No Ficción
Artículos, Opinión, Entrevistas, Reseñas, Noticias
Alexander Páez Jesús Cañadas (Cádiz, 1980) se formó en ingeniería técnica en la Universidad de Cádiz, se licenció en documentación por la Universidad de Granada, y obtuvo el máster en gestión cultura por la Universidad de Deusto, la Universidad de Gotinga, y la Universidad de Osaka. Publicó su primer relato en 2003, cuando residía en Italia, en la revista Asimov Magazine, y desde entonces ha publicado textos breves en Aurora Bitzine, Miasma, así como en las antologías Calabazas en el Trastero, Ácronos, Fantasmagoria, Charco Negro y Presencia Humana. Publicó su primera novela en 2011, El baile de los secretos, en la editorial Grupo AJEC, y quedó finalista a Mejor Novela en los Premios Scifiworld. En 2013 publicó Los nombres muertos en Fantascy (Penguin Random House). Su tercera novela Pronto será de noche, se publicó en 2015 en la colección Insomnia de la editorial Valdemar. Entre 2015 y 2016 estuvo en el equipo de guionistas de la productora Globomedia, donde co-escribió la segunda temporada de Vis a Vis, para Antena 3. Su próxima novela, Las tres muertes de Fermín Salvochea se publica el 05 de octubre en Roca Editorial, y promete un paseo por Cádiz de la mano de cuatro entrañables protagonistas. Alexander Páez: Hola, Jesús. Vamos a romper el hielo. ¿Qué pregunta te hacen siempre en las entrevistas, que odias que te hagan? Jesús Cañadas: Precisamente la que me haces tú al final: ¿cómo ves el panorama actual del género fantástico en España? AP: ¿Y la que nunca te hacen que te gustaría que te hicieran? JC: Me gustaría que me hicieran esta: ¿qué estás haciendo para mejorar el panorama actual del género fantástico en España? AP: Tu nueva novela, Las tres muertes de Fermín Salvochea vuelve sobre una idea con la que ya jugaste en tu segunda obra, Los nombres muertos, el biopic ficcionado mezclado con género fantástico (terror y fantasía). ¿Qué se va a encontrar el lector neófito de tu obra en esta novela? JC: En realidad no creo que Las tres muertes de Fermín Salvochea vuelva al terreno de Los nombres muertos. De hecho, el motor que mueve la trama de Salvochea es el diametralmente opuesto, aunque no te voy a decir cuál es. Lo que el lector se va a encontrar es una mezcla de costumbrismo y género, en la línea de otras ficciones como la serie El Ministerio del Tiempo, la novela Salem’s Lot o la reciente película Verónica. Un grupo de chavales de barrio en el Cádiz de principios del Siglo XX que se enfrentan a una amenaza terrorífica; aunque quizá no la que piensan en un primer momento. De todos modos, y parafraseando una cosa que me dijo hace poco Elia Barceló (la autora de El Color del Silencio entre otras mil novelas excelentes), lo que se van a encontrar es una novela de Jesús Cañadas, con lo bueno y con lo malo. A ver si les mola. AP: Es más, hemos pasado de una novela apocalíptica oscurísima y con una prosa seca, dura y directa, a una novela de aventuras en tu ciudad natal. ¿A qué se debe el cambio? JC: No hay una razón concreta, más allá de no querer repetirme. Escribir una historia que se moviese en las mismas coordenadas que Pronto será de noche o Los nombres muertos habría sido muy aburrido. Y aunque suene muy loser, yo escribo sobre todo para pasármelo de puta madre. AP: ¿Por qué Cádiz y no, Berlín, Amsterdam, Nueva York o Buenos Aires? ¿Qué tiene la ciudad gaditana que tanto te apasiona? JC: Junot Díaz decía algo así como: “hay cabrones que pueden mantener una conversación entera en élfico pero se llevan las manos a la cabeza si metes tres palabras en español”. Cádiz no tiene nada que envidiarle a Góndor, a Desembarco del Rey o a Nueva York, al menos desde mi punto de vista, que desde luego no es objetivo. Me apetecía una novela que visitase la ciudad donde nací. Quería saber si sería capaz que pasar un sitio tan luminoso como Cádiz por el tamiz de mis inquietudes, de las mierdas que me gustan: trama de misterio, componente fantástico, toque gótico… si lo he conseguido o no, es algo que tienen que decidir los lectores. AP: ¿Nos puedes hablar un poquito más sobre quién fue Fermín Salvochea? JC: En una frase: Fermín Salvochea es material de leyenda. En Cádiz, hasta el cani más poligonero conoce su nombre. Fue un alcalde muy famoso en la ciudad, el alcalde anarquista en los tiempos de la Primera República, y se le recuerda como un héroe del pueblo, un revolucionario que se llenó las manos de pólvora y de sangre, siempre del lado de los pobres. Insisto: ¿qué coño tiene George Washington o Churchill que no tenga Salvochea? ¿Qué coño tiene el presidente de los estados unidos que no