No Ficción
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por Miquel Codony y Cristina Jurado Jesús Cañadas (Cádiz, 1980) es uno de los escritores más prometedores de la literatura fantástica, como demuestra su evolución a lo largo de las tres novelas que ha publicado hasta la fecha (El baile de los secretos, Grupo AJEC; Los nombres muertos, Penguin Random House; Pronto será de noche, Valdemar). Sin alejarse nunca por completo del ámbito del terror, sus libros proponen formas muy distintas de entender el género, tanto a nivel temático como estilístico. Desde SuperSonic hemos querido aprovechar la salida de su excelente Pronto será de noche para realizarle algunas preguntas. Os dejamos en compañía de Jesús. En muchos sentidos Pronto Será de Noche es una novela con un planteamiento diametralmente opuesto a Los Nombres Muertos. ¿En qué medida querías alejarte de lo que hiciste con la novela anterior? Na, en ninguna medida. No es una cosa que se decida, al menos no de manera consciente. Estoy convencido de que cada historia tiene una forma de contarse; lo jodido es encontrarla. Una vez que te planteas el fondo, empiezas a tomar decisiones sobre la forma: la textura, los puntos de vista, el ritmo... el sabor, por así decirlo. Pronto será de noche es un plato muy distinto a Los nombres muertos, y hacía falta cocinarlo de otro modo. ¿Cómo valoras tu evolución como escritor desde “El Baile de los Secretos”? Le tengo muchísimo cariño al Baile y lo defenderé con uñas y dientes delante de cualquiera, pero siete años después de terminarlo, puedo verlo como lo que es: la novela de un principiante, uno que está aprendiendo. Hay muchas cosas que podría haber hecho mejor. Bueno, o mejor dicho, no las hay: el niñato que era yo entonces no las sabía hacer mejor. El niñato que soy ahora sí. Una de las críticas negativas que se me quedaron grabadas empezaba diciendo algo como “El baile de los secretos: la potencia sin control no sirve de nada”. Y tenía razón. Creo que tenía mucho que decir, quizá no tanto al lector como a mí mismo, no sé. El caso es que me solté la melena y con el tiempo he ido aprendiendo a medir más. De todos modos, a lo mejor dentro de siete años estoy diciendo exactamente lo mismo sobre Pronto será de noche. Y espero que sea así, porque significará que no me he quedado estancado. ¿Te parece que las redes sociales han cambiado la relación entre el escritor y sus lectores? No tengo ni puta idea; lo que sí te puedo decir es que a mí me agotan. Cuando estás de promo, te dicen que tienes que estar pendiente, hablar de ti mismo pero solo un poco, compartir cosas chulas, ser un poco polémico pero sin pasarte, aportar contenidos, moderar comentarios y trolls con elegancia... COJONES. Si eso significa que la relación ha cambiado, desde luego ha cambiado a peor. Llámame anticuado, pero creo que lo mejor que puede hacer un escritor es callarse la boquita y dejar que su libro sea el puente con el lector. Si un lector necesita que el escritor le explique sus intenciones, es el que escritor ha fallado. Además, hablar de ti mismo en redes sociales es un coñazo. A mí no me ha escrito Miller para convencerme de que vaya a ver Mad Max. He ido porque todo el mundo hablaba de ella. Y ya ves, se me han caído los huevos al suelo cuando la he visto. Pero claro, uno no tiene el aparato de marketing de Mad Max. ¿Cómo consigues que todo el mundo hable de tu libro? Ni puta idea. Mi respuesta es escribiendo el mejor libro que puedas y cruzando los dedos para que a la gente se le caigan los huevos al suelo cuando lo lean. Entonces empezarán a hablar de él. ¿Y la forma de trabajar del escritor? En La gran belleza, de Paolo Sorrentino, creo recordar que había una escena en la que le preguntaba al protagonista por qué sólo había escrito un libro en su vida. Él respondía algo como: “Es que suelo salir mucho por las noches”. Eso son las redes sociales. Son la perfecta excusa para no trabajar. A mí me gusta pasar el rato charlando sobre mierdas, como al que más. Pero estar todo el tiempo no es bueno. Cuando te borras de las redes sociales te das cuenta de que tienes un montón de tiempo para hacer otras cosas y, esto te va a parecer coña pero no lo es, para pensar. No sé, cuando no tengo nada que vender suelo cerrar mis redes sociales. Y siempre ha habido alguien que me ha dicho “Me parece genial, yo lo haría si pudiera”. Picha, si llegas a este punto, a lo mejor deberías plantearte hacerlo. En cierta forma, Pronto será de noche recuerda a El baile de los Secretos: ambas son novelas corales, con un hilo de muertes inexplicables y con complejas relaciones entre los personajes… Los nombres