting MHN a Hugo nomination” http://www.webcitation.org/6aRd3TqAI (2) “Unabashed pulp action that isn’t heavy handed message fic” http://www.webcitation.org/6aRd3TqAI (3) ”Make literati critics spontaneously combust" http://www.webcitation.org/6aRd3TqAI (4) "the phrase Golden Age valorises a particular sort of writing: 'Hard SF', linear narratives, heroes solving problems or countering threats in a space-opera or technological-adventure idiom.” The History of Science Fiction, p. 195. Palgrave Macmillan, 2006. (5) “Castalia House is a Finland-based publisher that has a great appreciation for the golden age of science fiction and fantasy literature. The books that we publish honor the traditions and intellectual authenticity exemplified by writers such as J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis, Robert E. Howard, G.K. Chesterton, and Hermann Hesse. We are consciously providing an alternative to readers who increasingly feel alienated from the nihilistic, dogmatic science fiction and fantasy being published today. We seek nothing less than a Campbellian revolution in genre literature.” (6) “We of the science fiction Right do not march in lockstep or agree on everything. We span a fairly wide variety of political perspectives and we have very different opinions concerning the optimal way to deal with the corruption and ideological rot that is rife within the world of modern science fiction and fantasy. My recommendations for the Hugo Awards last year were not precisely the same as Larry Correia's in Sad Puppies 2, nor are they identical to Brad Torgersen's recommendations in Sad Puppies 3. But they are similar because we value excellence in actual science fiction and fantasy, rather than excellence in intersectional equalitarianism, racial and gender inclusion, literary pyrotechnics, or professional rabbitology.” (7) Editores de Tor.com (8) “My differences with SFWA began in March 2005, when SFWA members Teresa Nielsen Hayden, Patrick Nielsen Hayden, and John Scalzi, among others, publicly attacked me for a nationally syndicated op/ed column I had written in which I wrote a single paragraph addressing the relative dearth of women writing science fiction. In response, they called me a jackass, an anti-Semite, a mentally-unbalanced individual, and numerous other things, and warned me that I was risking my career in science fiction if I was going to continue to write newspaper columns of which they did not approve. In 2013, after John Scalzi had been president of SFWA for three years, he and Patrick Nielsen Hayden stopped paying their dues and threatened to quit the organization if the board did not vote to expel me, which they subsequently did. However, the so-called expulsion was a pretense to mollify the two men, as the membership never voted to expel me, as was required by the organization's rules as well as state law.” (Entrevista a Vox Day, 4 de mayo de 2015) (9) “I am a professional game designer and an original member of #GamerGate. I hope Rabid Puppies will serve to counteract and eventually eliminate the influence of ideological Social Justice Warriors from science fiction.” (Entrevista a Vox Day, 4 de mayo de 2015) (10) “I think it is an objective matter of fact to state that I have been the subject of a large, international campaign intended to discredit me, considering that newspapers from New Zealand to the United Kingdom have run stories about me without ever bothering to speak to me or even directly quote my public statements concerning the various issues they have raised. However, I'm pleased to be able to say that this campaign has not only failed, it has completely backfired.” (Entrevista a Vox Day, 4 de mayo de 2015) (11) “Cristina: You know what, I had a friend die yesterday, and today I couldn't give a shit about any of this, or give a shit about that dude. You can use that as a quote if you like. All best, JS” (Entrevista a John Scalzi, 7 de junio de 2015) por Xavi
Como comenté en la primera edición de la revista, la intención principal de esta sección es presentar algunos relatos escritos en castellano a gente que, como yo, generalmente no había prestado atención a la narrativa breve. Simultáneamente es una buena forma para conocer autores muy interesantes que me habían pasado desapercibidos. Para ayudarme a hacer una primera selección he decidido revisar algunos de los premios más importantes de la narrativa breve de género. En el primer número el protagonista fue el Ignotus de relato. En esta edición le toca al premio más veterano de la ciencia ficción española, el Alberto Magno. Este jugoso premio, organizado por la Facultad de ciencia y tecnología de la Universidad del País Vasco, lleva entregándose de manera continuada desde 1989, aunque ha sufrido diversas modificaciones en sus bases. Lo que siempre se ha mantenido, y