No Ficción
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«Me gustaría que sea el lector quien elija a qué género pertenece Las puertas del cielo» Cristina Jurado En medio de Argentina se encuentra Córdoba, la ciudad que vio nacer a la escritora Ana Llurba en 1980 y que acoge la universidad más antigua del país. Esta misma universidad es precisamente en la que se licenció en Letras Modernas, iniciándose así una vinculación medular con la literatura que ha permeado su vida. Ana lleva diez años en España, formándose y trabajando, nunca demasiado lejos del mundo editorial. Después de cursar un master en Teoría Literaria y Literatura Comparada y otro en Edición, hoy en día colabora habitualmente con el mundo editorial y con distintos medios de comunicación como El País, Letras libres, Ahora Semanal, Barcelonés, El Mundo, además de coordinar cursos de lectura y escritura. En 2016 Siltolá Poesía publica el primer poemario de Llurba, Este es el momento exacto en que el tiempo empieza a correr, Premio de Poesía Joven Antonio Colinas, que reflexiona sobre el recorrido por la juventud, concepto idolatrado cuanto más se aleja de la experiencia vital del sujeto. Sus ensayos han formado parte de Cultura de la Violación (Antipersona, 2017), y La Tribu vol. 1. (La señora Dalloway, 2016) y sus relatos han aparecido en la revista Presencia Humana#6 (Aristas Martínez, 2017) y en la antología Uno más ocho (Reservoir Books, 2016). Su primera novela, titulada La puerta del cielo, se publicó hace unos meses bajo el sello extremeño Aristas Martínez. La historia cuenta varios días de encierro de un grupo de mujeres de distintas edades a manos del auto-proclamado «profeta» de un culto apocalíptico y con tintes cienciaficcioneros. El conocimiento de la realidad por parte del personaje más joven, Estrella, está influido y, hasta cierto punto, deformado por los abusos a los que es sometida. El despertar de su sexualidad en estas condiciones de soledad y maltrato tiene consecuencias que solo se deja vislumbrar al lector desde lejos. La autora ha aceptado contestar a una serie de preguntas sobre esta novela, en particular, y su trabajo, en general. Cristina Jurado: Enhorabuena por La puerta del cielo, Ana. Según he podido saber se trata de tu primera novela. Personalmente, tengo predilección por las obras difícilmente clasificables, las que se mueven en las arenas movedizas del new weird, los nuevos extraños. Me parece que es un poco contradictorio que este género, subgénero para algunos, se englobe dentro del fantástico cuando ofrece muchas veces elementos descarnadamente realistas. ¿Piensas que es por el componente especulativo que está presente? ¿Qué opinas de este género? Ana Llurba: A mí también me atrae la ficción inclasificable, que desestabiliza las fronteras entre los géneros o más específicamente entre el realismo y la ficción especulativa. Quizás porque tengo pocas lecturas de new weird (solo Aniquilación de Jeff VanderMeer) me sorprende un poco que se etiquete mi novela como “weird” ¿Me podrías explicar con más detalle qué elementos sugieren eso? CJ: Con la etiqueta New Weird se clasifican muchas veces las obras inclasificables. Aristas Martínez es un sello que apuesta precisamente por este tipo de textos, aunque no estoy segura de que estén de acuerdo en calificar su catálogo como new weird porque me parece que, lo que precisamente hace, es huir de las etiquetas. En el caso de new weird, y según una definición acuñada por Ann y Jeff VanderMeer, se trata de un género que mezcla elementos de la fantasía, la ciencia ficción en modelos del mundo realistas y complejos. Hay quien lo relaciona con el «slipstream», que es un subgénero de ficción no realista donde se mezclan elementos de fantasía, terror y ciencia ficción para construir narrativas que hagan sentir extrañeza. En el caso de La puerta del cielo, es difícil distinguir el elemento fantástico, que no el especulativo y yo creo que la sensación de inquietar al lector está presente. ¿Qué opinas? ALl: Precisamente por ahí quería ir: mi intención fue que no estuviera claro qué pasa fuera de la Nave; si el fin del mundo ocurrió o no, creo que tiene un gran componente realista con un imaginario de ciencia ficción hasta que uno llega al final ... y bueno me gustaría que sea el lector quien elija a qué género (o no ) pertenece la novela. CJ: Mientras leía la novela recordaba el caso del músico Sergio Andrade y su grupo de jóvenes cantantes, lideradas por Claudia Trevi en México, con las cuales tuvo hijos y a las que presuntamente sometía a todo tipo de humillaciones y vejaciones. Cambiemos a Andrade por cualquier otro iluminado… ¿Es La puerta del cielo una obra sobre el poder depredador de las sectas? ¿Y sobre el machismo que hombres y mujeres colaboracionistas ejercen sobre otras mujeres? (Se podría entender ciertos abusos como ritos de iniciación). ALl: No conozco el caso de Andrade, pero sí otros casos similares. Creo que sí trata sobre el poder depredador de las sectas pero sería una lectura muy limitada y literal porque si lo piensas bien, el cristianismo en sus orígenes fue una secta que se separó del judaísmo… No hubo una intención consciente de escribir sobre este tema sino como excusa para explorar las lecturas literales, los malentendidos cotidianos y las consecuencias en la vida de una