muertos también es una novela coral hasta cierto punto, aunque el personaje central sea Lovecraft, y el misterio empapa sus páginas. Esa querencia por un gran número de personajes, por las muertes violentas, por el misterio y la incertidumbre, ¿dirías que forma parte de la marca “Cañadas”? ¡Coño, qué bien visto! La verdad es que no me había dado cuenta, pero me tengo que rendir a la evidencia: en la novela que estoy escribiendo ahora también hay múltiples puntos de vista y cantidad de personajes. Así a botepronto, probablemente se deba a mis orígenes roleros: muchos personajes que se mezclan en una sola historia sin un héroe definido. Si eso es marca cañadas, pues bueno, pues vale. Tampoco sé qué otras características habría en esa supuesta marca. De todos modos, me sigo quedando con la marca hacendado. Leyendo Pronto será de noche tuve la sensación de que habías explorado más intensamente los miedos profundos del ser humano, algo que también entiendo puede ser considerado un leitmotiv en tus obras. Se nota que has reflexionado bastante sobre el tema, buscando aquellas situaciones y circunstancias que se pueden reconocer como generadoras de terror: un apocalipsis, un atasco monumental, un calor insoportable, un autobús repleto de niños, una embarazada de nueve meses, etc. La novela podría suceder en cualquier país, los personajes son universales, aunque tú los hayas ancorado en España. Es inevitable pensar en La isla de hormigón de J. G. Ballard cuando uno lee la novela, pero confieso que a mí me venían imágenes de Lorca una y otra vez: la ausencia de agua, que en Lorca representa la vida; la sangre como símbolo de muerte y de sexualidad; el coche, que es un poco como el caballo de Lorca, asociado a la muerte; el metal, otro símbolo de muerte en Lorca, está representado por cuchillos y la pistola de Samuel; el toro, que es un icono de la cultura española, está muy presente en la obra de Lorca… ¿cuáles son los referentes literarios, dentro y fuera del género, que han influido en esta novela? Pues te diré que no vas por muy buen camino: ni Ballard ni Lorca han sido referentes que tuviera en mente cuando la escribía. Otra cosa muy distinta es que lo fueran sin que yo me diera cuenta. Pero claro, de esos hay miles: desde cine de catástrofes hasta novelas policiacas clásicas, desde Gaston Leroux a Agatha Christie a la película 3 días. Al fin y al cabo uno tiene un batiburrillo gordo en la cabeza y de ahí se saca lo que buenamente se puede. Las que sí son conscientes están muy claras desde el comienzo: Cortázar y su cuento Carretera al Sur, Buñuel (y de ahí el salto a Lorca quizá sea más fácil de entender) con el Ángel Exterminador (un grupo de gente atrapada en un sitio que no está cerrado pero del que no pueden escapar) y Lars von Trier con Dogville (por el rollo teatral, de escenario congelado en el tiempo). Pero sobre todos ellos están Juan Rulfo, sin duda. ¿De qué manera ha evolucionado tu proceso creativo en los siete años que separan El Baile de los Secretos y Pronto será de noche? El proceso en sí no ha evolucionado en absoluto: sé lo que me funciona y me pongo a hacerlo. Intento ir caminando a todos lados, y mientras camino se me vienen mierdas a la cabeza que luego apunto y quizá cristalizan en una escena o un diálogo bueno. Luego intento escribir todos los putos días, aunque sea poquito, para no perder el contacto con la novela. Corrijo los fines de semana. Otra cosa es que la vida real se te cuele en medio y empieces a escribir por la mañana en vez de por la noche, o en casa en lugar de en una biblioteca. Pero eso son tonterías. No creo que me haga falta ponerme un girasol fresco en la mesa o escribir siempre con el mismo tipo de lápiz, como García Márquez. Lo que hace falta es partirse los cuernos. Si hay una idea que recuerdo de la película Quills, es ésta: “si quieres escribir, encontrarás el modo”. Y es cierto. Aunque sea usando tu propia mierda en las paredes, como hacía Sade en esa peli. ¿Qué opinión te merece la proliferación en los últimos años de las antologías de género? Como autor, me considero un cuentista peor que mediocre, así que no me ha afectado mucho. Qué le voy a hacer, cada vez que he intentado hacer cuentos me salen cosas chungas. Así que esta eclosión de antologías en los últimos dos o tres años no me ha afectado tanto. Como lector, pues me leo de todo e intento apreciar lo bueno. La calidad de antologías como Presencia Humana o Retrofuturismos me parece indiscutible, así que no puedo sino alegrarme. ¡Y que dure!
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July 2022
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