a mi parecer es lo que le da su principal atractivo, es la longitud de las obras presentadas, entre 15000 y 25000 palabras, en el límite entre un relato largo y una breve novela corta. Este formato permite a los escritores ofrecer lo mejor de la narrativa breve y también ampliar la presencia de los diálogos y profundizar mucho más en las tramas y en la ambientación. No sabéis cuánto he disfrutado leyendo para poder escribir este artículo. La calidad de los ganadores y finalistas de este premio es muy alta y hay tantos relatos merecedores de comentario que la selección ha sido muy difícil. Una de las ideas básicas de esta sección es que los relatos que se comentan sean accesibles al lector a través de la red, aunque en este caso, al final, haré excepciones y mencionaré a algunos muy recomendables que se pueden encontrar en formato digital y que ya he comentado con anterioridad en mi blog (para no repetirme, básicamente). El servicio de publicaciones de la Universidad del País Vasco publica regularmente volúmenes conmemorativos que recogen los finalistas y ganadores de diversos años, pero muchos de estos volúmenes están ya descatalogados y son de difícil obtención. Si tenéis la oportunidad de haceros con alguno no lo dudéis. Soy de los que prefiere empezar a leer el diario por la contraportada, así que empecemos por el final. Una de las historias ganadoras de 2014 ha sido Horror Vacui, del prometedor escritor Javier Castañeda de la Torre. Utilizando diversas técnicas como entrevistas, informes médicos, cartas…nos describe una sociedad futura influenciada por una nanotecnología que permite, alterando la química celular, controlar y monitorizar el comportamiento de las personas. El protagonista es un policía que, gracias a esta tecnología, intenta prevenir y evitar la comisión de crímenes violentos, pero de una manera mucho más sutil que la que elige Philip K Dick en The Minority Report. El relato toca temas tan interesantes como la posibilidad real del libre albedrío y otras consecuencias morales del uso de esta tecnología, un poco coartadora de la libertad. En la página web del autor también podréis descargaros su relato finalista en la edición de 2013, La paradoja de Teseo, un relato un poco más clásico en formato y temática, aunque con algunos giros interesantes en la trama, que trata sobre la existencia, la individualidad, y las nuevas oportunidades que puede presentar el viaje en el tiempo. El viaje en el tiempo, precisamente, es un pilar importante en las temáticas utilizadas por los autores de ciencia ficción, y no podía faltar una representación en esta selección. Francisco Jesús Carrera Troyano le da una vuelta de tuerca y nos ofrece el divertido relato El novato temporal, segundo clasificado en 1989, en el que un experimentado policía del tiempo encargado de controlar viajes no autorizados a la España del Siglo de Oro debe encargarse de solucionar un caso con la ayuda de un compañero con muy poca experiencia. Muy interesante la ambientación y el world-building, que daría para situar muchas más historias. También sobre los viajes en el tiempo trata Tiempo reciclado, de Juan Ruiz Gallego, segundo clasificado en 1994. Un programa televisivo organiza viajes en el tiempo para grabar y emitir episodios relevantes (y morbosos, a poder ser) de la historia de la humanidad, pero sin influir en los acontecimientos. Un detective privado es alquilado por el jefe de la cadena de televisión para que se desplace al Londres Victoriano. Una interesante mezcla de historia de detectives y ciencia ficción, aunque de resolución algo previsible. No podían faltar aquellos relatos que tuviesen en cuenta el contacto con especies alienígenas no precisamente amistosas. Encontramos varios, los que optan por un enfoque divertido, como Me pareció ver un lindo gatito , ganador en 1997 y que forma parte del Universo Corporativo, escenario muy interesante en el que sitúan sus obras los escritores Guillem Sánchez y Eduardo Gallego, que van a ser protagonistas habituales de esta sección. Con un marcado sentido del humor el relato nos explica el asalto que sufre una nave civil por parte de una especie alienígena desconocida. El único superviviente es un gato, y el ordenador central, muy mermado después del ataque, intentará hacer todo lo posible para que los atacantes no consigan información relevante sobre los mundos humanos. Con un estilo mucho más agobiante y pesimista y narrado en una primera persona, quizá en exceso cargada de adjetivos y repeticiones, está el relato ¿Podemos celebrar ya la victoria? de Víctor Guisado Muñoz, finalista del 2013. La historia central es el viaje que una patrulla de soldados debe hacer a través del paisaje desolado de un planeta en guerra hasta el punto de encuentro donde serán rescatados, mientras son perseguidos por unos alienígenas poderosos e