tenga el alcalde de Cádiz? Esa fue la idea que puso en marcha la novela, hacer una historia de leyenda con un hombre de leyenda. Luego vino la parte de escribirla, que es lo jodido. AP: Tus personajes en la novela son un grupo de cuatro niños que se enfrentan a misterios que les superan. ¿Hay un pequeño homenaje/inspiración de las pelis ochenteras y noventeras, o es mi retorcida mente que se lo imagina? JC: Las tres muertes de Fermín Salvochea es hija directa tanto de IT como de Una pandilla alucinante, pasando por El Cuerpo o, en términos de estilo, la trilogía de El Mapa del Tiempo. Pero eso es solo el principio. Hay capas y capas de guiños en la novela, algunas tan privadas que probablemente sólo entenderán mi hermana y mi madre. Por supuesto, ninguno de estos guiños es necesario para disfrutarla. Son cosas que he metido porque me da la gana, para divertirme mientras redacto. AP: La paternidad es uno de los grandes temas de la novela, y en general con un tono trágico. ¿A qué se debe? JC: Probablemente a que me estoy haciendo viejo. La gran virtud de la literatura fantástica es su componente alegórico, su capacidad para colocarnos un espejo delante y hablarnos de nosotros mismos. En este caso, por más brujas y piratas y vampiros y demonios que pululen por la novela, al final no es más que la historia de un hijo que deja de creer en su padre y tiene que saldar cuentas con la idea que tenía de él; que es algo que más o menos nos ha pasado a todos. En ese sentido, y aunque esto no pase de lo anecdótico, la novela me ha servido a mí para saldar cuentas con la memoria de mi propio padre. AP: ¿Cómo ha sido el proceso de documentación para la novela? ¿Alguna anécdota que puedas compartir con nosotros? JC: Pues es una pena, pero he de decirte que la vida de los escritores es muy aburrida. Un escritor no es más que un tío en pijama sentado en su salón con la mirada perdida delante de una pantalla. Puede que dentro de su cabeza esté surcando la Bahía de Cádiz en un galeón volador mientras lo persigue un escuadrón de grifos británicos, como de hecho pasa en Las tres muertes de Fermín Salvochea, pero por fuera la cosa es más bien lamentable. En ese sentido, el proceso de documentación no ha sido más que ponerme en contacto con profesores de la facultad de historia de Cádiz y hacerles preguntas. En realidad, la novela no es tanto histórica como ficción situada en una época concreta, nada más. Quiero decir que el Cádiz que se presenta en ella no responde a la idea del Cádiz del pasado que tenemos. Como dice Félix J. Palma, la novela plantea una suerte de mitología del sur, y no pretende dar ninguna pátina de realidad a lo que cuenta. Hay anacronismos a puñados, y los hay porque desde el principio decidí que la historia que quería contar debía situarse muy por encima de la Historia con mayúsculas. AP: Por curiosidad, ¿qué ha sido lo que más has disfrutado escribiendo esta novela? ¿Y lo que menos? JC: Lo que más he disfrutado es el abrazo. Lo que menos he disfrutado es la muerte. ¿De qué cojones estoy hablando? Léetela y lo sabrás. A lo mejor hasta estás de acuerdo conmigo. AP: ¿Qué opinas del panorama actual del género fantástico en España, a nivel de autores nacionales y editoriales que publican hispanohablantes? JC: Te voy a responder a la pregunta que me habría gustado que me hicieras y que nunca me hacen: pelearme. Pelearme con todo el mundo para que los escritores de género nos acerquemos un poquito más a la profesionalización. Pelearme con la página en blanco para exprimirle historias que, si bien no creo que vayan a cambiar la vida de nadie, son las más honestas y las mejores que puedo escribir. Partirme la cara para dignificar un género que en literatura está pidiendo a gritos que lo dignifiquen, y que ya está dignificado en otros formatos: películas, series, cómics, etc. Eso es lo que estoy haciendo por mejorar el estado del panorama del fantástico en España, que la verdad, no está mal pero tiene mucho margen para mejorar. Por supuesto, esto no lo voy a conseguir yo solo. Pero, ah, ¿y si todos pusiéramos nuestro granito de arena? ¿Y si todos nos manchásemos las manos de sangre y pólvora como en su día hizo Fermín Salvochea en Cádiz? ¿Y si nos dejáramos de mierdas y nos partiéramos la cara todos y todas por tener el mejor fantástico posible? AP: ¿Se mete uno a escribir por dinero? JC: No. Pero si tienes la menor aspiración de profesionalizarte, el dinero tiene que estar en la ecuación. Tienes que comportarte como un profesional si quieres que te traten como uno. Y los profesionales cobran.
0 Comments
Leave a Reply. |
Archives
July 2022
Categories |