protagonista (Estrella) que ha crecido en un entorno muy limitado y alienante. Y una secta cristiano ufológica fue el “escenario” que elegí para eso. Como escritora no puedo saber exactamente sobre qué escribo pero intuyo que la intención era hablar de la relación que Estrella (y los lectores que empaticen con ella) tiene con esa cosa llamada “realidad” ¿ Nos creemos todo lo que nos dicen? CJ: Esta obra presenta un elenco de personajes femeninos muy interesantes, desde Estrella, la protagonista, hasta Catalina, su mejor “amiga”, o Valentina. La Nave, el lugar donde permanecen encerradas, conforma un universo de mujeres en el que no se puede hablar de sororidad en un sentido estricto, creo yo, sino de prácticas de supervivencia con las que se consigue afrontar el encierro, el aislamiento y los abusos. ¿Qué tipo de obras y experiencias te han llevado a querer abordar este tema desde la perspectiva de las víctimas? Lo pregunto porque no se trata de un relato autobiográfico de la protagonista. ALl: Catalina no es la mejor “amiga” (risas) pero no voy a decir qué es porque sería spoiler. Creo que la dialéctica entre víctimas y victimarios se desbalancea un poco, a medida que conocemos mejor a la protagonista. Estuve mucho tiempo siguiendo el caso de tres chicas secuestradas en EEUU, en Ohio, Illinois. Un horror. El caso se desveló en 2013 pero son cosas que se te quedan grabadas en algún lado y después vuelven, a modo de ficción. Cuando di con la protagonista y el contexto, empecé a leer sobre sectas y también leí y vi la película The Room, que es algo resultona. También volví a ver Canino (Dogtooth) de uno de mis directores favoritos Yorgos Lantimos, que es una metáfora negrísima sobre como una familia puede funcionar como una unidad totalitaria que afecta el lenguaje y la manera de representar el mundo. CJ: El libro está dedicado a Rafael Pinedo in memoriam. ¿Qué supone para ti la obra de este autor? ALl: Pinedo escribió solo tres novelas breves y se murió. Me planteé esta novela como la cuarta novela que él podría haber escrito aunque me han marcado que a pesar del estilo, la estructura es más compleja y más sutil. No creo en la literatura con una mirada romántica, como algo creado por un genio, sino como una especie de magma de voces, una tradición, en la que una participa como una especie de médium (risas). CJ: Suelo preguntar a quienes entrevisto cómo afrontan el proceso creativo, desde la concepción de la idea hasta el envío del manuscrito a la imprenta (si utilizas esquemas, guiones, fichas de personajes, si escribes de manera lineal o no- lineal, si tienes ritos para trabajar). ¿Podrías compartir tu proceso? ALl: Este es el tercer proyecto de novela que empecé y el primero que acabé. Soy bastante control freak y uso muchas escaletas al comienzo, como que necesito saber hacia donde va la historia, no el final, pero sí una especie de estructura mental. Cuando estoy en el mood, me vuelvo una esponja, presto más atención a mi entorno, no solo a lo que leo para documentarme, sino a lo que dice la gente, lo que veo en la tele, etc. Y tengo mucha necesidad de estar sola. No es mucho tiempo, es al comienzo, cuando siento que “tengo algo” y no quiero que se me escape. Además, para escribir no hay fórmulas mágicas: hay que leer mucho y escribir mucho, ser constante. Lo único parecido a un ritual es la costumbre de escribir por la mañana. CJ: Escribir es, en definitiva, decidir en el lugar de los personajes (por eso hay quien los idéntica con los hijos biológicos). ¿Cuáles son las decisiones más sencillas y las más difíciles que has tenido que tomar a la hora de elaborar La puerta del cielo? ALl: Mmmh. Buena pregunta. La más sencilla fue pulir las diferentes versiones, que eran más hardcore y directas. Pero no las pulí en función de no afectar demasiado a la sensibilidad de los lectores sino en función de las necesidades de la trama y la verosimilitud general de la historia. La más difícil fue decidir si me animaba a lanzarme con esta novela como mi primera novela. CJ: Estamos asistiendo a un mayor reconocimiento de las narradoras latinoamericanas, y sobre todo de las argentinas como Schweblin o Enríquez, por parte de la crítica y la audiencia internacional (no quiero hablar del “surgimiento” porque siempre han estado ahí, como Liliana Bodoc, etc, solo que creo que por fin reciben la visibilidad y la voz que les fue limitada en el pasado). ¿A qué crees que se debe esto? ALl: A que son una escritoras brillantes, y con una gran sensibilidad para trabajar con los miedos y las angustias sociales, que no son solo latinoamericanos. Bodoc me gusta, también. Su mitología es maravillosa aunque es más fácilmente encasillable en un género, en cambio lo de estas autoras no tanto, tambalea entre las fronteras del realismo y el fantástico, al igual que Liliana Colanzi (Nuestro mundo muerto) o Giovanna Rivero (Para comerte mejor). CJ: Se me ha quedado en el tintero preguntarte por tus siguientes proyectos literarios. ¿Podrías hablar de ellos? ALl: Tengo casi listo un libro de cuentos en esta tradición ambivalente que a mí me gusta llamar fantástico rioplatense, un poemario que anda por varias editoriales y un primer boceto de novela que empecé el invierno pasado. Mucho trabajo por delante este invierno!
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