implacables (y muy originales, por cierto). En algunos momentos me ha recordado algunas de las más aterradoras escenas de la saga Alien. La colonización del sistema solar también está presente con El bosque de Hielo, ganador en 1995, escrito por el gran escritor Juan Miguel Aguilera. En este gran relato relaciona la colonización de la Nube de Oort con el descubrimiento de una especie alienígena, y, casi sin darnos cuenta, la historia acaba generando una reflexión muy interesante sobre el tiempo y su relatividad. No es extraño que sea uno de los relatos más importantes de la ciencia ficción española. De la misma manera podríamos calificar al relato El Hombre dormido, de César Mallorquí, segundo clasificado en 1993. Con la excusa del estudio de los sueños de personas especiales que, cuando duermen, presentan ondas nuevas en sus electroencefalogramas, el autor nos presenta un relato muy poético y un mundo onírico que nada tiene que envidiar al creado por el Neil Gaiman. (Podréis encontrar este relato junto con el excelente La pared de Hielo, ganador del 1992, en la imprescindible antología El Círculo de Jericó). También relacionado con los sueños, pero desde una perspectiva muy diferente, encontramos El sueño de la razón, de Armando Boix, segundo calificado en 1996. La protagonista es una enfermera que trabaja en un centro en el que los pacientes han elegido pasarse lo que les queda de vida durmiendo, soñando sueños de su elección. Un muy buen relato, con un fantástico y sorprendente final. Sokrates, escrito por Óscar Fariña fue el relato ganador en 1996 es el representante de la temática relacionada con las IA. El relato es una mezcla interesante de historia, alquimia y ciencia que narra la construcción de un androide siguiendo unas instrucciones un poco místicas, para conseguir albergar a una inteligencia artificial que lleva mucho acompañando a la humanidad, aunque nada es lo que parece. Si hablamos del premio Alberto Magno hay tres nombres que, por presencia en el palmarés, deben destacar sobre los demás. Por un lado tenemos a José Manuel González Rodríguez con siete relatos premiados. Todos estos relatos están recopilados en el libro Recuerdos de la vieja tierra, que, desgraciadamente, no está disponible en formato digital. No he leído ninguno (prometo solucionarlo) y no puedo recomendarlos, pero creo que merece la mención en el artículo. El pódium lo comparten dos escritores por los cuales siento gran admiración. Por un lado tenemos a José Antonio Cotrina, que con el relato Lilith, el juicio de la Gorgona y la sonrisa de Salgari ganó en 1998. El relato, una mezcla muy interesante de ciencia ficción y fantasía urbana nos introduce a un nuevo universo caracterizado por la existencia de ciertas bases espaciales indetectables que están orbitando a diversos cuerpos del sistema solar, y en las que la tecnología avanzada y la magia van de la mano. Un escenario muy interesante utilizado en otros relatos conocidos del autor, como Entre líneas, y al que espero que regrese en breve. En los últimos tiempos Cotrina está publicando algunos de sus relatos ganadores del certamen en formato digital y a un precio muy asequible. Os recomiendo Mala racha (ganador en 2000), Luna de locos (ganador en 2007) y Amanecer (premio UPV 2002). Y ya para terminar, el segundo autor que más menciones ha recibido en este premio es Santiago García Albás. Con el relato El robot brindó con ellos nos presenta un concurso organizado por una empresa fabricante de androides, en el que los concursantes, que deben convivir en una mansión victoriana, deben reconocer cuál de ellos es un robot. De repente uno de los participantes aparece asesinado y a partir de ese momento se inicia una investigación con tintes de novela de Agatha Christie para encontrar al asesino. Un relato divertido y un poco surrealista, alejado del estilo que presenta el autor, un poco más oscuro y pesimista. El año pasado García Albás publicó cuatro de sus relatos premiados en este certamen y con un fondo común del uso de la realidad virtual y la modificación de las percepciones bajo el título de Cybersiones (que también podéis adquirir en formato físico). Los relatos son La parte del ángel (ganador en 2008), El rey Lansquenete (ganador en 2013), El mundo de SIC (segundo premio en 1997) y Delirios de grandeza (segundo premio en 2007). No puedo hacer más que recomendar estos cuatro relatos, que fueron los que durante el verano pasado provocaron mi interés por el premio Alberto Magno y, en mi cruzada por ponerme al día en la ciencia ficción española, me han hecho descubrir autores e historias fascinantes. Nada más, espero que disfrutéis de la lectura de estos estupendos relatos, y os emplazo a la próxima edición, en la que revisaremos los relatos ganadores de otro premio de la ciencia ficción española. ¡Salud, y buenas lecturas! |